29 de marzo de 2013

Grupo Brics: alianza estratégica por mejor gobernanza global


Pretoria, 28 mar (PL) La concluida V Cumbre del grupo Brics en Sudáfrica fortaleció la alianza estratégica de las cinco economías emergentes de ese bloque, que en largo plazo podría redundar en la actualización y fortalecimiento de las instituciones de la gobernanza mundial.Así lo ratificaron en la reunión de dos días en la ciudad portuaria de Durban los jefes de Estados de Brasil, Dilma Rousseff; de Rusia, Vladímir Putin; de China, Xi Jinping, y de Sudáfrica, Jacob Zuma, junto al primer ministro de la India, Manmohan Singh.

Este encuentro fue el primero de esa naturaleza que se celebró en África y sesionó bajo el lema "Asociación para el desarrollo, la integración y la industrialización", aunque abordó también asuntos importantes como la crisis en Siria y el disenso nuclear de Irán.

Los gobernantes aprobaron iniciativas como la creación de un Banco de Desarrollo para la asistencia mutua en situaciones financieras complejas y que es visto como alternativa ante las políticas discriminatorias del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, controlados por Estados Unidos.

La entidad bancaria tendría un capital inicial de 50 mil millones de dólares aportados por sus componentes y cooperará con otros países de mercados emergentes y economías en vías de desarrollo, según trascendidos de la reunión.

De conjunto, las economías del Brics representaron el pasado año el 21 por ciento del Producto Interno Bruto Mundial y su comercio ascendió a 282 mil millones de dólares.

Esos cinco países disponen, además, del 42 por ciento de la población mundial y de alrededor del 45 por ciento de la fuerza de trabajo del planeta.

Según Zuma las negociaciones formales para establecer la institución se sustentaron en la "considerable necesidad de infraestructuras, que sumarán 4,5 billones de dólares en los próximos cinco años".

Los gobernantes convinieron también en la creación de una reserva de riesgo para el comercio y el desarrollo con el objetivo de promover una mayor cooperación, así como interconectarse mediante un cable submarino de 28 mil 400 kilómetros, alternativa para acabar con la dependencia tecnológica en ese campo.

Otro paso importante fue la constitución del Consejo de Negocios Brics, que se utilizará como "plataforma para profundizar y promover los vínculos económicos, comerciales y las inversiones" entre sus miembros.

Este Consejo profundizará la promoción de las relaciones comerciales, la transferencia tecnológica y cooperación en áreas como el sector bancario, la economía ecológica, la manufactura e industrialización por la vía privada.

Putin resumió lo logrado en Durban al considerar que el objetivo estratégico "en la perspectiva a mediano y a largo plazos es fijar el Brics en las posiciones de uno de los elementos clave del sistema de la dirección global, lo cual concierne a las esferas político-jurídica, así como financiero-económica".

Más allá de los acuerdos alcanzados en la esfera económica, el grupo Brics se pronunció en un comunicado por defender el derecho legítimo de Siria a la autodeterminación y rechazaron la ulterior militarización del conflicto promovido por las potencias occidentales y países de la región.

Junto a ello reconocieron también el derecho de Irán al uso pacífico de la energía nuclear e instaron a disipar las dudas sobre su programa por intermedio del diálogo entre Teherán, el Organismo Internacional de Energía Atómica y los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, más Alemania.

Si bien Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica tienen historias diferentes, lo cierto es que sus metas son similares y amparadas "en una visión de futuro de que nuestros países van a ocupar cada vez más un rol relevante", dijo la presidenta brasileña.

ale/jcd

19 de marzo de 2013

Corruptos, corruptores y corrompidos

Publicado por Unidad y Resistencia el lunes
TEODORO SANTANA  


En cualquiera de sus formas, el capitalismo es esencialmente corrupción. Y no sólo porque se trate de un sistema basado en la explotación de las asalariadas y los asalariados. Hasta en la democracia burguesa más ejemplar, miles de hilos, relaciones e influencias unen a las grandes empresas con el Estado. 

Un Estado que, en todos los casos, existe precisamente para garantizar el dominio absoluto de los grandes monopolios sobre el conjunto de la sociedad. Es lo que se llama capitalismo monopolista de Estado, fase actual del sistema capitalista en la que estamos desde el siglo XX, y a la que también se denomina imperialismo.

Toda la estructura política, ideológica, legislativa, educativa, jurídica, policial y militar del Estado no es más que el entramado que garantiza esa dominación de una clase sobre las demás. Unas veces esta dictadura de la oligarquía ha adoptado su forma más brutal, como el nazi-fascismo. Otras adopta formas más suaves y “civilizadas”. Pero hasta en los países capitalistas con más tradición democrática, con más exigencias de ejemplaridad, lo esencial sigue siendo ese dominio absoluto de los intereses de los dueños de los grandes monopolios.

Bien es cierto que, cuanto menos nivel democrático despliega un Estado, menos se respetan sus propias reglas y leyes, tendiendo a manifestarse como latrocinio puro y duro de carácter mafioso. Es lo que fue el fascismo en el Estado español. Y, a las pruebas me remito, lo que está siendo el postfascismo monárquico.

Prensa capitalista (no hay otra) y partidos políticos del régimen se lanzan a la cabeza unos a otros tal o cual corruptela, intentando demostrar la maldad intrínseca del oponente o de toda la “clase política”. Como si la misma existencia de tales partidos no fuera ya un caso de corrupción insoportable: puras maquinarias electorales “engrasadas” con dinero de los bancos (cuyos créditos “perdonados” siguen siendo “secreto de Estado”) y de los grandes monopolios. Algo sobre lo que todos guardan un silencio cómplice.

Como callan sobre lo que es más evidente: en todo caso de corrupción se necesitan corruptores. Mucho escándalo sobre que Fulanito recibió X millones de soborno, los pusiera después en Suiza o en Panamá, se acogiera a la amnistía fiscal o no. Pero si el corrupto Fulanito recibió 10, por ejemplo, ¿cuánto tuvo que sacar la empresa del corruptor de tal tejemaneje para que le resultara rentable? Ah, pero las empresas son “entidades” respetables. Podemos sacar la vida, obra, amantes y milagros de un político, pero nunca las entretelas de un Consejo de Administración.

Mientras los corruptos se pueden ver inmersos en imputaciones (aunque muy pocos terminan por ir a la cárcel), los corruptores rara vez se ven molestados. Al fin y al cabo, se trata de "gente respetable", “gente de orden”, los dueños del Estado.

Para que tal nivel de corrupción domine el escenario político, además de corruptos y corruptores, hacen falta loscorrompidos. Aquellos que hacen la vista gorda, dilatan hasta la exasperación los procesos judiciales, enredan la madeja hasta convertirla en inútil. Se habla de la corrupción de los políticos, pero nadie se atreve a mencionar la de los jueces. Ya saben, esos tipos que se codean con los grandes capitostes, toman copas, juegan al golf y hasta se acuestan juntos. Sólo una justicia totalmente corrompida permite un estado de cleptocracia, generalizada hasta lo grotesco, como la que padecemos.

La criminal policía fascista, los jueces fascistas, los banqueros del fascismo y los nuevos ricos gracias al fascismo: ninguno fue depurado en la “transición”. Así que seguimos con el aparato de Estado del fascismo incólume, y con su forma de corrupción intacta. Son las mañas de lo que es toda una tradición. Eso sí, ahora “democrática”.

Añada usted a eso una jefatura del Estado, y mando supremo de las fuerzas armadas, en manos de una pústula feudal, una monarquía impuesta por Franco, cuajada de urdangarines, elefantes africanos, comisiones saudíes, princesas alemanas, caderas de titanio y cuernos retorcidos.

¿Bárcenas? Un alma de Dios, oiga.

Sobre el desarrollo chino


Carta Maior

¿Cuál fue el punto de partida político del “milagro económico” chino, al que se refiere insistentemente Den Xiaoping? Para los chinos el desarrollo capitalista es sólo un instrumento más de defensa de su civilización milenaria, contra los sucesivos cercos e invasiones de los “pueblos bárbaros”. “Soy lego en el campo de la economía. Hice algunos comentarios al respecto del tema, pero todos desde un punto de vista político. Por ejemplo, propuse una política de apertura económica china para el mundo exterior, pero en cuanto a los detalles o especificidades de su implementación, de hecho se muy poco.” Deng Xiaoping (citado por Kissinger, Sobre China, Ed. Objetiva, RJ, 2011, p: 331).
La historia no se repite ni puede ser transformada en receta. Aunque ella puede enseñar a los que desean aprender, como si fuese un viejo y buen profesor.
Dado el caso del extraordinario desarrollo económico chino de las últimas décadas, la explicación de los economistas acostumbra subrayar la importancia demiúrgica de las reformas liberales o la eficacia de las políticas económicas heterodoxas, a pesar de que Deng Xiaoping – considerado el padre del “milagro económico” chino- siempre haya insistido en la naturaleza política y estratégica, mucho más que económica, de su proyecto reformista. Como si él estuviese apuntando para la luna mientras los economistas insisten en mirar solamente el dedo, debido a su gran dificultad de comprender racionalidades que no se sometan a la “lógica utilitaria”. Siendo así, ¿cuál fue entonces este punto de partida político del “milagro económico” chino, al que se refiere insistentemente Deng Xiaoping?
No es fácil reconstruir y sintetizar un proceso tan complejo. Pero parece no existir ninguna duda de que "el gran salto capitalista" de China comenzó a finales de los 50, con la ruptura entre el comunismo soviético y el chino. Una ruptura ideológica que se transformó en una disputa fronteriza a lo largo de la década de los sesenta, culminando con el conflicto militar del Río Ussuri en 1969. Desde allí, la URSS aumentó geométricamente su fuerza militar junto a la frontera con China, la cual respondió al cerco ruso con su primera prueba nuclear en 1964 y con el lanzamiento de su primer cohete balístico, en 1966. El sentimiento de amenaza e inseguridad creciente, llevó a Mao Zedong a convocar en 1969 a un grupo de cuatro mariscales del Ejército de Liberación Popular que habían sido purgados por la Revolución Cultural –Chen YI, Nie Rongzhen, Xu Xiangqian y Ye Jianying– con la tarea de presentar un mapa de las opciones estratégicas de China frente a los desafíos creados por la ruptura del bloque comunista. El diagnóstico de esta Comisión Militar de alto nivel fue rotundo y sus propuestas cambiaron la historia de la política exterior China.
La URSS se definió como la principal amenaza a la seguridad de China y tendría que ser contenida a través de una política militar de "defensa activa" y de una política y diplomática "ofensiva" de acercamiento con los Estados Unidos. Al año siguiente, el día 8 de diciembre de 1971, llegó a la Casa Blanca, en Washington, el mensaje del primer ministro Chou Lai, que dio inicio a una de las transformaciones geopolíticas más importantes del siglo XX. En nombre de la nueva estrategia, en la reunión presidencial de 1972, entre los presidentes Mao y Richard Nixon, Mao Zedong puso entre paréntesis las diferencias de los dos sobre la cuestión de Taiwán, y propuso al presidente Nixon una "línea horizontal" de contención de la Unión Soviética, que pasaba por el Medio Oriente y llegaba hasta Japón.
En la secuencia, y como una forma de fortalecer la capacidad defensiva de China, el primer ministro Chou Lai propuso, en 1975, su programa de las "4 modernizaciones", que fueron implementadas por Deng Xiaoping desde 1978. Siguiendo esta misma estrategia, el gobierno de Deng Xiaoping promovió, en 1979, una invasión preventiva del Vietnam, para impedir la expansión de la influencia militar soviética en Indochina, con el conocimiento del Japón y con el apoyo logístico del gobierno de Carter.
La nueva estrategia militar y económica terminó definitivamente con la Revolución Cultural (1965-1974) y fortaleció el Estado central chino, que recuperó su condición milenaria de guardián moral de la unidad y del "interés universal" del territorio continental y de la civilización china. Una sociedad multitudinaria que se ve a sí misma como una civilización superior, homogénea y con por lo menos 2.300 años de existencia, a pesar del "siglo de humillación" que le fue impuesto a China por la "barbarie europea" entre 1842 y 1945.
Después del final de la URSS, China se reaproximó a Rusia y redefinió su "mapa estratégico", pero mantuvo su fidelidad al punto de vista político de Deng Xiaoping: el desarrollo de China debe estar siempre al servicio de su política de defensa. En este sentido, si nuestra hipótesis fuere correcta y aunque la historia no se repita, lo más probable es que la nueva doctrina de Obama de contención de China fortalezca y amplíe la "economía de guerra" del país, acelerando y profundizando su "conquista del oeste" y su integración con Rusia y Asia Central.
Esta historia deja finalmente una lección sorprendente: para los chinos, el desarrollo capitalista es sólo un instrumento para defender su antigua civilización, contra los sucesivos cercos y las invasiones de los "pueblos bárbaros".
Traducción para www.sinpermiso.info Carlos Abel Suárez

Un pequeño homenaje a Karl Marx a los 130 años de su muerte



Iohannes Maurus


Le debo a mi querido amigo, Jónatham Moriche, la ocasión para esta reflexión. Para rendir homenaje a Marx, a los 130 años de su muerte, colgó en su página de Facebook esta cita, a la que sigue mi respuesta:

« Esta acumulación originaria viene a desempeñar en la Economía política más o menos el mismo papel que desempeña en la teología el pecado original [...]. De este pecado original arranca la pobreza de la gran masa que todavía hoy, a pesar de lo mucho que trabaja, no tiene nada qu e vender más que a sí misma y la riqueza de los pocos, riqueza que no cesa de crecer, aunque ya haga muchísimo tiempo que sus propietarios han dejado de trabajar » (Carlos Marx, El Capital, cap. 24) 

Yo completaría la cita de Marx diciendo que la dictadura del proletariado es al materialismo histórico lo que es el Apocalipsis a la teología, la introducción a un mundo sin "pecado original", donde los efectos de la acumulación originaria, a saber la desaparición de los comunes, la expropiación de los trabajadores, el monopolio de los medios de producción por las clases que gestionan el capital hayan desaparecido. Marx era perfectamente consciente de la correlación directa entre dictadura de la burguesía y dictadura del proletariado. Se trata de definir un plano histórico real en el que se despliegan dos violencias, es decir dos formas de actuación política al margen de toda legalidad, de toda norma preconstituida: la violencia que genera y reproduce la situación "normal" propia del capitalismo (la acumulación originaria, indefinidamente repetida) y la "violencia" que recupera, al margen de toda legalidad burguesa, los comunes y saca del mercado a la mercancía fuerza de trabajo para introducir el trabajo vivo, a los individuos productivos reales, en la comunidad democrática.

Esto no es por lo demás, un problema de términos, sino de conceptos. Nos lo recordaba el maestro Louis Althusser muchos años atrás en su folleto de 1977 sobre el 22o Congreso del Partido Comunista Francés (1976). Para Althusser, la dictadura del proletariado es ante todo un concepto, un concepto del materialismo histórico y no una consigna política. Cuando en este Congreso, el PCF "abandona" la dictadura del proletariado, está deshaciéndose de un bagaje molesto que lo asociaba al desprestigiado legado del "socialismo real", pero al mismo tiempo, abandona toda una concepción de la realidad y de la historia que nada tiene que ver con ese socialismo sino con la teoría de Marx, y de hecho, con uno de sus aspectos estratégicos. Vale la pena citar el texto en que Marx mismo nos muestra la necesidad para quien quiera acabar con el capitalismo, de intervenir en ese plano real que se sitúa más allá del derecho, de la economía y de las formas políticas burguesas: "Por lo que a mí se refiere, no me cabe el mérito de haber descubierto la existencia de las clases en la sociedad moderna ni la lucha entre ellas. Mucho antes que yo, algunos historiadores burgueses habían expuesto ya el desarrollo histórico de esta lucha de clases y algunos economistas burgueses la anatomía económica de éstas. Lo que yo he aportado de nuevo ha sido demostrar: 1) que la existencia de las clases sólo va unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción; 2) que la lucha de clases conduce, necesariamente, a la dictadura del proletariado; 3) que esta misma dictadura no es de por sí más que el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases..."(Carta de Carlos Marx a Joseph Weydemeyer, 5 de marzo de 1852).

Althusser es perfectamente consciente de esto. Como spinozista, sabe que una decisión de una autoridad política jamás podrá modificar la verdad de una demostración. El "abandono" de un aspecto fundamental del descubrimiento de Marx es sencillamente un disparate, pues se usa para distanciarse del stalinismo esa manipulación de la verdad que caracterizó al régimen soviético -ya a todas las demás teocracias- en sus peores momentos: "Todo esto -nos dice Althusser- se jugó naturalmente por encima del concepto, es decir del sentido teórico del concepto de dictadura del proletariado. Puesto que el "abandono" de un concepto teórico (que -lo recordaremos por si acaso- no es pensable por sí mismo, aisladamente, sino que hace cuerpo con un conjunto de otros conceptods) no puede ser objeto de una decisión política. Todo materialista sabe desde Galileo que la suerte de un concepto científico que refleja objetivamente un problema real con múltiples aplicaciones, no puede ser objeto de una decisión política. Se puede "abandonar" la dictadura del proletariado: la volveremos a encontrar en cuanto hablemos del Estado y del socialismo"."

Efectivamente, la dictadura del proletariado vuelve por la ventana cuando se la expulsa por la puerta. En cuanto se plantea seriamente el problema del Estado y el de la transición al comunismo (socialismo). Volviendo a la metáfora teológica que hemos introducido en respuesta a la de Marx, como en el Apocalipsis, esta transición no se hará sin una lucha contra el Anticristo en sus diversas formas. La abolición de todas las clases, que es obviamente la condición sine qua non de la democracia, sólo puede ser el resultado de ese combate apocalíptico sin norma moral ni legal común a los contendientes que es la dictadura del proletariado. Tal vez la etimología sea aquí útil. De hecho, la raíz griega del término "democracia", gobierno o más bien poder (kratos) del "demos", de la parte de los ciudadanos libres excluida por su desposesión, que en latín se llama "proletariatus", nos muestra que la dictadura del proletariado no es sino la democracia misma en su fase prelegal, preconstitucional, polémica, antagonista. No olvidemos que la "dictatura" era en la Roma republicana una fase breve de suspensión del derecho destinada a combatir la usurpación de poder de una persona o de una clase con ambiciones tiránicas en detrimento de la República. Temer a la "dictadura del proletariado" es no solo ignorar una tesis fuindamental del materialismo histórico, sino participar del temor que tienen todas las oligarquías antiguas y modernas, incluidas las "socialistas", a la propia democracia.

Fuente:
 http://iohannesmaurus.blogspot.be/2013/03/actualidad-de-la-dictadura-del.html

17 de marzo de 2013

El eterno conflicto: mecanicismo vs. organicismo




Desde hace tiempo no hago otra cosa que darle vueltas a una serie de ideas que rondan por mi cabeza. Son como las piezas de un puzzle que, si eres capaz de encajarlas, obtienes una preciosa imagen. Durante breves instantes vislumbré el puzzle montado y experimenté una agradable sensación de bienestar. Intuyo que la imagen obtenida es de calidad y puede resultar útil para dar respuesta a los importantes retos individuales y colectivos a los que hoy día nos enfrentamos. Las piezas son complejas y la distinción entre algunas de ellas es difícil. Sólo unas pocas contienen elementos reconocibles, palabras sueltas que quieren formar una frase cargada de sentido. Términos como organismo, mecanicismo, organización, 15M, democracia, política,…, son las piezas claves del puzzle y una metáfora en sí misma de la idea principal que las une a todas: la relación entre el todo y las partes.
Atascado en el montaje de este complejo puzzle mental decido coger dos piezas que me parecen fundamentales: en el centro de cada pieza figura, respectivamente, la palabra organismo y organización. Las piezas no encajan entre sí, aunque en apariencia son muy similares. Presto más atención y empiezo a desvelar las diferencias. La más notable es que, según Waldo Frank, “en el organismo, unidad y vida unificadora están en todas partes, infusas en todos sus elementos”. Mientras que “en una organización, la unidad se impone racionalmente en sus componentes y permanece exterior a su naturaleza intrínseca”. Pongamos un ejemplo para ver más claras las diferencias. Un organismo sería el propio ser humano: su vida está en todas sus partes. Sin embargo, en una empresa comercial, existe un pequeño y limitado grupo de personas, los jefes, que la dirigen y, por tanto, su unidad viva no recae en sus trabajadores.
Lo más curioso de ambas piezas, y de ahí la dificultad a la hora de montar el puzle, es su carácter dual. Depende de la orientación que le des a la pieza pasa de organización a organismo, o viceversa. Ejemplo de la primera posibilidad, es decir, de la conversión de una organización en organismo, y tomando como referencia el caso anterior de la empresa comercial, puede suceder que los trabajadores vayan más allá o se le permita implicarse en la dirección del negocio en el que prestan su servicio a cambio de un salario, identificando la empresa consigo mismo y relacionándola con la que sociedad en la que se encuentran insertos. Cuando sucede esto, la organización llega a convertirse en un organismo. Pero puede suceder, como es más frecuente, que un grupo de organismos, el propio ser humano sin ir más lejos, devenga en una organización mecanicista, de los que podríamos citar innumerables ejemplos: los ejércitos, las densas burocracias públicas, los partidos políticos, etc…
La diferencia entre una organización y un organismo es muy sutil. Retomando a la metáfora del puzle, la diferencia es apenas apreciable entre las piezas. Incluso un mismo grupo puede comportarse algunas veces como organismo y otras como organización. Waldo Frank ponía en su obra “El redescubrimiento del hombre”, el ejemplo de un equipo profesional de beisbol. Según Frank, el equipo actúa como organización “en cuanto los hombres que juegan tienen objetivos e impulsos que el equipo no expresa íntegramente”. Por el contrario, operan como organismo “en cuanto los jugadores llegan a absorberse espontánea y apasionadamente en vencer en un encuentro determinado”.
Llevada a un terreno menos profano, el de la historia, Waldo Frank describe a la Polis de Grecia como paradigma de un organismo, y a la Roma imperial como organización arquetípica, “una organización de organismo cuya sangre gradualmente agotó”. La antigua Roma fue, desde este punto de vista, una pesada maquinaria de poder que anulaba cualquier forma de organismo. Incluso cuando el estado romano adoptó el cristianismo como religión del Estado, traicionó o persiguió el espíritu orgánico de las primeras comunidades cristianas utilizando estrictos métodos de organización. La Iglesia, como institución heredera del jerarquizado, hiper-organizado y poderoso estado romano, tuvo un papel clave, tal y como han demostrado Lewis Mumford y el citado Waldo Frank, en la aparición de la máquina y formas opresoras del colectivismo (capitalismo, comunismo, fascismo, etc…). Cualquier persona conocedora de este fenómeno no debería de extrañarse del apoyo que la iglesia siempre ha mostrado a las instituciones políticas, económicas y sociales más poderosas, que comparten con ella su voluntad organizada.
El ser humano parece tener inserto en sus genes un rechazo a toda forma de organización oprimente, la libertad. Al igual que sucede en la naturaleza, el gen de la libertad puede sufrir alteraciones y provocar graves enfermedades en el cuerpo individual y colectivo. Siguiendo esta idea de marcado carácter organicista, Waldo Frank apuntaba que “el cuerpo, como un todo, debe constantemente desempeñar su parte dentro del “argumento” de las relaciones, pero los actores son partes específicas del cuerpo”. Ningún órgano del cuerpo humano actúa de manera independiente y con un objetivo individualista, son medios; el fin es el mantenimiento de la vida. Así el estómago, decía Waldo Frank, “crea alimento no solamente para el estómago, sino para todo el cuerpo; los órganos sexuales propagan toda la vida del cuerpo; la vista, el olfato, el tacto, etcétera, efectúan la acomodación completa del cuerpo a su ambiente”.
Lo indicado para el cuerpo individual, como ser vital y orgánico, es, -en opinión de Waldo Frank-, también cierto para el cuerpo social. “Las unidades particulares de hombres y mujeres dentro del grupo desempeñan los actos de sus relaciones funcionales como un todo con la naturaleza y con otros grupos humanos. Así como existe una constante relación entre la supervivencia del hombre y la actividad de los constituyentes de su cuerpo, así también existe una relación entre la supervivencia del cuerpo colectivo del hombre y los papeles especiales de sus constituyentes: el agricultor, el trabajador, el soldado, el sacerdote, el político. Y eso puede parecer que cubre toda la historia de la humanidad”.
Después de mucho tiempo dándole vueltas a la cabeza, he llegado a la misma conclusión a la que llegaron Lewis Mumford y su colega Waldo Frank: uno de los asuntos claves en la humanidad y en su modo de organización como sociedad es el eterno conflicto en la visión mecánica y la visión orgánica de la existencia humana y todo lo que con ella se relaciona. La primera de las visiones se relaciona con la máquina, la segunda con la naturaleza. Cada día este eterno conflicto entre mecanicismo y organicismo se aprecia con más claridad. El escenario donde se libra la batalla entre mecanicista y organicista ha sido y es de lo más variado. En arquitectura, Frank Lloyd Wright y Antoni Gaudí frente a Le Corbusier y los representantes del llamado “Estilo Internacional”; en la música, Mozart frente a la música electrónica; el cerebro frente a la inteligencia artificial; el proyecto educativo de Dewey frente a los postulados de Comenius; la pintura de Goya frente a los cuadros de Andy Warhol; la medicina natural frente a la institucional, etc…
El resultado del conflicto que dirimen organicista y mecanicista cobra especial relevancia en el plano del poder político y económico. Desde la democracia orgánica que surgió en la Atenas clásica hasta la oligarquía mecanicista de hoy han pasado muchos siglos de abierto enfrentamiento entre dos visiones contrapuestas de la naturaleza humana en el sentido individual y colectivo. No cabe duda que la cosmovisión mecánica viene siendo la predominante desde al menos el siglo XVI y su influencia no ha dejado de acrecentarse. Según se ha ido imponiendo la visión mecánica, la condición humana ha experimentado un notorio deterioro. Hemos perdido nuestra conexión orgánica con el todo, que no es otra cosa que la propia tierra y la amplia ecúmene que la ocupa. La disolución de los lazos que nos unen con el planeta y con nuestra propia especie nos ha conducido a dos procesos paralelos: la sociodesintegración y la psicodesintegración.
El reto que tenemos ante nosotros, la revolución esperada, es el triunfo de la visión orgánica. Este momento llegará, según Waldo Frank, cuando el hombre, “que durante dilatadas épocas ha empleado todos sus órganos individuales y colectivos para el bienestar del yo, empíricamente considerado, aprenda que este yo, así cuidado y así servido, pierde su salud: que por su bienestar debe esforzarse en ser un integrador dentro de un todo metafísicamente fuera de él”. En resumidas cuentas, nuestra misión futura consiste en la reordenación de los tres componentes del yo: el ego social, el ego somático y el yo cósmico. Este último, el espíritu, con capacidad infinita para elevarse, tiene que ocupar el lugar central, hoy día monopolizado por el ego somático, dando lugar al egoísmo e individualismo reinante. Este proceso de reacondicionamiento interno está todavía en sus primeras etapas y aparece fugazmente en ocasiones puntuales que calificamos de “revolucionarias”.
Cornelius Castoriadis llamó la atención sobre el hecho no causal de que “cada vez que se produjeron grandes movimientos revolucionarios o reformadores de la sociedad, en el auténtico sentido del término, comenzaron casi sin excepción con un impulso de restauración o instauración de la democracia directa”. Así ocurrió en América del norte, entre 1770 y 1780, durante la Revolución Francesa, la Comuna de París, en la Hungría de 1956 o, más reciente en el tiempo, con el movimiento 15M, Occupy Wall Street, etc…Todo parece indicar que la tendencia hacia el organicismo es innata en el hombre y surge cada vez que las distintas representaciones del poder ahogan la libertad del hombre. El éxito o fracaso de estos movimientos depende, en última instancia, de la constancia, la voluntad y el esfuerzo de sus integrantes.
En un interesante artículo de Daniel Mari Ripa, titulado “¿Por qué partidos y sindicatos no conectan con las personas jóvenes y precarias?” (El Viejo Topo, nº 302, marzo 2013), describe, sin identificarlo como tales, evidentes rasgos de organicismo en el grupo social que analiza, mezclados, eso sí, con evidentes síntomas de individualismo. Nos hemos convertido en seres bipolares. Por un lado, como indica este investigador, “seguimos teniendo la necesidad de construir relaciones con otras personas”, pero ésta se ha vuelto etérea y cambiante, líquida si utilizamos el término acuñado por Zygmunt Bauman. Sentimos un rechazo generalizado a cualquier forma de organización jerarquizada, tipo sindicato, partido político o incluso organización no gubernamental. La militancia parece cosa del pasado. Un término a engrosar el diccionario de arcaísmo de la Real Academia de la Lengua Española. Para Mari Ripa, como expresamente subraya, “el universo 15M no puede reducirse a una organización”. Y no puede hacerse por un motivo que este investigador no termina de identificar y designar con el término correcto. No es una organización porque tiene vocación de organismo. Pero no llega a cuajar por un rasgo que él acertadamente diagnostica: la mayoría de sus integrantes “parecen sumidos en el individualismo del consumo”.
Al final de su artículo, Daniel Mari Ripa llega a cuestionarse sobre un aspecto fundamental de este difícil equilibrio en organismo y organización. Resulta evidente, como subrayó Waldo Frank, que “una sociedad de organización acumulada (en el mejor de los casos con grupos residuales en su interior) condena al hombre a ser el inválido que es en la actualidad, a pesar de todo el esplendor de sus máquinas”. Desde su punto de vista, que comparto, “solo los grupos orgánicos pueden establecer un orden social orgánico. Solo las personas (Waldo Frank distingue por su grado de psicointegración entre individuos y personas) pueden constituir grupos orgánicos. Por el contrario, una sociedad organizada destruirá los grupos orgánicos dentro de ella y convertirá a sus personas en mártires”. El modelo que propone Waldo Frank es puramente orgánico, aún indicando las evidentes diferencias entre los procesos biológicos y sociales. Para este enorme pensador, injustamente olvidado, “nuestro norte en la previsión de la sociedad orgánica debe ser la forma de actuar de las células que se desarrollan en el cuerpo viviente. Su método es un profundo misterio. De algún modo, dentro de ellas, está implícito el destino formal de cada parte en el todo, y del todo; y su destino compartido les hace colaborar”.
Existe una ley interna en la naturaleza a la que ningún ser vivo puede escapar. El cuerpo biológico nace, crece, madura y después decae hasta morir. Algunos pensadores, como Oswald Splenger, cayeron en el error de aplicar este mismo proceso a las sociedades humanas. Como respuesta a esta visión del desarrollo civilizatorio que le llevó a Spengler a escribir su famosa obra “La decadencia de Occidente”, autores como Lewis Mumford o Waldo Frank defendieron que las comunidades orgánicas presentan una forma parabólica, siempre abierta y cambiante. El término elegido por Mumford para definir este proceso fue el de “equilibrio dinámico”.
La cuestión clave que debemos intentar resolver es cómo podemos conservar en una democracia el poder en manos de los ciudadanos sin que caiga en las garras de una burocracia tentacular dada la complejidad del mundo en el que nos ha tocado vivir. En el plano de la organización territorial de un estado como España, los términos organicismo y mecanicismo son intercambiados por los de federalismo y centralismo. El centralismo parece más eficaz, ya que las decisiones son tomadas por un restringido número de personas, -en las mal llamadas democracias representativas-, y en una sola cuando estamos ante una dictadura. Por el contrario, en las formas de organización territorial descentralizadas, las decisiones tienen que ser negociadas y consensuadas. En un cuerpo biológico, la buena voluntad y la predisposición a la colaboración se consideran inherentes. Nunca se ha visto que un corazón se quiera independizar de su propio cuerpo.
En una nación que quiera tener éxito y no fallecer, cada una de las regiones debería actuar como un órgano, “y así como las células dentro del órgano colaboran para formarlo”, los órganos territoriales que conforman un determinado país colaboran para formar todo el cuerpo político. De modo que, como señala Waldo Frank, “el cuerpo político, como un todo, nutre a los órganos, a las células, del cuerpo total, alimentando sus partes y distribuyendo el oxígeno de la vida a través del torrente circulatorio”. Soy consciente que el ejemplo elegido puede resultar polémico, ya que la conformación del cuerpo territorial español, como el de muchos otros países, dicta mucho de ser orgánico. La imposición por la fuerza o la coacción queda fuera de los procesos orgánicos, donde los vínculos de relación predominantes son de tipo simbiótico, aunque también se dan ejemplos de parasitismo.
Llegamos a un punto clave, con el que quiero finalizar este esbozo de un trabajo más amplio que estamos realizando sobre el eterno debate entre organicismo y mecanicismo, la cuestión de cómo conseguir personas orgánicas que hagan posible una sociedad de la misma índole. Debemos establecer una metodología para inculcar a cada miembro de la sociedad algún principio similar al de las células en el organismo biológico que, aún siendo una parte del todo, comparten su misión destino y colaboran en su realización. Según Waldo Frank, “en el caso de las células biológicas, el conocimiento organísmico es misterioso y subconsciente. En el de las células sociales, el conocimiento, si bien misterioso, se convierte en consciente”. Necesitamos, por tanto, ser conscientes, en todo momento y lugar, de que somos parte de un todo, de un cosmos, de una naturaleza compartida con el resto de seres vivos, de una comunidad global de seres humanos con un destino común, que deben agruparse de manera orgánica, partiendo de la familia, el vecindario, la ciudad, la región, la nación, la confederación de países hasta llegar a constituirse en una única comunidad humana. Para ello es necesario tener la voluntad para crear la armonía de la integración en la sociedad, cuyo componente básico son personas que han desarrollado la misma capacidad de integración en su ser interno. Un camino del individuo a la persona que requiere despertar en el ser humano su innata tendencia a la comunicación, la comunión y la cooperación, instintos que hoy se encuentran anestesiados por los continuos esfuerzos del complejo del poder que fomenta de manera interesada la desconfianza entre las personas y los grupos sociales.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

14 de marzo de 2013

LECTURAS PROGRESISTAS


Archivo de la categoría ‘Formación’

Rubén Trejo. Despojo capitalista y privatización en México, 1982-2010

I. CAPITALISMO INFORMÁTICO 1.1.  Introducción La crisis estructural del capitalismo que estalló en la década de los setenta del siglo xx expresó el agotamiento del modelo organizativo propio de la producción en masa del fordismo y de la cuarta revolución tecnológica basada en el motor de explosión interna y en el uso del petróleo barato. [...]
febrero 17, 2013 · editor · Sin comentarios
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Gerardo Peláez. El asesinato de Rubén Jaramillo y su familia en 1962: el fin de un ciclo en la guerrilla rural

El 23 de mayo de 1962 ocurrió uno de los acontecimientos más graves en la historia contemporánea de México: el asesinato de Rubén Jaramillo, su esposa Epifania Zúñiga Pifa (en avanzado estado de embarazo) y sus hijos adoptivos Enrique, Filemón y Ricardo, militantes de la Juventud Comunista de México. Con la muerte del viejo dirigente [...]
febrero 13, 2013 · editor · Sin comentarios
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Gerardo Peláez. Los congresos del PCM durante los años 1960-1981

Presentación DE MAYO DE 1960 a noviembre de 1981, el Partido Comunista Mexicano celebró ocho congresos que definieron el carácter y las fuerzas motrices de la revolución que proponía a los trabajadores y el pueblo de México. Como queda explicitado en este breve texto, tales definiciones sufrieron variaciones que iban desde la definición de la [...]
febrero 13, 2013 · editor · Sin comentarios
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Antonio Gramsci. Cuadernos de la cárcel. Notas sobre Maquiavelo, sobre política y sobre el estado moderno. El moderno príncipe

(Versión resumida)   Elementos de política En este dominio es preciso decir que los primeros en ser olvidados son justamente los primeros elementos, las cosas más elementales y, como se repiten infinidad de veces, se convierten en los pilares de la política y de no importa cuál acción colectiva. El primer elemento es el de [...]
febrero 13, 2013 · editor · Sin comentarios
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György Lukács. Lenin. La coherencia de su pensamiento (1924)

Capítulo 3. El partido dirigente del proletariado [Traducción al español de Jacobo Muñoz]   …La concepción leninista de la organización entraña pues, una doble ruptura con el fatalismo mecanicista: con el que concibe la conciencia de clase del proletariado como un producto mecánico de su situación de clase, y con el que no ve en [...]
febrero 13, 2013 · editor · Un comentario
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Roger Bartra. ¿Lombardo o Revueltas?

La cultura política de la izquierda mexicana es un vasto espacio ocupado por una rica y heterogénea amalgama de corrientes que, en el curso de un siglo, han ido formando un tejido lleno de contradicciones. A mi parecer este espacio se encuentra cruzado por dos grandes coordenadas históricas que -en forma simbólica- se expresan en [...]
febrero 13, 2013 · editor · Sin comentarios
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Taller de formación sobre capitalismo verde

Se invita a todos los miembros de organizaciones de defensa socio ambiental, que actualmente participen en la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales (ANAA) o que quieran entrar en contacto con ella, al 2° Taller de formación del año 2012, titulado “Capitalismo Verde”, que se llevará a cabo del lunes 23 de abril al jueves 26 [...]
abril 26, 2012 · editor · Sin comentarios
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El objetivo de la educación: La deseducación

Noam Chomsky.  Noam Chomsky critica el actual sistema de enseñanza. Frente a la idea de que en nuestras escuelas se enseñan los valores democráticos, lo que realmente existe es un modelo colonial de enseñanza diseñado para formar profesores cuya dimensión intelectual quede devaluada y sea sustituida por un complejo de procedimientos y técnicas; un modelo [...]
abril 25, 2012 · editor · Sin comentarios
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Pronunciamiento de Oaxtepec

Profesores-Investigadores del INAH PRONUNCIAMIENTO DE OAXTEPEC   Al Pueblo de México A la Presidencia de la República A la Secretaría de Educación Pública Al Poder Legislativo A La Suprema Corte de Justicia A la Auditoría Superior de la Federación   Los antropólogos (etnólogos, etnohistoriadores, lingüistas, arqueólogos, antropólogos físicos, antropólogos sociales) e historiadores reunidos en el [...]
abril 17, 2012 · editor · Sin comentarios
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Taller “Libre comercio y medio ambiente”. 23/26-I-12

Desde que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América Latina (TLCAN), la desregulación ambiental ha sido una norma de actuación del gobierno mexicano. El hecho de que México sea el país del mundo que más tratados de libre comercio ha firmado, al mismo tiempo en que fracasa rotundamente su apuesta neoliberal por [...]