2 de mayo de 2013

LA DESESTABILIZACIÓN SISTÉMICA: a través del 11 de Septiembre, el asesinato de JFK y el atentado de Oklahoma City

La estrategia de la tensión a través del 11 de Septiembre, el asesinato de JFK y el atentado de Oklahoma City

por Peter Dale Scott
El investigador y ex diplomático Peter Dale Scott compara los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, el asesinato de John F. Kennedy y el atentado de Oklahoma City. Y demuestra así la permanente existencia de un Estado profundo, más allá de las apariencias.
RED VOLTAIRE | LOS ÁNGELES (ESTADOS UNIDOS) | 23 DE ABRIL DE 2013

Los acontecimientos profundos estructurales y la estrategia de la tensión en Italia

Desde Estados Unidos, no resulta difícil observar cómo la Historia italiana de la segunda mitad del siglo 20 fue claramente desestabilizada por una serie de hechos del tipo de los que he decidido llamar «acontecimientos profundos estructurales». He definido esos hechos como «acontecimientos […], (del tipo del asesinato de John F. Kennedy, el allanamiento del Watergate o el 11 de Septiembre), que afectan brutalmente la estructura social [y que] tienen un gran impacto en la sociedad […]. Por otro lado, constantemente implican actos criminales o violentos. Y, finalmente, a menudo son perpetrados por una oscura fuerza desconocida». [1]El atentado de la Piazza Fontana

Los ejemplos de acontecimientos profundos estructurales en Italia –ejemplos que la población local conoce muy bien– incluyen los atentados con bombas perpetrados en la Piazza Fontana, en 1996; en la Piazza della Loggia, en 1974; y contra la estación de trenes de Bolonia, en 1980.
El atentado contra la estación de Bolonia

En aquella época, la responsabilidad de aquellos atentados, en los que murieron más de 100 civiles y que dejaron una cantidad aún mayor de heridos, se atribuyó a izquierdistas que vivían al margen de la sociedad. Sin embargo, principalmente gracias a una serie de investigaciones y procedimientos judiciales, hoy está claramente demostrado que aquellos atentados en realidad fueron obra de elementos de extrema derecha que cooperaban con la inteligencia militar italiana. Aquellas acciones se inscribían en el marco de una permanente «estrategia de la tensión» destinada a desacreditar a la izquierda italiana, favorecer el mantenimiento de un statu quo caracterizado por la corrupción y quizás incluso a favorecer un alejamiento de la democracia [2]. Como afirmó posteriormente uno de los autores de aquellos atentados, Vincenzo Vinciguerra, «[la] explosión de diciembre de 1969 supuestamente debía ser el detonador que convencería a las autoridades políticas y militares [italianas] de proclamar un estado de urgencia». [3]

Vinciguerra reveló también que había sido miembro de una red paramilitar «stay-behind» junto a varios de sus cómplices. Al final de la Segunda Guerra Mundial, la CIA y la OTAN habían creado aquella red bajo el nombre codificado de «Operación Gladio».

En 1984, cuando varios jueces lo interrogaban sobre el bombazo de 1980 contra la estación ferroviaria de Bologna, Vinciguerra declaró:


«Con [la masacre] de Peteano y todas las que vinieron después ya nadie debería dudar de la existencia de una estructura activa y clandestina, capaz de elaborar en la sombra aquella estrategia de matanzas. [Se trata de una estructura] insertada en los órganos mismos [del Estado]. […] En Italia existe una organización paralela a las fuerzas armadas, que se compone de civiles y militares y con vocación antisoviética, o sea destinada a organizar la resistencia contra una posible ocupación del territorio italiano por parte del Ejército Rojo. […] Una organización secreta, una súper organización que tiene su propia red de comunicación, armas, explosivos y hombres entrenados para utilizar todo eso. […] Una súper organización [que], a falta de una invasión soviética, recibió de la OTAN la orden de luchar contra un deslizamiento del poder hacia la izquierda en este país. Y eso fue lo que hicieron, con el respaldo de los servicios secretos del Estado, del poder político y del ejército.» [4]

Más tarde, fueron revelándose en otros países, como Bélgica y Turquía, los vínculos de la red Gladio con largas campañas de violencia bajo bandera falsa –en las que aparecía nuevamente la implicación de la OTAN y de la CIA. [5]

El objetivo inicial de Gladio era consolidar la resistencia en caso de invasión soviética. Pero la mayoría de los altos responsables italianos implicados en los atentados con bombas también subrayaron la responsabilidad de la CIA y de la OTAN en aquellos actos:


«El general Vito Miceli, ex jefe de la inteligencia militar italiana, luego de su arresto en 1974 bajo la acusación de conspiración con vistas a derrocar el gobierno, testimonió “que las organizaciones incriminadas […] se formaron gracias a un acuerdo secreto con Estados Unidos y [evolucionaron] en la estructura de la OTAN”. 
El ex ministro de Defensa Paulo Taviani declaró al magistrado Casson, durante una investigación [realizada] en 1990, que durante su periodo en el ministerio (1955-1958), los servicios secretos italianos eran dirigidos y financiados por “los boys de la Vía Veneto” –en otras palabras, los agentes de la CIA en la embajada de Estados Unidos en pleno centro de Roma. En 2000, “un general de los servicios secretos italianos [nombrado Giandelio Maletti] declaró […] que la CIA había dado su aprobación tácita a una serie de atentados con bomba en los años 1970, para crear inestabilidad e impedir que los comunistas llegasen al poder. […] “La CIA quería, a través del nacimiento de un nacionalismo extremista y de la contribución de la extrema derecha, sobre todo la de Ordine Nuovo, impedir que [Italia] se inclinara hacia la izquierda, agregó”.» [6]

En su importante libro Les Armées Secrètes de l’OTAN [Los ejércitos secretos de la OTAN], Daniele Ganser se refiere a un artículo publicado en la prensa española, en 1990, en el que se habla de Manfred Worner, un político y diplomático alemán que era en aquel entonces secretario general de la OTAN. Aquel año, según el artículo, el señor Worner confirmó en secreto que el cuartel general de la OTAN –el SHAPE– era en realidad responsable de la red Gladio:


«El Supreme Headquarters Allied Powers Europe o SHAPE, el órgano de mando del aparato militar de la OTAN, coordinaba las operaciones del Gladio. Eso es lo que ha revelado el secretario general Manfred Worner en una entrevista con los embajadores de las 16 naciones aliadas de la OTAN.» [7]

Sacando sus propias conclusiones de esa afirmación, Ola Tunander comparó la estrategia de la tensión en Italia –con sus atentados bajo bandera falsa– a «lo que la élite militar turca podría describir como la redirección forzada de la democracia por el “Estado profundo” [se trata de una expresión turca]». [8]

Me parece, sin embargo, que sería demasiado simplista atribuir la estrategia de la tensión en Italia únicamente a la «súper organización [que] recibió de la OTAN la orden [de perpetrar atentados bajo bandera falsa]», retomando las palabras de Vinciguerra. Resulta que otras fuerzas tuvieron un papel de primera línea en la estrategia de la tensión, actuando junto a la OTAN y a grupúsculos que Vinciguerra conocía gracias a la inteligencia militar italiana (el SID, que se convertiría después en el SISMI). Es importante recordar que, en Italia, los juicios contra los individuos condenados por el atentado de 1980 contra la estación de Bolonia no sólo tenían que ver con Vinciguerra, el SISMI y el Gladio sino también con elementos de la mafia italiana (la Banda della Magliana) y con la logia masónica Propanga-Due(P-2) –esta última estaba además vinculada a una serie de banqueros criminales y al Vaticano. [9]La estrategia de la tensión

En resumen, si suponemos que algo comparable al Estado profundo turco estuvo implicado en la estrategia de la tensión en Italia, no es posible resolver el misterio. Sin embargo, esa hipótesis nos sugiere la existencia de un medio, o de una red de complicidades, que merece una investigación más profunda.
¿Se aplicó en Estados Unidos una estrategia de la tensión?

Como ya he escrito anteriormente, los vínculos de la red Gladiocon prolongadas campañas de violencia bajo bandera falsa –en las que nuevamente aparecen implicadas la OTAN y la CIA– se conocieron posteriormente en otros países, como Bélgica y Turquía [10]. Quisiera señalar que Estados Unidos, al igual que Europa, ha sufrido también una sucesión comparable de acontecimientos profundos estructurales bajo bandera falsa. Esto incluye atentados con bomba que, siguiendo una misma estrategia de la tensión, han llevado sistemáticamente Estados Unidos a su actual situación: un estado de urgencia.

El Cuartel General de la OTAN

Entre los acontecimientos profundos estructurales y engañosos que me gustaría analizar aquí, subrayaría los siguientes:
El asesinato de John F. Kennedy, en 1963, o 22 de noviembre, que condujo a la operación de la CIA conocida como Caos contra el movimiento de oposición a la guerra de Vietnam. (El 22 de noviembre fue claramente un acontecimiento profundo: numerosos documentos sobre la relación de Lee Harvey Oswald con la CIA siguen siendo secretos, a pesar de las demandas de medios judiciales y parlamentarios a favor de su publicación.) [11]
El asesinato de Robert Kennedy, en 1968, al que siguió la inmediata adopción de una ley de excepción. El resultado de esa ley fue una brote de violencia justificada por el Estado durante la convención del Partido Demócrata de 1968.
El primer atentado con bomba contra el World Trade Center, en 1993, y el de Oklahoma City, en 1995, que dieron lugar a la adopción de la Antiterrorism and Effective Death Penalty Act de 1996.
El 11 de septiembre de 2001 y los ataques con ántrax de ese mismo año, que condujeron a la imposición de las medidas de «continuidad del gobierno» (COG, siglas deContinuity of Government), al voto de la Patriot Act y a la proclamación, el 14 de septiembre de 2001, de un estado de urgencia que todavía se mantiene en vigor. Ese estado de urgencia fue renovado por un año más en septiembre de 2012. [12]

Todos esos acontecimientos profundos estructurales han arrojado un mismo resultado: la erosión de los poderes públicos reconocidos en la Constitución y su progresiva sustitución por una fuerza represiva exenta de control. En otros trabajos ya he señalado que:
Como en Italia, la mayoría de esos acontecimientos fueron atribuidos a elementos marginales. Pero en realidad implicaron a facciones que se mueven dentro de las agencias de inteligencia clandestinas de Estados Unidos, así como las oscuras conexiones que estas mantienen con los círculos del crimen organizado;
Algunos de esos elementos profundos estructurales están vinculados a la planificación permanente tendiente a garantizar la «continuidad del gobierno» (COG) en tiempos de crisis. Conocida en el Pentágono bajo la denominación de «Proyecto Juicio Final» (Doomsday Project), esa planificación disponía de su propia red secreta de comunicaciones seguras. Incluía también medidas tendientes a instaurar lo que en tiempos del Irangate, durante las audiencias del teniente coronel Oliver North en el Congreso estadounidense, se llamó una «suspensión de la Constitución de los Estados Unidos»;
En cada uno de esos casos, la respuesta oficial a los acontecimientos profundos fue la adopción de un conjunto de nuevas medidas represivas, habitualmente a través de la vía legislativa;
La acumulación de esos sucesos hace pensar en la presencia permanente, en Estados Unidos, de lo que yo llamo una «fuerza oscura» o un «Estado profundo» comparable a lo que Vinciguerra describió en Italia como una «fuerza secreta [oculta y] clandestina, capaz de elaborar en la sombra una estrategia de matanzas[sucesivas].» [13]
El atentado de Oklahoma City 
y el 11 de septiembre

El atentado de Oklahoma City

Hace poco vi un documental titulado A Noble Lie (Una mentira noble), sobre el atentado perpetrado en Oklahoma City en 1995 [14]. Por primera vez pude confrontar mis hipótesis con ese atentado perpetrado el 19 de abril de 1995 –y que por lo tanto llamaré 19 de Abril. Ese acontecimiento encaja en mis parámetros de análisis, mucho más de lo que yo hubiese podido imaginar, e incluso los refuerza..

En efecto, el documental A Noble Lie da a conocer grandes similitudes entre los acontecimientos de abril de 1995 y los de septiembre de 2001. El paralelo más evidente es la supuesta destrucción, por fuerzas externas, de un inmueble con estructura de acero reforzado (por un camión lleno de explosivos, en el caso del edificio Murrah, y por los escombros proyectados durante el derrumbe de la torre norte del World Trade Center, en el caso del Edificio 7 [o Building Seven], en 2001). En ambos casos, algunos expertos afirmaron que, en realidad, únicamente cargas explosivas de corte instaladas directamente en las columnas de carga situadas dentro de los edificios habrían podido provocar el derrumbe de estos. Veamos, por ejemplo, un informe entregado al Congreso por Benton K. Partin, general de brigada en retiro de la US Air Force, experto en explosivos no nucleares:


«Cuando vi por primera vez las fotos de los daños asimétricos del camión cargado de explosivos en el edificio federal, mi reacción inmediata fue pensar que era técnicamente imposible generar ese tipo de daños sin poner cargas de demolición suplementarias en varias columnas de carga de hormigón armado. […] Con lo que hoy se sabe sobre el poder y la composición de la bomba, el que la simple explosión de un camión cargado de explosivos pudiese [destruir el edificio] en una profundidad de 18 metros y provocar el derrumbe de una columna de carga de dimensión A-7 es algo que resulta incomprensible.» [15]

Hoy en día un amplio consenso está apareciendo entre los arquitectos, ingenieros y otros expertos competentes. Según ellos, es muy probable que los tres edificios del World Trade Center que se derrumbaron el 11 de septiembre de 2001 también hayan sido destruidos mediante el uso de cargas explosivas como las que se usan en las demoliciones controladas. [16]

Las consecuencias jurídicas de gran parte de esos acontecimientos constituyen otra similitud importante. En efecto, la respuesta al atentado de Oklahoma City fue la adopción de laAntiterrorism and Effective Death Penalty Act de 1996, mientras que la respuesta al 11 de septiembre de 2001 fue la aplicación de la COG y el posterior voto de la Patriot Act –a raíz de los atentados de bandera falsa con uso de ántrax. El documental A Noble Lie se concentra en las consecuencias internas de laAntiterrorism Act. Al igual que la Patriot Act, aprobada posteriormente, esa ley instauró importantes restricciones al derecho de habeas corpus, en relación con la manera como lo habían interpretado los tribunales hasta aquel momento. Dicho de otra manera, esas dos leyes implementaron pretextos jurídicos para autorizar las detenciones arbitrarias, lo cual había sido una preocupación central en la planificación de la COG que se había desarrollado en los años 1980 bajo la dirección de Oliver North. Todo esto forma parte de un proceso permanente de restricciones progresivas de nuestros derechos constitucionales por parte de un poder sobre el cual no se ejerce ningún tipo de control –evolución que data, en mi opinión de la época del asesinato de John F. Kennedy, en 1963.

Sin embargo, la Antiterrorism Act de 1996 tuvo también importantes consecuencias en el extranjero, sobre todo por el hecho que la sección 328 de esa ley enmendó la Foreign Assistance Act para apoyar


«la ayuda en armas y municiones a algunos países en particular, con vistas a combatir el terrorismo [17]. Eso condujo a la creación, en 1997, de un acuerdo de enlace «Top Secret» entre el Centro de Contraterrorismo de la CIA (CTC, siglas de Counterterrorism Center) y Arabia Saudita, seguido de un acuerdo posterior concluido en 1999 entre la CIA y Uzbekistán (que son hoy en día dos de los regímenes más secretos y represivos del mundo).» [18]

Yo he sostenido que esos acuerdos de enlace confidenciales –concluidos con Arabia Saudita y Uzbekistán– pudieron servir a la CIA de cobertura para organizar su retención de información secreta antes del 11 de septiembre de 2001. Esa disimulación de información de inteligencia tenía que ver con Khaled al-Mihdhar y Nawaf al-Hazmi, dos de los individuos designados como culpables de aquellos ataques [19].

Por consiguiente, si es correcto mi análisis sobre la retención de información que la CIA organizó entre 2000 y 2001, el 19 de abril no sólo presenta similitudes con los ataques de septiembre de 2001. Este atentado de 1995 constituye en realidad una etapa determinante en el proceso que hizo posible tanto la nueva retención de información como los hechos mismos del 11 de septiembre de 2001.
El recrudecimiento de los poderes represivos a raíz de los acontecimientos profundos

El hecho que el 19 de abril tuviese consecuencias jurídicas de carácter represivo vincula ese acontecimiento tanto al 11 de septiembre como al 22 de noviembre, ya que el asesinato de JFK fue utilizado por la Comisión Warren para ampliar la vigilancia de la CIA sobre los propios estadounidenses. Como escribí en mi libro Deep Politics, eso fue resultado


«controvertidas recomendaciones de la Comisión Warren que impusieron que se ampliaran las responsabilidades del Secret Service en materia de vigilancia interna (WR 25-260. Paradójicamente, esta última concluyó que Oswald había actuado solo (WR 22), pero también [concluyó] que el Secret Service, el FBI y la CIA tenían que coordinar más estrechamente la vigilancia sobre los grupos organizados (WR 463). En particular recomendó al Secret Service que se dotara de una base de datos informatizada compatible con la que ya había elaborado la CIA.» [20]

Durante la guerra contra Vietnam que se produjo posteriormente, esta implicación de la CIA en la vigilancia interna condujo a la operación Caos. Se trataba de una investigación sobre el movimiento contra la guerra de Vietnam durante la cual la CIA, a pesar de las restricciones que le imponía su propia Carta en materia de espionaje interno,


«acumuló miles de expedientes sobre los ciudadanos de Estados Unidos, incluyó a cientos de miles de estos en sus archivos informáticos y distribuyó al FBI y a otras agencias gubernamentales miles de informes sobre ellos. Parte de esa información tenía que ver con las actividades internas de los ciudadanos en cuestión». [21]

Este proceso de recrudecimiento represivo se repetirá 4 años más tarde a raíz del asesinato de Martin Luther King, en 1968. En respuesta a ese acontecimiento, 2 brigadas del ejército estadounidense se desplegaron en los propios Estados Unidos hasta 1971. Esas unidades estuvieron en estado de alerta permanente, listas para intervenir en el marco de la operaciónGarden Plot, cuyo objetivo era contrarrestar posibles desórdenes internos.

Ce processus de durcissement répressif se répétera quatre ans plus tard, suite à l’assassinat de Martin Luther King en 1968. En réponse à cet événement, deux brigades de l’US Army furent déployées aux États-Unis jusqu’en 1971. Placées en état d’alerte permanent, elles étaient en position d’intervenir dans le cadre de l’opération Garden Plot, qui était destinée à contrer d’éventuels troubles intérieurs. [22]

Ese esquema se repetirá nuevamente con


«El asesinato de Robert Kennedy [conocido también como RFK o Bobby]. En las 24 horas transcurridas entre los disparos de los que Bobby fue víctima y su posterior deceso, el Congreso adoptó con carácter urgente una ley que había sido redactada desde mucho antes (como sucedió con la Resolución del Golfo de Tonkín en 1964 y con la Patriot Act en 2001 –ley que ampliaba nuevamente los poderes secretos delSecret Service, en nombre de la protección de los candidatos a la presidencia.» [23]

Y no se trataba de un cambio insignificante: aquella ley votada apresuradamente bajo [el presidente] Johnson dio lugar a algunos de los peores excesos de la época de Nixon [24].

Ese cambio contribuyó igualmente al caos y a los actos de violencia que marcaron la Convención Demócrata de 1968, en Chicago. Agentes de vigilancia de la Inteligencia Militar destacados en el Secret Service operaban dentro y fuera de la sala del encuentro. Algunos de ellos equiparon a los «delincuentes de la Legion of Justice, como la Chicago Red Squad [que] agredió a los grupos locales que se oponían a la guerra». [25]
Otras similitudes entre Dallas en 1963 y Oklahoma City en 1995

Las consecuencias represivas del 22 de noviembre y del 19 de abril están vinculadas a otras características comunes de esos dos acontecimientos. Casi inmediatamente después del 22 de noviembre, comenzaron a difundirse varios relatos provenientes de fuentes tanto internas como externas al gobierno. Aquellos relatos sugerían que Lee Harvey Oswald había asesinado al presidente [Kennedy] en el marco de un complot comunista internacional.

En mi libro Deep Politics and the Death of JFK los designé como «relatos primarios», que se inscribían en


«un proceso en 2 fases. La “fase primaria” consistía en agitar el espectro de un complot internacional vinculando a Oswald con la URSS, con Cuba o con esos dos países a la vez. Esa amenaza fantasma sirvió para invocar el peligro de un posible enfrentamiento nuclear, lo cual incitó al presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos Earl Warren y a otros responsables políticos a aceptar la “fase secundaria” –la hipótesis también falsa (pero mucho más inofensiva) de que Oswald asesinó al Presidente él solo. […] El relato primario […] fue expuesto primeramente y posteriormente desmentido por la CIA. Michael Beschloss reveló que el 23 de noviembre a las 9 horas y 20 minutos, el director de la CIA John McCone informó al nuevo presidente sobre los últimos sucesos. Según las palabras de Beschloss, la “CIA tenía información sobre los contactos extranjeros de Lee Harvey Oswald, el presunto asesino [de JFK], que sugería [al Presidente Lyndon B. Johnson] que Kennedy podía haber sido víctima de una conspiración internacional.”» [26]

Hasta ahora, tanto los relatos primarios como los secundarios han ocupado un lugar central en el tratamiento del 22 de noviembre por parte de los medios dominantes. Sin embargo, esos medios prácticamente han excluido los análisis independientes que consideran ese asesinato como un acontecimiento profundo.

Muchos observadores han olvidado el hecho que después del 19 de abril también hubo un proceso en dos fases. Inmediatamente después del atentado, y también un poco más tarde, se produjo la difusión de cierto número de relatos. Estos vinculaban a Timothy McVeigh y Terry Nichols con varios iraquíes así como con otros individuos originarios del Medio Oriente. Entre las personas mencionadas se hallaba Ramzi Yusef, el fugitivo autor del atentado con bomba de 1993 contra el World Trade Center (quien también utilizó una bomba fabricada con nitrato de amonio [ANFO] en una camioneta de marcaRyder) [27]. El presidente Clinton y Richard Clarke, su coordinador para el contraterrorismo, confirmaron que el 19 de abril se habló de varios de esos relatos en una reunión del Grupo de Seguridad Antiterrorismo (Counterterrorism Security Group) [28]. Tanto Clinton como Clarke dijeron también que habían descartado aquellas versiones porque pensaban que se trataba de un complot local de menor envergadura ejecutado por los dos culpables ya mencionados: Timothy McVeigh y Terry Nichols. Sin embargo, los relatos que mencionaban una implicación del Medio Oriente, atribuidos a veces a fuentes gubernamentales, siguieron apareciendo en los medios de la prensa dominante, como CBS, NBC y el New York Times [29].

En el mismo momento, Jayna Davis, periodista de la NBC en Oklahoma City, puso todo su empeño en las búsqueda de indicios de un complot local iraquí y los reunió en su libro The Third Terrorist (El tercer terrorista). Sus pruebas, del orden de la «fase primaria» estaban centradas en la búsqueda inicial de un sospechoso anónimo designado como John Doe #2. Esa búsqueda, que se suspendió rápidamente, había sido emprendida a raíz de una alerta cursada a todas las unidades. Posteriormente, el miembro del Congreso Dana Rohrabacher utilizó la investigación de Jayna Davis en la elaboración de un informe al Congreso [30].

En el plano institucional, Richard Clarke escribió que, además de la Antiterrorism Act, el atentado de Oklahoma City provocó una profusión de Directivas de Decisión Presidencial de carácter interno (PDD, siglas de Presidential Decision Directive), que él mismo redactó. Una de ellas buscaba corregir una falla de seguridad en la respuesta a aquel atentado. Otra directiva le confería [al propio Clarke] más amplios poderes en materia de lucha contra el terrorismo, incluyendo su nuevo título de Coordinador Nacional de Seguridad, Protección de la Infraestructura y Antiterrorismo. Otras dos directivas –la PDD 62 y sobre todo la PDD 67– preveían instaurar lo que él llamó «un sistema de mando y control [más] robusto» para «nuestro programa de Continuidad del Gobierno [COG]». Según Clarke, «se había autorizado el desmantelamiento [de la COG] cuando desapareció la amenaza de un ataque nuclear soviético» [31].

Esas palabras nos recuerdan el artículo de Tim Weiner publicado en el New York Times en abril de 1994. Según Weiner, en la época postsoviética del presidente Clinton, «el Proyecto Juicio Final […] tal como se conocía» había sido desmantelado ya que se habían disipado «las tensiones nucleares» de la guerra fría [32].

En otras palabras, el presidente Clinton había previsto poner fin al Proyecto Juicio Final, dirigido por un comité extragubernamental secreto que incluía a Donald Rumsfeld y Dick Cheney, quienes no ejercían en aquel momento ninguna función gubernamental. Pero Richard Clarke utilizó el atentado de Oklahoma City para justificar que se mantuviera ese programa, incluso reforzándolo y poniéndolo bajo su propio control.

Según el autor Andrew Cockburn, se había encontrado un nuevo blanco:


«A pesar de que los ejercicios continuaron bajo la era Clinton, con un presupuesto anual de más de 200 millones de dólares, los ya desaparecidos soviéticos fueron reemplazados por terroristas […] Hubo además otros cambios. Anteriormente, los especialistas seleccionados para dirigir el “gobierno de la sombra” habían sido escogidos en el conjunto del espectro político, tanto demócratas como republicanos. En lo adelante, dentro de los bunkers, [Cheney y] Rumsfeld se [verían] en compañía de sus simpatizantes políticos, ya que la lista de “jugadores” se componía casi exclusivamente de halcones republicanos. “Era una manera de que aquella gente se mantuviese en contacto. Se reunían, hacían ejercicio y hablaban mal de la administración Clinton, lo peor posible”, según me reveló un ex oficial del Pentágono que conocía el fenómeno directamente. “Podía decirse que era un gobierno secreto en espera de su momento.”» [33]

Por supuesto, el hecho de que el 19 de abril fuese seguido de un refuerzo del Proyecto Juicio Final no basta para confirmar mi tesis, según la cual ese programa de la COG fue un factor determinante en la planificación y ejecución de los acontecimientos profundos estructurales en Estados Unidos [34]. Pero mi descripción de esos casos permite observar otras características recurrentes, que vuelven a aparecer en el caso de Oklahoma City.El primer atentado contra el World Trade Center, en 1993

La primera de ellas es el papel central atribuido a culpables designados en las versiones oficiales de esos acontecimientos, cuando se sabe que eran muy probablemente informantes del gobierno o agentes dobles [35]. El ejemplo más reciente que más se ha documentado es quizás la utilización y la protección, por parte del gobierno de Estados Unidos, de Ali Mohamed, un importante cuadro de al-Qaeda que operaba como doble agente en el seno de esa organización; esa protección le permitió entrenar a varios de los autores del atentado cometido en 1993 contra el World Trade Center, con el uso de un camión-bomba y contribuir posteriormente a la planificación del atentado con bomba contra la embajada de Estados Unidos en Kenya [36].

En la edición de mi libro The War Conspiracy correspondiente al año 2008, sugerí la posibilidad de que Lee Harvey Oswald y otros culpables designados del 11 de septiembre de (Ali Mohamed, Nawaf al-Hazmi y Khaled al-Mihdhar) hayan sido en realidad agentes dobles que trabajaban para una agencia del gobierno estadounidense, como el FBI o la inteligencia militar (DIA, siglas de Defense Intelligence Agency) [37]. Otros autores han sugerido que Oswald era cuando menos un informante del FBI y Lawrence Wright escribió en The New Yorker que al ocultar al FBI los nombres de al-Hazmi y de al-Mihdhar, «la CIA también pudo haber protegido una operación en el extranjero y, por lo tanto, temer que el FBI revelara [esa operación]» [38].

En ese contexto, mientras miraba el documental A Noble Lie, vi con gran interés la hipótesis según la cual Timothy McVeigh, el principal culpable designado del 19 de abril, pudiera ser también un informante o un doble agente que trabajaba para el US Army [39]. Por supuesto, esa hipótesis aún no ha sido demostrada, pero el documental aporta pruebas que la corroboran.
El atentado de Oklahoma City 
y la operación PATCON

Lo que sí es seguro es que McVeigh –al igual que Oswald, al-Hazmi y al Mihdhar– se movía en un medio de informantes identificados y/o agentes dobles, que participaban en una importante operación secreta. En el caso de Oswald y de los dos sauditas, esta particularidad pudiera explicar por qué el gobierno de Estados Unidos se dedicó continuamente a ocultar hechos cruciales sobre ellos, tanto antes como después de los crímenes que se les imputan, ocultamientos que incluso prosiguen actualmente. [40]

En 2005, el excelente investigador John M. Berger descubrió que, en los años 1990, el FBI realizó una importante operación de contraespionaje, bautizada PATCON (por «Patriot-conspiracy»). En aquel marco, el FBI había investigado sobre el medio de Timothy McVeigh. Se trataba de la ultraderecha armada, a la que Berger describió de la siguiente manera:


«un conjunto muy heterogéneo de activistas y extremistas de derecha, racistas, ultralibertarios y/o partidarios de las armas, quienes, al cabo de los años, encuentran una causa común en sus temores y sospechas sobre el gobierno federal. Aunque los agentes infiltrados [del FBI] se reunieron con algunos de los peores elementos de ese movimiento, su trabajo nunca condujo ni a un solo arresto. Cuando apareció McVeigh en medio de aquella investigación, en 1993, nadie se fijó en él.» [41]

La operación PATCON prestó mucha atención a un antiguo pilar de la red ilegal de Oliver North, que había sido utilizada para proveer armas a los Contras en Nicaragua. Se trataba de Tom Posey y de su grupo paramilitar, la CMA (siglas de Civilian Material Assistance). Según Paul de Armond, aquella organización había comenzado sus actividades en los años 1980 como «complemento del Ku Klux Klan de Alabama» [42]. La CMA participó primeramente en el esfuerzo de aprovisionamiento de la DIA a los Contras, tarea que pasó después a las manos de Oliver North. Las patrullas «benévolas» [En el sentido de “no remuneradas”. Nota del Traductor.] de esa organización contra los inmigrantes clandestinos en la frontera de Arizona convencieron al entonces congresista John McCain para que ocupara un puesto en su consejo de administración [43]. Sin embargo, en el periodo post Reagan, «Posey era un comerciante de armas muy conocido en el mercado negro, sospechoso de tener fuentes de contrabando en varias bases del US Army», según los investigadores de PATCON. [44]

Tanto en el asesinato de JFK como en el 11 de septiembre me parece evidente que las disimulaciones posteriores a esos complots se deben a que fueron hábilmente planificadas para quedar englobadas en operaciones clandestinas autorizadas, de manera que se mantuviesen en secreto después de los hechos. El importante ensayo sobre la operación PATCON que publicó John Berger en Foreign Policy no sugiere en ningún caso la existencia de algún vínculo entre el plan de McVeigh y esa operación del FBI. Sin embargo, en un momento de su investigación, Berger señala que Dennis Mahon, socio de McVeigh y también blanco importante de PATCON,


«se convertirá en una figura célebre en los medios que proclaman la superioridad de la “raza blanca” y fue condenado en febrero [de 2005] por el envío de un paquete postal explosivo a un dirigente de la diversidad en el Estado de Arizona en 2004. A raíz de su arresto, durante el año 2009, Mahon dijo a su compañero de celda que él era “el tercer anónimo en la investigación sobre el bombazo de Oklahoma City”.»

En otras palabras, Dennis Mahin se identificó a sí mismo comoJohn Doe #2.

En su sitio web Intelwire.com, Berger escribió que «Mahon [declaró] haberse codeado con McVeigh en el pasado». Berger deduce de eso que «partiendo de esos comentarios y de ciertas informaciones, es por lo menos plausible que Mahon haya estado implicado en el atentado [de Oklahoma City]» [45]. «La otra prueba» que menciona Berger es el testimonio de Carol Howe, informante de la ATF [Agencia de Alcohol, Armas de Fuego y Tabaco, siglas en inglés. NdT.] dado a conocer primeramente por Jayna Davis y posteriormente por el congresista Dana Rohrabacher. Según ese testimonio, «Mahon habló de cometer atentados con bombas contra edificios federales [antes del 19 de abril]. […] [Además,] viajó 3 veces a Oklahoma City [con Andre Strassmeir, un contacto de Timothy McVeigh].» [46]

Mahon ha sido descrito como un hablador con tendencia a la autoglorificación. A pesar de todo, es evidente que las nuevas pruebas que se han conocido a raíz de la investigación PATCON deberían inducirnos a estudiar mejor el contexto del atentado de Oklahoma City. En efecto, sólo algunos iniciados estaban al tanto de esa operación secreta, realizada por el FBI entre 1991 y 1993.
¿Fue el atentado de Oklahoma City una «encerrona que salió mal»?

Aunque la operación PATCON terminó oficialmente en 1993, sus expedientes nos han permitido saber que numerosos informantes del FBI residían permanentemente en la comunidad de Elohim City, Oklahoma. Es muy probable que entre ellos se encontrasen no sólo Carol Howe sino también Andre Strassmeir, el contacto de Timothy McVeigh anteriormente mencionado [47]. La falta de respuesta de las autoridades a los informes sobre un proyecto de atentado con bomba fortalece la hipótesis –emitida en el documental A Noble Lie– de que el complot del 19 de abril pudo haber sido inicialmente una trampa policial en contra sus autores. Su mortífero desenlace parece el resultado de una «encerrona que salió mal».

De confirmarse esta hipótesis, la similitud entre el 19 de abril y el primer atentado contra el World Trade Center, en 1993, resultaría mayor aún. Según el relato oficial, aquel ataque también fue planificado por un grupo terrorista ya penetrado por el FBI, grupo que también utilizó una bomba de ANFO en una camioneta alquilada marca Ryder. Este vehículo también fue identificado gracias a su número de identificación vehicular (NIV), encontrado en un fragmento metálico. [48]

Veamos lo que reportó el New York Times, después del atentado de 1993, basándose en grabaciones de interrogatorios entre un informante y su contacto del FBI:


«Se reveló a los funcionarios de las fuerzas del orden [el FBI] que varios terroristas estaban preparando una bomba, que fue finalmente utilizada contra el World Trade Center. Se consideró [la posibilidad de] contrarrestar a los malhechores sustituyendo secretamente los explosivos por un polvo inofensivo, declaró un informante después del atentado. Este [informante] supuestamente debía ayudar a los malhechores a fabricar la bomba y les proporcionaría la pólvora falsa, pero aquel plan fue anulado por un supervisor del FBI que tenía otras ideas sobre la manera de utilizar al informante, [llamado] Emad A. Salem.» [49]

Ese relato del New York Times sobre el atentado de 1993 contra el World Trade Center describe claramente un proyecto terrorista eficazmente penetrado por el FBI y que, por una razón desconocida, tuvo de todas formas un trágico desenlace. Un solo caso de operación de penetración «que salió mal» en 1993 puede atribuirse a la confusión, a la incompetencia burocrática o a la dificultad de determinar el momento en que las fuerzas del orden disponen ya de suficientes pruebas para justificar los arrestos. La repetición de esa catástrofe 2 años más tarde ya debe llevarnos a tratar de saber si aquel mortífero desenlace no fue en realidad el resultado que realemente se esperaba obtener.

Ante la inacción gubernamental que antecedió los hechos del 11 de septiembre –a pesar de que la CIA conocía a los presuntos secuestradores aéreos–, el atento estudio de esos asesinatos en masa refuerza la necesidad de la denuncia ante la Corte Penal Internacional que propone el juez [italiano] Ferdinando Imposimato (actual presidente honorario de la Corte de Casación italiana). Según [Imposimato], el 11 de septiembre fue «una repetición de la “estrategia de la tensión” que la CIA aplicó en Italia» entre los años 1960 y 1980 [50]. A pesar de todo, puedo entender que para una mayoría de estadounidenses sea a la vez difícil y doloroso enfrentar la idea de que la Historia de su país haya sido manipulada y desestabilizada a escala sistémica por fuerzas desconocidas, como sucedió en Italia hace medio siglo. Pero a medida que profundizo mis investigaciones, sigue fortaleciéndose mi convicción de que hay que tomar en cuenta el veredicto del juez Imposimato.

Por otro lado, si la analogía italiana es aplicable a Estados Unidos, la apreciación de que el 11 de septiembre fue «una repetición de la “estrategia de la tensión” aplicada […] en Italia» nos conduce a una interrogante todavía más amplia sobre el conjunto de acontecimientos profundos estructurales aquí estudiados, en particular en cuanto a los atentados con bombas de 1993 y 1995. ¿Eran esos acontecimientos resultado de una misma estrategia de la tensión permanente? Es demasiado pronto para contestar esa pregunta. Pero podemos al menos observar que los atentados de 1993 y 2001 contra el World Trade Center muestran las características de un origen común, a la vez fuera del gobierno (el presunto «cerebro» Khaled Cheikh Mohammed y el informante Ali Mohamed) y potencialmente en el seno mismo del aparato estatal, a la luz de las disimulaciones persistentes y complementarias alrededor de ambos casos. [51]

Por el contrario, y de forma previsible, todos los acontecimientos profundos estructurales que he analizado hasta este momento son tratados en los medios dominantes como acciones de marginales exteriores al gobierno –un «loco aislado» como Lee Harvey Oswald o un «lobo solitario» como Timothy McVeigh. Los puntos comunes, que ya he presentado, entre esos acontecimientos sugieren la necesidad de un análisis diferente. Dicho de otra manera, algunos iniciados –entre ellos responsables de los servicios de inteligencia y otros funcionarios gubernamentales–, al igual que personas exteriores –incluyendo informantes y agentes dobles– deben ser considerados como responsables de la repetida concepción de complots que, debido a sus conexiones con operaciones clandestinas aprobadas por el Estado, no serán dados a conocer por las autoridades.

Mi análisis identifica a esos iniciados como miembros de un medio, informe y no estructurado pero que perdura, que vincula a las redes secretas que se mueven dentro del aparato del Estado con otras poderosas fuerzas dentro de nuestra sociedad. A pesar de mis propias reticencias iniciales, al no hallar una expresión más apropiada acabé decidiéndome a denominar ese medio como el «Estado profundo» [52]. Sin embargo, como ya señalé anteriormente al referirme a Italia, no considero que ese concepto pueda explicar esos misteriosos crímenes. El «Estado profundo» designa sin embargo un medio sobre el cual habría que investigar mucho más.
Un análisis alternativo de los acontecimientos profundos: 
Los Crímenes del Estado contra la Democracia (CED)

Ahora voy a comparar mi propio análisis con otras dos lecturas diferentes. La primera es la noción de «gobierno secreto», presentada en 1987 por Bill Moyers en un importante programa de televisión del canal PBS. [53]

Aquel programa subrayaba, con toda razón, el peligroso aumento del poder de las agencias clandestinas –principalmente de la CIA– a partir [de la proclamación] de la National Security Act de 1947. Aquel programa de televisión analizaba principalmente los crímenes del Irángate para mostrar así qué es un gobierno secreto, que escapa a las restricciones legales y a todas las demás limitaciones jurídicas que imponen la Constitución y el Estado público.

Según lo dicho en el programa de Moyers,


«El Gobierno Secreto es una compleja red de complicidades en la que se reúnen funcionarios, espías, mercenarios, ex generales, oportunistas y grandes patriotas. Por diferentes razones, esos individuos operan fuera de las instituciones legítimas del gobierno.»

En otras palabras, aquel programa se refería a «la Empresa». Se trata de la operación que utilizaron Oliver North, sus respaldos externos y sus aliados del buró ejecutivo Eisenhower para montar el tráfico conocido como Irán-Contras, así como otras políticas violatorias de la ley y/o las directivas del Congreso. Como ya he demostrado en otros trabajos, Oliver North utilizó la red antiterrorista de crisis llamada Flashboard para concretar aquellas políticas. En sus inicios, aquella costosa red se había creado en el marco del Proyecto Juicio Final [54]. Al actuar de esa manera, North «cubría» su operación ya que llevaba a cabo su programa ilícito y criminal a través de aquella red secreta autorizada, [utilizándola] fuera del marco que había sido asignado a aquel instrumento.

En 1987, aquel análisis logró llegar a darse a conocer a través de la televisión porque una parte del gobierno de Estados Unidos estaba en guerra con la otra parte. Aquel conflicto interno enfrentaba al director de la CIA William Casey no sólo con el Congreso sino también con oficiales de alto rango en el seno de la propia CIA [55] El programa de Moyers era parte de una serie de filtraciones de iniciados y de revelaciones de los medios dominantes sobre la operación no registrada bautizada «Enterprise». Oliver North –teniendo en segundo plano al director de la CIA William Casey– había utilizado esa operación para violar las leyes y políticas oficiales [56]. En resumen, el desafío de Tom Moyers a los «guerreros» de Cassey y de North correspondía a los objetivos de la CIA tradicional (y de sus patrocinadores habituales, o sea los «comerciantes» de Wall Street. [57]

No resulta por lo tanto sorprendente que aquel programa no abordara ni el papel del vicepresidente Bush –quien era entonces el superior de Oliver North– ni los intereses que podían llevar a las transnacionales a promover las operaciones clandestinas de la CIA en todo el mundo (como, por ejemplo, la operación –mucho más importante– que la CIA estaba realizando en Afganistán en los años 1980). Lo principal es que tampoco se dijo en aquel programa de televisión ni una palabra sobre la planificación de la «suspensión de la Constitución de Estados Unidos». desarrollada por el propio Oliver North en el marco del Proyecto Juicio Final, aunque ese plan había sido mencionado brevemente durante las audiencias sobre el Irángate, en 1987 [58]. Al guardar silencio sobre ese proyecto, los realizadores de aquel programa de televisión cometieron el error de no mencionar la planificación permanente que, en mi opinión, permitió concretar los planes de la COG a través del 11 de septiembre y de la Patriot Act. En resumen, el ataque de Moyers contra el gobierno secreto se limitaba en gran parte a lo que ya se sabía. Así que Moyers no se aventuró a entrar en el terreno de la política profunda.

Más recientemente, el profesor Lance deHaven-Smith propuso el concepto de Crímenes de Estado contra la Democracia (CED o SCAD [siglas en inglés] de State Crimes Against Democracy). Algunos de mis amigos han retomado ese concepto dentro del movimiento por la verdad sobre el 11 de septiembre, entre ellos Peter Phillips y Mickey Huff. El profesor deHaven-Smith clasifica como CED «acciones o inacciones concertadas entre miembros del gobierno [,] destinadas a manipular los procesos democráticos y a sabotear la soberanía popular». [59]

Una de las grandes ventajas de la hipótesis de los CED es que, contrariamente a lo que ha sucedido con mi trabajo, varias revistas académicas han hablado de ella –rompiendo así una especie de «barrera del sonido». Pero la expresión «crímenes de Estado» me plantea un problema. Por un lado, yo diría que el Estado, o algunos de sus componentes, son a menudo víctimas de los acontecimientos profundos, como el 19 de abril y el 11 de septiembre. Por otro lado, yo veo fundamentalmente al Estado como un garante de la democracia y no sólo como un enemigo de ella.

Estoy de acuerdo con el hecho que algunos miembros del gobierno desempeñan, en efecto, un papel importante en esos acontecimientos e incluso he analizado a algunos en los párrafos anteriores. Pienso, sin embargo, que es engañoso atribuir esos crímenes al Estado en su conjunto. En efecto, si un empleado de banco abre la puerta a un grupo de asaltantes, el resultado será un asalto, pero no realizado por el banco aunque puede calificarse de «complot interno».

El análisis de los CED es mucho más útil y complejo de lo que puedo explicar aquí y seguiré aprendiendo de quienes lo desarrollan. Pero esta teoría no tiene que ver con la política profunda. La lista de CED elaborada por el profesor deHaven-Smith incluye «las guerras secretas en Laos y Cambodia» que, más que acontecimientos, son dos decisiones políticas sobre las que sabemos que fueron tomadas en la Oficina Oval de la Casa Blanca. Aunque en aquella época eran operaciones clandestinas y más que seguramente ilegales, nada tenían de misteriosas cuando se dieron a conocer. Por su naturaleza no eran verdaderamente «profundas».

En mi opinión, la presentación de los CED como una lucha entre el Estado y la democracia simplifica demasiado ambos conceptos y subestima sus contradicciones internas, contrariamente al programa de televisión de Bill Moyers. Después de todo, la democracia es una forma de Estado en la que la libertad y las prerrogativas del pueblo están constitucionalmente garantizadas por las autoridades estatales (o por lo que yo llamo el Estado público). Al menos uno de los CED analizados por el profesor deHaven-Smith –el asesinato de JFK– debería ser considerado más lógicamente como un crimen perpetrado en contra del Estado, más que por el Estado.

Peter Phillips y Mickey Huff parecen reconocer ese problema. Ellos no incluyen el asesinato de JFK en su lista de CED [60]. Sin embargo, esa omisión da lugar a una distinción artificial entre ese homicidio y otros acontecimientos profundos –como los asesinatos de Martin Luther King y de Robert Kennedy– que son, en mi opinión, síntomas de un mismo síndrome.

En resumen, estoy convencido de la importancia crucial de una distinción que no aparece en el análisis de los CED. Se trata de la diferencia entre el Estado público –ostensiblemente dedicado a favorecer el bienestar, los derechos y las prerrogativas del pueblo– y esa banda de poderes no oficiales que se mueven tanto dentro como fuera del gobierno, lo que de forma poco hábil he llamado el Estado profundo. A lo largo de medio siglo, este ha venido debilitando el poder civil progresista y persuasivo. Poco a poco ha ido reemplazándolo por un poder violento, autónomo, extraconstitucional e irrestricto.

Mi última objeción al análisis de los CED es de carácter práctico. En efecto, si el Estado es el autor de esos crímenes, el trabajo de los críticos debe consistir en movilizar contra él a la opinión pública. Lo cual hace el juego a las políticas libertarianas de quienes –como Alex Jones y otros ardientes defensores de la Segunda Enmienda– sienten una profunda desconfianza hacia el Estado público en su conjunto y no sólo hacia sus agencias clandestinas. El análisis del profesor deHaven-Smith no implica solamente a estas últimas sino a todo el gobierno de los Estados Unidos, y quizás incluso a los tribunales en particular. (En respaldo a esa acusación señala el acto inhabitual de la Corte Suprema que, en 2000, puso a George W. Bush en la presidencia, con 5 votos a favor y 4 en contra.)

Sin embargo, una estrategia cuyo objetivo es atacar al Estado en su conjunto me parece un ejemplo de política derrotista. Sobre ese aspecto podemos aclarar, una vez más, nuestras ideas mediante el estudio de la estrategia de la tensión aplicada en Italia, que constituye una tenebrosa historia de terrorismo ciego con un desenlace más feliz. En efecto, los atentados con bombas perpetrados en Italia dejaron de producirse, después del atentado de la estación de Bolonia, en 1980. Este cese de la violencia se debió a una serie de investigaciones enérgicas y valientes, realizadas primeramente por periodistas, después por comisiones parlamentarias y, finalmente, por los tribunales como el que dirigió el juez Imposimato, que también investigó el asesinato del primer ministre italiano Aldo Moro y el intento de asesinato contra el papa Juan Pablo II. No fue fácil lograr el triunfo de la verdad ante la violencia. Periodistas, parlamentarios y por lo menos un juez lo pagaron con la vida. Pero fue una clara victoria de algunos contrapoderes oficiales contra una parte del Estado.

El ejemplo italiano demuestra que las fuerzas oscuras que se mueven tras una estrategia de la tensión no son invencibles. Sugiere también que, para vencer al Estado profundo, la sociedad civil tendrá que aliarse a los sectores del Estado que pudieran ser finalmente movilizados para favorecer la búsqueda de la verdad.

Si este ensayo contribuye a que se alcance ese objetivo, ello querrá decir que otras personas habrán seguido las pistas investigativas definidas en este trabajo. No pretendo llegar a comprender yo solo la verdad sobre esos acontecimientos profundos estructurales. Pero sí espero haber logrado señalar algunas de las direcciones que deberían seguir las futuras investigaciones.
Peter Dale Scott

Traducción
Hugo Vidal 

26 de abril de 2013

SISTEMA EDUCATIVO: PRODUCCIÓN



Fernando Mangual
Presidente FUNDED


Sobre mí Presidente de la Fundación de Desarrollo Estratégico Dominicano (FUNDED), profesor. Ha desempeñado importantes posiciones en el Estado. ha sido consultor de la CEPAL y representante del país en múltiples reuniones internacionales.
La educación debe ser un medio para mejorar los procesos tecnológicos,elevar la calificación de los recursos humanos, generando aumentos sustanciales de la producción. La educación en el país ha involucionado, enseña a repetir pero no a pensar, contenidos amplísimos y sin propósito, baja cobertura, maestros de pésima calificación, asociados a los partidos políticos.  La baja calidad de las escuelas públicas obliga a  los pobres a enviar sus hijos a la privada. El sistema origina exclusión, altas tasas de deserción, repitencia, además de atrasos en el conocimiento, representando la principal fuente  de pobreza. Tenemos que tener claro que la educación debe servir a la produccion.
Sectores influyentes de la sociedad entendieron que la educación es el pilar del desarrollo e iniciaron un proceso que obligó a asignar en el presupuesto público el 4 % del PIB, como un paso importante para iniciar una etapa de transformaciones del sistema. Pero únicamente se realiza un  programa de construcciones escolares y forcejeo de los maestros para  aumentos de sueldos. El Plan Estratégico de Educación prosigue siendo el gran ausente, su formulación es vital para que en sus metas se integren los requerimientos de calificación de los recursos humanos demandados por los sectores prioritarios.
En nuestro Proyecto de Nación 2013-2033, exponemos los siguientes aspectos básicos para la formulacion del plan educativo:
1- El Ministerio de Planificación debe enviar a las entidades encargadas de la formulación  las  indicaciones de los campos científicos-tecnológicos en que es necesario preparar recursos humanos, para Funded son; educación, electricidad, institucionalidad, recursos naturales con énfasis en el agua, agropecuaria, agroindustria, turismo, minería, pymes, comercio,  comunicaciones y transporte de carga.
2- Los maestros constituyen el principal eje del sistema, por ende, es vital mejorar sus condiciones de vida, convirtiendo el magisterio en una profesión digna,  ejecutar  programas que mejoren  su calificación en el interior y exterior del pais. Además, contratar profesionales y técnicos de distintas áreas para que refuercen el  profesorado. Proponemos establecer un instituto de estudios superiores autónomo para la formación de maestros, regular los departamentos de educación de las universidades para que formen en base a los requerimientos que se establezcan. La contratación de los maestros y los aumentos salariales deben realizarse en base a los resultados de las evaluaciones.
3- Otro factor de gran importancia es que el número de asignatura por niveles sea muy limitado y su contenido permita gran conocimiento de los temas, que para Funded, en el primer nivel son lenguaje, matemáticas, ciencias e ingles. Además, el procedimiento de  docencia debe enseñar a pensar, crear, y no sencillamente repetir.
4- La evaluación estudiantil puede utilizarse para dividir el sistema educativo en dos vertientes: la formal dedicada a graduar en carreras tradicionales y la científico-tecnológica basada en campos innovadores. La separación de  estudiantes se debe iniciar finalizados el octavo y la secundaria, estableciendo las escuelas vocacionales y los institutos superiores de ciencias y tecnologías de manera separada y complementaria, de la formal en cada nivel.
5- La educación debe ampliar su internacionalización  con programas de contratación de profesores extranjeros: para la docencia, administración del sistema e intercambiar con los profesores nacionales, estimular las titulaciones conjuntas entre las universidades nacionales y extranjeras y establecimiento de extensiones en el territorio nacional de universidades extranjeras para estimular la competencia.
Considerando la limitación de recursos, proponemos  priorizar el nivel inicial de 3-7 años, las escuelas vocacionales y los institutos superiores de ciencia y tecnología. También sugerimos al presidente Danilo Medina, otorgado el 4 % del PIB, requerir a las  entidades pertinentes, al Consejo de Educación, en el menor tiempo,formular y entregar el Plan Estratégico, cuya ejecución garantice una transformación  del sistema y que incida en la materializacion del Estado de Derechos de los dominicanos.

21 de abril de 2013

Boston Marathon bombardeo de atleta dedicado a extremistas desafectos


Autoridades trabajan para entender cómo Boston Marathon bombardeo sospechoso pasó de atleta dedicado a extremistas desafectos
El Lowell Sun / / Robin joven

Tamerlan Tsamaev, izquierda, lucha Lamar Fenner, derecha, durante el 201-libra el combate de boxeo división durante el 2009 Guantes de Oro del Torneo Nacional de Campeones 04 de mayo 2009 en Salt Lake City, Utah.
Glenn DePriest / Getty ImagesTamerlan Tsamaev, izquierda, lucha Lamar Fenner, derecha, durante el 201-libra el combate de boxeo división durante el 2009 Guantes de Oro del Torneo Nacional de Campeones 04 de mayo 2009 en Salt Lake City, Utah.
Maratón de Boston bombardero Tamerlan Tsarnaev parece haber sufrido un cambio dramático en el carácter, en los últimos años, a partir de un atleta dedicado a estudiar la contabilidad que se vestía con ropas occidentales con estilo, a un extremista desafectos que fue arrestado por asalto doméstico así como él se convirtió en una figura paterna para su familia, incluyendo a su hermano menor Dzhokhar.
El misterio de su radicalización se ha convertido en un aspecto clave de la investigación del atentado maratón, ya que las autoridades de Boston han dicho toda la evidencia sugiere que los hermanos actuaron solos.

"Estamos en guerra con Rusia, no los Estados Unidos de América": Daguestán rebeldes grupo se distancia de bombarderos Boston

Frente a la especulación que puede haber jugado un papel en el atentado maratón de Boston, una facción rebelde lucha por un estado musulmán en la región del Cáucaso Norte de Rusia emitió un comunicado el domingo insistiendo en que no estaba en guerra con los Estados Unidos.
"Estamos en guerra con Rusia", un comandante del grupo, el Cáucaso Unidos, dijo en un comunicado publicado en Kavkaz Centre, un sitio web pro-jihadista. También dijo emir del grupo, Doku Umarov, ha prohibido los ataques contra civiles.
Informa investigadores estaban tratando de seguir los movimientos de uno de los atacantes, Tamerlan Tsarnaev, que pasó seis meses en Daguestán año pasado. Junto con la vecina Chechenia, Daguestán es una base para los grupos islamistas armados.
Tamerlan, 26, el hermano mayor influencia que murió el viernes en un dramático choque con la policía, era conocido por los servicios de seguridad estadounidenses y rusos para sus intereses extremistas, había publicado vídeos yihadistas en YouTube, y recientemente había viajado a su país con problemas de Daguestán donde habría tenido contacto con los militantes conocidos.
Los primeros informes de los miembros de la familia, los amigos y la policía lo describen como un joven serio que asumió un papel paternal en la familia, en la ausencia de su padre. Describen un boxeador antes intensa que deriva del deporte tal como lo dejó la escuela de contabilidad, cada vez más religiosa en los últimos tres años, se casó y tuvo una hija, y se dedicó a llevar barba y ropas largas.
También se le informa expulsado de una mezquita después de entrar en una discusión agresiva sobre si los musulmanes deben emular Martin Luther King, Jr. Describiendo Tamerlan tan enfurecido, uno de los fieles dijo que interrumpió el servicio a los gritos: "No se puede hablar de este tipo porque es no es un musulmán! "Un portavoz de la Sociedad Islámica de Boston Centro Cultural lo describió como un asistente frecuente.
Este cambio a una mayor observancia religiosa coincidió con un creciente interés en militante Jihad Islámica. Una cuenta de Youtube en su nombre creada en agosto del año pasado incluyó videos de sermones extremistas y vídeos de propaganda por el grupo militante Imarat Kavkaz, o "Caucausus Emirato."
Dada esta historia, el FBI ha sido objeto de críticas por haber perdido su rastro y no para identificarlo antes. Autoridades se enteraron que era sólo después de soltar imágenes de vigilancia de él y de su hermano de 19 años de edad, Dzhokhar, ahora bajo custodia en el hospital.
Si estaba en el radar de los rusos, ¿por qué no era una bandera puesto en él, una especie de bandera de aduana?
"Si [Tamerlan] estaba en el radar y lo dejaron ir, si estaba en el radar de los rusos, ¿por qué no poner una bandera en él, una especie de bandera de aduana?" Michael McCaul, el presidente de la Cámara Nacional de Seguridad Comité, dijo en la CNN. Dijo Tamerlan parece haberse radicalizado durante un viaje a Daguestán año pasado.
"Una de las primeras cosas que hace [a su regreso] se pone un sitio web YouTube tirar un montón de retórica yihadista. Es evidente que algo ha pasado, a mi juicio, en ese período de tiempo de seis meses - se radicalizó en algún momento en el tiempo ", dijo McCaul. "¿Dónde fue eso y cómo fue eso?"
Mientras el presidente Barack Obama dijo, "¿Por qué los jóvenes que crecieron y estudiaron aquí como parte de nuestras comunidades y nuestro país recurso a este tipo de violencia?"
Tanto Tamerlan y Dzhokhar nacieron en Kirguistán, donde su familia había sido exiliado por el conflicto en Chechenia.
El Lowell Sun / / Robin joven
El Lowell Sun / / Robin joven
Tamerlan Tsarnaev, 26, izquierda, y Dzhokhar Tsarnaev, 19. Funcionarios de Boston dijeron el domingo los dos sospechosos de los atentados del maratón de Boston parecen estar planeando más ataques, pero probablemente actuó solo.
Dzhokhar, que llegó a Boston con su padre en 2002, se convirtió en ciudadano estadounidense el 11 de septiembre del año pasado, mientras que Tamerlan, que emigró más tarde, sólo tenía una tarjeta de residencia como residente permanente legal. Estudió contabilidad en Bunker Hill Community College en Boston entre 2006 y 2008, pero no fue contratado.
El New York Times informó de un "hold" se había incluido en su solicitud de ciudadanía, cuando el Departamento de Seguridad Nacional se enteró de interés el pasado de la FBI en él, aunque no está claro si él era consciente de ello.
El interés del FBI comenzó en 2011, cuando el servicio de seguridad FSB de Rusia informó al FBI que Tamarlan había radicalizado desde 2010 y tenía la intención de viajar a Chechenia para cumplir con los grupos rebeldes allí.
El FBI lo entrevistó en presencia de su Anzor padre, pero no encontró "información negativa" y no "actividades terroristas". Agentes le dijo que su actividad en línea ha sido objeto de seguimiento.
"Sabemos lo que los sitios que se encuentra, sabemos donde está llamando, sabemos todo sobre ti", dijeron los agentes, según su Anzor padre.
Tamerlan viajó a Rusia el año pasado, de enero a julio y pasó un tiempo en Chechenia.NBC informó de que le habían visto hacer seis visitas a un militante islámico en una mezquita en Makhachkhala, la capital de la conflictiva república rusa de Daguestán.
Glenn DePriest / Getty Images
Glenn DePriest / Getty Images
Tamerlan Tsamaev.
Su tía Maret en Toronto dijo que también estaba en Daguestán en febrero, cuando habló con él por teléfono.
El papel de Tamerlan en la familia también parece haber cambiado después de que su padre regresó a Daguestán hace aproximadamente un año. The Associated Press citó a amigos de secundaria que se describe Tamerlan teniendo un papel paternal en ausencia de su padre, mirando por encima de sus hermanas, con Dzhokhar ser un seguidor evidente de su hermano mayor dinámica.
Su tío, Ruslan Tsarni, dijo Dzhokhar fue "absolutamente perdido por su hermano mayor. Quiero decir, él lo usó. Él lo usa para lo que ha hecho. "
David Mijares, que se formó en el boxeo con Tamerlan en la escuela secundaria y más tarde entrenó Dzhokhar en el fútbol, ​​dijo a la agencia de noticias Tamerlan "tenía que ser un hombre a una edad muy temprana .... Eso sería, en mi opinión, una gran razón por lo que era, todo serio y sin sentido ".
La familia de su esposa, Katherine Russell, con quien tuvo una hija de un año Zahara tres, emitió un comunicado a la prensa que decían: "No podemos empezar a comprender cómo ocurrió esta tragedia horrible. En las consecuencias del horror del Día del Patriota, sabemos que en realidad nunca supimos Tamerlán Tsarnaev. Nuestros corazones se enferman por el conocimiento del horror que ha causado ".
El FBI dio la ortografía de su nombre de pila como Tamerlan. Otras fuentes tienen como Tamarlan. Del mismo modo, Dzhokhar era conocido por sus amigos como Jahar, que se acerca más a la pronunciación.
National Post, con los archivos de los servicios de noticias

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA Y LAS ELECCIONES EN VENEZUELA



Rafael Rico Ríos

Rebelión

A las 23:16 de la noche, hora venezolana, el Centro Nacional Electoral, CNE, lee el primer boletín con resultados irreversibles. Con un escrutinio del 99,12% Nicolás Maduro Moros, gana las elecciones presidenciales de 2013 con un 50,66% y 7.505.338 votos, frente a un 49,07% y 7.270.403 votos, de Capriles Radonsky. La noche caraqueña rompe un silencio tenso que parecía interminable con una avalancha de gritos que hasta el mismísimo Chávez pudo escuchar desde el más allá. 

Son 17 victorias del Chavismo en 18 procesos electorales a lo largo de 14 años y la primera con la ausencia de Hugo Chávez. La participación ha sido del 78,71% lo que supone sólo un 3% menos que las elecciones presidenciales del 7 de octubre. El Chavismo gana por apenas 300.000 votos, con unos resultados mucho menores que los que pronosticaban las encuestas y demasiado justos para la estabilidad del país y la oposición venezolana pide contar todos los votos para reconocer los resultados. 

Aún así se trata de una nueva victoria del Chavismo cuya primera conclusión es que se confirma que la Revolución Bolivariana no es sólo Hugo Chávez, se trata de un verdadero movimiento político y social. Por otro lado, en esta campaña electoral se ha puesto de manifiesto que la oposición venezolana está conformada por un grupo heterogéneo de partidos políticos, sin una dirección política clara, cuyo nexo de unión, más que una cuestión ideológica, ha sido, hasta ahora, sacar a Chávez del poder y acabar con el Chavismo. 

Esto demuestra que uno de los más importantes legados de Hugo Chávez haya sido formar un poderoso movimiento ideológico de izquierdas y romper con el paradigma de la política venezolana caracterizada por el juego de partidos unidos sólo por un conjunto de intereses personales sin apenas fondo ideológico. 

Esta campaña electoral ha sido muy corta, apenas 10 días, caracterizada por marchas maratonianas y exhibiciones de convocatorias por uno y otro bando, donde el debate político ha estado marcado por las cuestiones sociales. El Chavismo ha conseguido que la derecha venezolana centre su discurso en los aspectos sociales y que los más pobres sean los protagonistas de las campañas. 

A pesar de esta nueva orientación social del discurso de la derecha, los medios de comunicación comerciales han tratado de des-ideologizar la campaña centrando su cobertura comunicacional en la anécdota y ridiculizando el Chavismo. En algunos casos se ha caído en la trampa y el Chavismo se ha enredado en el debate de estas anécdotas difundidas por los medios comerciales, en lugar de analizar la profundidad del debate de lucha de clases y construcción de una nueva sociedad más justa. 

La sociedad venezolana, con su Revolución Bolivariana, ha conseguido poner sobre la mesa el debate de las contradicciones sociales. El votante chavista, que ha mantenido el apoyo al proceso, ha demostrado que no le importan las anécdotas, ni la imagen, ni las formas, le importa un compromiso político que ha adquirido en los últimos tiempos y, muy especialmente, con la muerte de Hugo Chávez. 

La campaña electoral ha estado marcada por la fuerza del lema: Chávez te lo juro. Un lema que va más allá del “Chávez, lo juro, mi voto es pa' Maduro”, como se ha cantado y coreado una y otra vez durante toda la campaña. Chávez te lo juro nace de un sentimiento popular aparecido los días posteriores a la muerte de Hugo Chávez. Se trata de un fuerte compromiso político interiorizado por miles de venezolanos y venezolanas que se fue fraguando los días después de la muerte de Chávez y que le da una nueva dimensión a este proceso. 

La derecha derrotada, que una vez más ve cómo los inmensos recursos energéticos de la primera reserva mundial de petróleo se escapan de su control por apenas 300.000 votos, no acepta los resultados y trata de denunciar un fraude electoral. 

¿Es posible que haya habido fraude? 

La otra cara de la campaña ha estado marcada por el fantasma del no reconocer los resultados electorales por parte de la oposición venezolana y la crítica al sistema electoral en caso de un resultado ajustado como el que finalmente se ha dado. 

Sin embargo, el sistema electoral venezolano ha sido observado, auditado y analizado por expertos internacionales que han reconocido su fiabilidad, transparencia y confianza. El ex presidente de EEUU, Jimmy Carter, que a través del Centro Carter ha actuado como observador internacional en distintos procesos electorales de todo el mundo incluido el venezolano, dijo de este sistema electoral: "De las 92 elecciones que hemos monitoreado, yo diría que el proceso electoral en Venezuela es el mejor del mundo” 

Venezuela posee un sistema de votación totalmente automatizado desde el año 2004. Utiliza un sistema con 16 auditorías, en todas las fases del proceso electoral que son acordadas y aprobadas por todos los partidos políticos participantes. 

Para hacernos una idea de la fiabilidad del proceso, podemos ver el acto electoral en la siguiente ilustración




Fuente: Consejo Nacional Electoral 



Previamente al acto electoral, se auditan, con todos los actores políticos que intervienen en el proceso, las máquinas electorales, el software y los sistemas de transmisión. Durante el acto electoral, que vemos en el esquema, el elector comprueba su identidad a través de un sistema de comprobación de huellas dactilares que activa la máquina de votación, marca su voto directamente en la pantalla de la máquina, confirma su voto, la máquina emite un comprobante físico con el voto seleccionado que el votante comprueba e introduce en una urna. Cada voto queda almacenado de manera aleatoria en la memoria de la máquina de votación que no transmite hasta que finalice el proceso. 

Al final del proceso, aleatoriamente, los miembros de cada mesa, con los delegados de cada partido y en presencia del público que lo solicite, eligen un 54% de urnas para cotejar los votos almacenados con los comprobantes físicos. Estudios estadísticos demuestran que sería suficiente con cotejar un 5% de las mesas para detectar irregularidades. Sin embargo, Nicolás Maduro acepta la petición de la oposición de auditar el 100% de las mesas, lo que supondría prolongar el tiempo de espera para los resultados definitivos en un clima de polarización y tensión política. 

Una vez finalizado el proceso de votación en cada centro electoral, los votos son transmitidos con tramas cifradas a través de una red segura de la empresa pública de telecomunicaciones CANTV y son recibidos por el sistema de totalización que comprueba la autenticidad de los envíos. Todo el sistema de transmisión utiliza firma electrónica con claves compartidas por el CNE, las organizaciones de todos los partidos políticos y el proveedor tecnológico, lo que obliga que los accesos deban ser aprobados por todas las partes. 

Roso Grimau, técnico electoral que asiste al CNE en representación del Partido Comunista de Venezuela, nos indica que los 16 procesos de auditorías incluyen: 1.- la auditoría al Registro Electoral, 2.- la auditoría a la producción de los Cuadernos de Votación, 3.- la auditoría a la fabricación del desengrasante y la tinta indeleble, 4.- la auditoría de la base de datos de personas elegibles a los Organismos Electorales Subalternos, 5.- la auditoría al software de selección de los miembros a los Organismos Electorales Subalternos, 6.- la auditoría al software de la Máquina de Votación, 7.- la auditoría a la producción de las Máquinas de Votación, 8.- la auditoría a toda la Infraestructura Electoral, 9.- la auditoría al Sistema de Totalización, 10.- la auditoría de datos y código fuente del Sistema de Autentificación del Votante, 11.- la auditoría de producción del Sistema de Autentificación de votantes, 12.- la auditoría de predespacho del Sistema de Autentificación de Votantes, 13.- la auditoría de la Red de Transmisión de Resultados Electorales, 14.- la auditoría de predespacho de Máquinas de Votación, 15.- la auditoría de Cierre y 16.- la auditoría posterior. 

Cada una de estas auditorías son acordadas, aprobadas y firmadas por todos los partidos políticos participantes en el proceso electoral. Sin embargo, la oposición venezolana, a pesar de haber aceptado y aprobado todas las auditorías, mantiene las acusaciones de fraude sin pruebas con el apoyo de los medios comerciales y obliga al gobierno a admitir la auditoría de la totalidad de las mesas electorales y el recuento de todos los votos. 

Los retos de Maduro 

Con esta mínima victoria del Chavismo, se inicia una nueva etapa en la historia de Venezuela donde Nicolás Maduro tiene que responder a la responsabilidad de continuar con la Revolución Bolivariana y debe afrontar la construcción de una nueva sociedad con una ideología llamada socialismo del siglo XXI . Además, tiene que mantener la unidad del Chavismo, defender el proceso de los ataques de la derecha y superar los grandes errores en la gestión del gobierno bolivariano que le están pasando factura. 

Deberá superar los principales problemas que más preocupan a la sociedad venezolana, como La violencia, la corrupción, la ineficiencia en la gestión pública y las distorsiones económicas que generan fenómenos que afectan a los sectores populares como la inflación. Deberá aplicar el Programa de la Patria 2013-2019 donde están contenidas las bases de desarrollo de Venezuela diseñadas por Hugo Chávez para este periodo presidencial. Un periodo presidencial que pudiera quedar interrumpido a mitad de mandato por un referéndum revocatorio, contemplado en la Constitución Bolivariana, en caso que el gobierno bolivariano no mejore su gestión. 

En el plano internacional, deberá continuar con la integración latinoamericana, la ALBA, UNASUR y CELAC, además de profundizar en las relaciones Sur-Sur y el modelo de cooperación para los países del Sur, la relación de América y África, la relación con los Estados Unidos de América, la integración en el Mercosur y la construcción de un mundo multipolar. 

Por otra parte, continuará la batalla con los medios de comunicación comerciales y los intereses que defienden. Deberá mejorar la eficiencia de los medios de comunicación públicos para transmitir los progresos en la gestión del gobierno, profundizar en el derecho a la información y aclarar el papel de los medios alternativos dentro del Sistema Nacional de Medios Públicos. 

En lo social, necesitará cumplir con el reimpulso y la revisión de las misiones sociales, fortalecer el sistema educativo y el sistema de salud. Continuar el debate del papel de la mujer en la nueva sociedad, sobre el desarrollo integral de los niños, la cuestión indígena y su enfrentamiento a los grandes terratenientes, avanzar en las políticas de inclusión social y continuar con la lucha contra la marginalidad. 

Deberá continuar con la Gran Misión Vivienda y el impacto que tiene en la deuda pública, las importaciones y el crecimiento económico. Ampliar las grandes infraestructuras del país, continuar con la red de ferrocarriles y autopistas que des-masifiquen las principales ciudades. 

En la ciencia, tecnología y el conocimiento, deberá profundizar en la soberanía tecnológica, continuar con la implantación del Software Libre en la administración pública, debatir sobre la propiedad intelectual y su impacto en el desarrollo económico y buscar mecanismos de innovación ligados al desarrollo productivo y social. 

Deberá potenciar la producción agropecuaria, la industria de alimentos y disminuir la importante importación de alimentos. Continuará el debate sobre la cuestión petrolera, sobre la recuperación de los sectores estratégicos del país y mejorar la gestión de las casi 1200 empresas expropiadas. Tendrá que apostar por la industrialización del país históricamente abandonada. Deberá resolver el debate de los modelos de cogestión y autogestión obrera, empresas comunales, el cooperativismo, las empresas mixtas y las empresas públicas transnacionales. 

En cuanto a la organización política y social y el poder popular, deberá continuar el debate sobre la función del poder popular y sus organizaciones sociales, la necesidad de la organización política, el fomentar el surgimiento de nuevos liderazgos, los consejos comunales y la comuna, el sindicalismo y el desarrollo del movimiento obrero y el campesinado. 

En lo ideológico deberá desarrollar el llamado socialismo del siglo XXI, el socialismo bolivariano y reflexionar sobre el Estado burgués, la burocracia y la construcción de un nuevo Estado. 

Pero quizás el gran reto para Nicolás será conseguir ganar la confianza de todos los sectores que apoyan el Chavismo, que votaron por él y que, por petición de Hugo Chávez, depositaron en él sus esperanzas de mantener el proceso. Porque lo que le ha llevado a la victoria han sido millones de juramentos. A partir de ahora, deberá ganarse un apoyo que tiene que ver con la identificación de clase entre líderes y pueblo, dar paso al poder popular y a un liderazgo colectivo. Esa identificación de clase y el compromiso interno de ese Chávez te lo juro de cada uno de esos millones de venezolanos y venezolanas que ahora son Chávez, es lo que podría mantener viva la Revolución Bolivariana. 

@rafaelricorios 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes. 

Ignacio Ramonet: "Ha llegado la hora de reinventar la política y el mundo"



El exdirector de la edición francesa de 'Le Monde diplomatique' y profesor de Teoría de la Comunicación, es uno de los observadores más lúcidos de la realidad política 

Manuel Fernández-Cuesta 
eldiario.es

Ignacio Ramonet (Redondela, 1943), es uno de los pensadores más lúcidos de los últimos tiempos. Instalado en París desde 1972, sociólogo y semiólogo, especialista en geopolítica, profesor de Teoría de la Comunicación, sagaz periodista, su forma de mirar e interpretar la modernidad y, por extensión, la globalización, hace de sus ideas un punto de inflexión necesario contra el pensamiento dominante. Diario Kafka ha hablado con él sobre la actualidad política, la crisis y los emergentes movimientos sociales, Europa y el porvenir. 

Diario Kafka: ¿Asistimos a un renacimiento de los movimientos de protesta ciudadana? 

Ignacio Ramonet: Desde que estalló la actual crisis financiero-económica, en 2008, estamos asistiendo a una multiplicación de los movimientos de protesta ciudadana. En primer lugar, en los países más afectados (Irlanda, Grecia, Portugal, España), los ciudadanos –cívicamente– apostaron por apoyar, con sus votos, a la oposición, pensando que esta aportaría un cambio de política tendente a menos austeridad y menos ajuste. Pero cuando todos estos países cambiaron de Gobierno, pasando de la izquierda o centro-izquierda a la derecha o centro-derecha, la estupefacción fue completa, ya que los nuevos Gobiernos conservadores radicalizaron aún más las políticas restrictivas y exigieron más sacrificios, más sangre y más lagrimas a los ciudadanos. Ahí es cuando empiezan las protestas. Sobre todo porque los ciudadanos tienen ante sus ojos los ejemplos de dos protestas con éxito: la del pueblo unido en Islandia y la de los contestatarios que tumban las dictaduras en Túnez y Egipto. Además, destaca el hecho de que las redes sociales están facilitando formas de la organización espontánea de las masas sin necesidad de líder, de organización política, ni de programa. Todo está listo entonces para que surjan, en mayo de 2011, los indignados españoles, y que su ejemplo se imite de un modo u otro en toda la Europa del sur. 

DK: ¿Por qué los partidos políticos de la izquierda son mal comprendidos por estos movimientos? 

IR: Porque lo que los medios califican de "partidos políticos de la izquierda" tienen, en opinión de esos movimientos y de las mayorías exasperadas, muy poco de izquierda. No hay que olvidar, además, que estos partidos están comprometidos con esta misma política conservadora que ellos fueron los primeros en aplicar, sin anestesia. Recuérdese lo que ocurrió en España cuando, de pronto, en mayo de 2011, Rodríguez Zapatero, sin avisar ni explicar, decidió aplicar un brutal plan de ajuste ultraliberal que era exactamente lo contrario del ADN del socialismo. 

DK. ¿Cuál fue el pecado original de Mayo del 68? ¿Son los movimientos de hoy hijos tardíos del 68? ¿Cree que pueden realmente construir contrapoder político, alternativa real de Gobierno, o son más bien movimientos emocionales? 

IR: No se pueden comparar las dos épocas. Mayo del 68 era una crisis contra un país en expansión (nacimiento de la sociedad de consumo, crecimiento alto, pleno empleo), que seguía siendo profundamente conservador y hasta arcaico en materia de costumbres. Hoy sabemos que fue menos una crisis política que una crisis cultural. El movimiento del 15M, sin embargo, es el reflejo del derrumbe general de todas las instituciones (Corona, justicia, Gobierno, oposición, Iglesia, autonomías...). En ese sentido, es lo más positivo que ha ocurrido en la política española desde el final del franquismo. Lo más fresco e innovador. Aunque no se ha traducido en movimiento político con perspectivas de conquistar el poder, revela un sentimiento profundo de hartura de la sociedad española golpeada por la crisis y por las brutales medidas de austeridad del Gobierno de Mariano Rajoy. Se podría decir que los movimientos de protesta son una buena noticia ya que demuestran que las sociedades europeas, y en particular su juventud tan castigada por la crisis social, está expresando su descontento general hacia la situación que se está viviendo y hacia el tipo de solución neoliberal que los Gobiernos y la Unión Europea están aplicando contra la crisis. Es más, estos movimientos rechazan la adopción de medidas de austeridad extremadamente serias, de ajuste económico, en una Europa del sur donde más del 20% de los jóvenes menores de treinta años se encuentra en paro. Curiosamente, esta juventud se expresa de una manera pacífica, no violenta, inspirándose en varios movimientos generales. 

DK: ¿Qué otros efectos está produciendo esta crisis en Europa? 

IR: La crisis se está traduciendo también en un aumento del miedo y del resentimiento. La gente vive en estado de ansiedad y de incertidumbre. Vuelven los grandes pánicos ante amenazas indeterminadas como pueden ser la pérdida del empleo, los choques tecnológicos, las biotecnologías, las catástrofes naturales, la inseguridad generalizada. Todo ello es un desafío para las democracias, porque ese "terror difuso" se transforma a veces en odio y repudio. En varios países europeos, ese odio se dirige hoy contra el extranjero, el inmigrante, el diferente, los otros (musulmanes, gitanos, subsaharianos, sin papeles...) y crecen los partidos xenófobos, racistas y de extrema derecha. 

DK: ¿Son los movimientos sociales y políticos actuales, culminando en el 15M, capaces superar a los partidos políticos tradicionales de la izquierda? 

IR: No sabemos hacer política sin partidos políticos. Lo que reclaman los contestatarios, los indignados en casi toda Europa del sur, es cambiar las reglas del juego: desmontar el truco. Nuevas reglas supondrían, por ejemplo en España, una nueva Constitución como reclama un número cada vez mayor de ciudadanos. Una Constitución que dé más poder a los ciudadanos, que garantice más justicia social y que sancione a los responsables del actual naufragio. Un naufragio que no puede sorprender a nadie. El escándalo de las hipotecas basura era sabido por todos. Igual que el exceso de liquidez orientado a la especulación, y la explosión delirante de los precios de la vivienda. Nadie se inmutaba, porque el crimen beneficiaba a muchos. Y se siguió afirmando que la empresa privada y el mercado lo arreglaban todo. En la historia larga de la economía, el Estado ha sido siempre un actor central. Solo desde hace treinta años –o sea, nada en una historia de siglos–, el mercado ha querido expulsar al Estado del campo de la economía. Hay que volver al sentido común, a un keynesianismo razonable: tanto Estado como sea necesario y tanto mercado como sea indispensable. La prueba evidente del fracaso del sistema neoliberal actual son los ajustes y rescates que demuestran que los mercados no son capaces de regularse por sí mismos. Se han autodestruido por su propia voracidad. Además, se confirma una ley del cinismo neoliberal: se privatizan los beneficios pero se socializan las pérdidas. Se hace ahora pagar a los pobres las excentricidades irracionales de los banqueros, y se les amenaza, en caso de que se nieguen a pagar, ¡con empobrecerlos aún más! ¿Se producirá un incendio social? No es imposible. Las repercusiones sociales del cataclismo económico son de una brutalidad inédita: 23 millones de parados en la Unión Europea y más de 80 millones de pobres. Los jóvenes aparecen como las víctimas principales. Por eso, de Madrid a Londres y Atenas, de Nicosia a Roma, una ola de indignación levanta a la juventud. Añádase, además, que en la actualidad, las clases medias también están asustadas porque el modelo neoliberal de crecimiento las está abandonando al borde del camino. En España, una parte se unió a los jóvenes para rechazar el integrismo ultraliberal de la Unión Europea y del Gobierno. “No nos representan”, dijeron todos los indignados. 

DK: ¿Cómo ve Europa y el proyecto común europeo dominado, estos años, por Alemania y su política de austeridad? 

IR: El curso de la globalización parece como suspendido. Se habla cada vez más de desglobalización, de descrecimiento. El péndulo había ido demasiado lejos en la dirección neoliberal y ahora podría ir en la dirección contraria. Ha llegado la hora de reinventar la política y el mundo. Todas las sociedades del sur de Europa se han vuelto furiosamente anti alemanas puesto que Alemania, sin que nadie le haya otorgado ese derecho, se ha erigido en jefe –autoproclamado – de la Unión Europea enarbolando un programa de sadismo económico. Europa es ahora, para millones de ciudadanos, sinónimo de castigo y sufrimiento: una utopía negativa. 

DK: ¿Hay alternativas frente al abandono del campo de batalla de la socialdemocracia tradicional?

IR: La socialdemocracia ha fracasado porque ella misma ha participado en la liquidación del Estado de bienestar, que era su principal conquista y su gran seña de identidad. De ahí el desarraigo de muchos ciudadanos que pasan de la política absteniéndose, limitándose a protestar o votando por Beppe Grillo (que es una manera de preferir un payaso auténtico en lugar de sus hipócritas copias). Otros han decidido votar a la extrema derecha, que sube espectacularmente en todas partes, o en menor grado, optar por la izquierda de la izquierda que encarna hoy el único discurso progresista audible. Así estaban también en América Latina hace poco más de un decenio, cuando las protestas derrocaban Gobiernos democráticamente elegidos (en Argentina, Bolivia, Ecuador, Perú...), que aplicaban con saña los ajustes dictados por el FMI. Hasta que los movimientos sociales de protesta convergieron con una generación de nuevos líderes políticos (Chávez, Morales, Correa, Kirchner, Lula, Lugo...) que canalizaron la poderosa energía transformadora y la condujeron a votar en las urnas programas de refundación política (constituyente), de reconquista económica (nacionalizaciones, keynesianismo) y de regeneración social. En ese sentido, se observa cómo a una Europa desorientada y grogui, América Latina le está indicando el camino.


1 de abril de 2013

UNA ESPERANZA LLAMADA PCR


General  Zorrilla Ozuna 

Cuando un pueblo adopta  su destino, la historia avanza.
Es la lectura principal de lo ocurrido  en los últimos 14 años en la patria grande, como la llamara Bolívar a la  América latina y el Caribe.
Con el naufragio del modelo neoliberal que nos quisieron implantar desde del Norte,  la frustración y la esperanza se juntaron, allí nació la coyuntura.
 La audacia política y la visión de patria de un Guerrero que ya es eternidad, el que demostró con su combate que “si se puede” y le devolvió a esta patria grande los sueños y  las utopías que por más de quinientos años yacían arrinconados  por el yugo opresor del norte y sus socios criollos. Chávez  se hizo presente, ubicándose a la altura de su papel histórico.
Estos procesos libertarios, de independencia y justicia social son eventos generadores de cambios profundos en la consciencia de la América morena. Dejan lecciones que urge retomar.
En la República Dominicana el movimiento progresista y liberal ha recorrido caminos  tortuosos, y aún hoy, a las alturas del siglo XXI, no ha logrado cuajar sus sueños.
Quisqueya, la tierra del gran Cacique libertario Enriquillo se rezagó en el proceso latinoamericano. Brasil, Argentina,  Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia etc., nos tomaron ventaja en esta marcha hacia el  futuro y los movimientos de la izquierda nacional, no se escapan a esta crítica. Los soñadores originales no tuvieron descendientes para continuar el desafío. Los pioneros fueron sacrificados prematuramente, o fueron ahogados en las tormentas de los egos. En ambos casos, las proclamadas vanguardias herederas, renunciaron a la dialéctica del crecimiento social y conceptual, se aferraron a la supervivencia del aparato y expulsaron a su fuente natural: el Pueblo.
En los últimos cincuenta años surgieron experiencias y líderes políticos, muchos, que hoy no están: Juan Bosch y su gobierno democrático 1963. Manolo Tavarez  Justo y las Manaclas, Tomas Fernández Domínguez y su movimiento constitucionalista, Francis Caamaño y la guerra patria  de Abril 1965, Balaguer y sus 12 años de contrarrevolución, Juan Bosch y Peña Gómez se dividen, uno, Peña  Gómez ,toma  el camino de la Social Democracia y Juan se hace más progresista y abraza el socialismo como su norte en la búsqueda del bien colectivo, Don Antonio Guzmán y la apertura a la democracia, el retorno de Balaguer y su gobierno conservador, Leonel Fernández y la modernidad, Hipólito Mejía y la crisis financiera, retorno de Leonel Fernández y el fortalecimiento de su liderazgo, llegada de Danilo Medina al Palacio Nacional y sus iniciativas de hacer lo que nunca se hecho.
Si bien los sectores progresistas y liberales han  promovió batallas políticas e ideológicas importantes a nivel de opinión pública y otros escenarios, no estuvieron a la altura de las expectativas generadas. Sin embargo, la historia no se detiene, prosigue su curso trazado por las corrientes sociales, políticas y económicas.
Por las  curiosidades del devenir histórico y del realismo mágico, precisamente gracias a la  crisis económica, social, política y sobre todo a la de orden ético  que se originó en la primera década del siglo XXI, surge una nueva fuerza política llamada PCR.


¿Cuál sería la labor fundamental de esa nueva fuerza?

El PCR debe ser convocador y promotor del rescate de valores ancestrales, que fortalezcan los tejidos sociales, estimulen la investigación propia y la producción de conocimiento que apoye el ejercicio y la creatividad en las artes y que promueva la organización de redes sociales y la participación comunitaria, tareas urgentes para un proceso social.
 La gran tarea de comenzar a darle cuerpo a los sueños de un país, es a través de su historia, de la Cultura, esta tiene que ver con el imaginario social, el mayor poder dinamizador de la sociedad.  Tratamos con seres que sueñan, que aman, que  inventan mundos.
La creación de este espacio cívico renovador, educador y conductor es inaplazable.
Si el PCR nació como repuesta  a la  desilusión de las grandes mayorías  y por la audacia de un líder (General Zorrilla Ozuna), que supo  ubicarse a la altura histórica para dar esperanzas a los excluidos, a los pobres de nuestra patria, al igual que aquel Arañero de Barina, Venezuela  que lucho y vivió por los pobres del mundo.     
El partido cívico renovador debe constituirse en una nueva experiencia organizativa, social, política y cultural, superando errores del pasado y haciendo aportes a los irreversibles cambios sociales de  la época.

Domingo Núñez Polanco