9 de julio de 2013

La obsesión de la CIA por asesinar a Fidel Castro: el fracaso estadounidense


“La CIA actuaba de dos maneras: una directa con agentes organizados y dirigidos directamente por ella; y otra, un método más sutil, indirecto, la manipulación de decenas de organizaciones contrarrevolucionarias, algunas creadas por ella y que le servían de “cobertura”, mientras que otras se organizaban de una manera espontánea, enteraban bajo su control. La CIA da dinero, armas, traza la teoría política. La estrategia y la táctica. Una de las tácticas era el asesinato de los dirigentes revolucionarios, y para eso ha organizado decenas de planes, de una manera u otra…
¡Quizás centenares de planes!
Pero nosotros con el pueblo organizado, con los Comité de Defensa de Revolución, con los órganos de Seguridad del Estado, hemos combatido todos esos planes de atentados, y nuestra gente ha aprendido a enfrentarse con la CIA…”
Fidel Castro Ruz”
Introducción
En agosto de 2013 el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, cumplirá 87 años, y como dice el periodista cubano Luis Báez, El mérito es Estar Vivo; esto a pesar de los diversos planes, operaciones y acciones por asesinar al dirigente revolucionario a cargo de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (la CIA, por sus siglas en inglés). Por décadas, eliminar físicamente a Castro se volvió una obsesión para la CIA en su afán de controlar la Isla del Caribe, en un contexto neocolonial.
Asesinar a líderes revolucionarios cubanos en general y a Fidel Castro en particular ha estado en los planes secretos más importante y urgentes de las administraciones estadounidenses respecto a Cuba. Según los informes secretos desclasificados por la CIA, había que “descabezar a la revolución”, es decir, una Cuba sin el liderazgo de Fidel Castro, haría más fácil el control y el apoderamiento de la Isla. Y aunque el presidente en turno sea hoy Raúl Castro, las intenciones de la CIA continúan.
La continuidad de planes y operaciones del país del norte en su afán de asesinar a Fidel Castro inició desde 1955, cuando incluso, envió a México a sus oficiales detrás del líder cubano, quien se preparaba junto con Ernesto Che Guevara, Raúl Castro y otros líderes revolucionarios para ir a Cuba en el yate Granma y liberar a su país de la dictadura Batistiana.
En su guerra psicológica hacia Fidel Castro, la CIA y sus agentes no solamente han intentado asesinarlo, también lo han dado por muerto en varias ocasiones en diversos medios de información, como sucedió en 2012, a través de una “noticia” publicada en el Wall Street Journal, mentira descalificada por el pueblo cubano, pero que evidentemente reflejaba el fracaso de la CIA.
Uno de tantos medios utilizado por la CIA en su obsesión, ha sido la emisora oficial estadounidense, La Voz de las Américas, misma que no se oye en Cuba, pero que propagaba el asesinato hacia cubanos como el del presidente de los Comités de Defensa de Revolución (CDR), por cien dólares estadounidenses y sobre todo, la eliminación física del líder cubano Fidel Castro, por un millón de dólares.
Sobre este tema, especialistas e investigadores cubanos han demostrado que entre los años de 1959 a 2000, la CIA ha planeado e intentado en 634 ocasiones atentar contra la vida de Fidel Castro. En otro dato más reciente del Libro Récords Guinness, se mencionan 638 intentos de asesinato hacia el líder cubano durante los años 1959 a 2006. Asimismo, investigaciones nacionales e internaciones señalan que el objetivo de la CIA ha sido destruir la imagen, el prestigio, el respeto, la moral y ética revolucionaria que Fidel Castro ha tenido a nivel nacional e internacional.
Otro punto importante de análisis es la información respecto a porqué, cómo, qué métodos, y con qué organizaciones la CIA ha planeado e intentado asesinar a Fidel Castro; así como los daños humanos y materiales que a causa de estas actividades ilegales y criminales, se ha dejado en el pueblo cubano, de acuerdo a las leyes internacionales y a las propias autoridades estadounidenses.
Por lo anterior, el presente trabajo analiza la obsesión de las administraciones estadounidenses por asesinar al ex presidente cubano durante los últimos 54 años y en la cual, la CIA ha jugado un papel fundamental derivado del conflicto entre Cuba y Estados Unidos. Nuestras fuentes son libros, investigaciones, documentos oficiales, entrevistas, artículos y ensayos de investigadores tanto cubanos como estadounidenses, entre ellos Fabián Escalante Font y Luis Báez, Warren Hinckle y William Turner, respectivamente; y documentos desclasificados del Ministerio de Interior de Cuba y de Estados Unidos como Allegd Assassination Plots Involving Foreign Leaders , Selected Committee to Study Goverment Operations with Respect to Intelligence Activities , US Govermental Printing Office, Washington, DC, 1975, Warren Commission , y Church Commission.
Especialistas cubanos han señalado que esta tarea es difícil y complicada por la cantidad, formas, variedad y lugares en que la CIA ha pretendido con sus acciones, atentar contra la vida del dirigente cubano. Según datos estadounidenses y cubanos, el propósito de la CIA de eliminar físicamente a Fidel Castro, reside en la destrucción de la Revolución Cubana, a fin de introducir el sistema capitalista y así, poder controlar a la Isla caribeña de una forma neocolonial.
Este ensayo resalta el análisis de diferentes investigadores cubanos y estadounidenses respecto al fracaso de los 638 planes de la CIA en su intento por asesinar a Fidel Castro; operaciones y acciones que han contado con el apoyo incondicional de distintas autoridades estadounidenses como el Departamento de Estado, el Departamento de Defensa, el Departamento del Tesoro, la Agencia de Información de los Estados Unidos (USIA), entre otras; es decir, todo el poderío militar, económico y de inteligencia de Estados Unidos como potencia mundial y además, a sólo 150 kilómetros de la Isla; incluso, se ha ejercido una política poco diplomática y propagandística a través de la ex canciller estadounidense Hilary Clinton y que demuestra, la injerencia de su país en asuntos internos de otros países, como el hecho de haber exigido en su momento al líder cubano que “debería irse”.
Este trabajo aborda sólo algunos planes y operaciones principales de la CIA con el Pentágono, la mafia estadounidense de origen italiano y la contrarrevolución cubana en Miami; es decir, un triángulo de cooperación, una combinación absurda pero necesaria para ejecutar los planes y operaciones de asesinatos políticos de líderes extranjeros que no aceptan los dictados de Washington.
La prensa ha jugado un papel relevante en el tema, pues las publicaciones occidentales con Estados Unidos a la cabeza, así como escritores e investigadores europeos y pro occidentales, poco serios, y otros de orientación socialdemócrata, son dirigidos y manipulados por la CIA, y por “especialistas” que evitan sofisticadamente, argumentos críticos tanto locales como internacionales del fracaso de la CIA en sus atentados; y varios de estos personajes, han llegado a estar en la nómina de la Agencia Central de Inteligencia. Por ello es importante que el lector obtenga información auténtica y fundamentada en los hechos históricos y de fuentes irrefutables como las propias víctimas, y así, evitar caer en las manipulaciones y guerra psicológica estadounidense respecto a Cuba.
La política de intentos y operaciones de asesinato a Fidel Castro
Eliminar a Fidel Castro y con él, a la Revolución Cubana, se convirtió en una política de Estado desde las administraciones de Dwight Eisenhower, e incluso hasta la actualidad, como lo demuestra el siguiente cuadro:
Cuadro 1. “Intentos de asesinato a Fidel Castro por el gobierno estadounidense:
Presidente Intentos
Eisenhower 38
Kennedy 42
Johnson 72
Nixon 184
Carter 64
Reagan 197
Bush (padre) 16
Clinton 21”.

Recordemos que desde hace 200 años, Estados Unidos ha tenido planes de control y anexión de la Isla, cosa que no ha logrado a pesar de sus ocupaciones e invasiones militares, como la practicada de 1898 a 1902; la invasión mercenaria de Playa Girón (Bahía de Cochinos) en 1961 , y la Crisis de Octubre o de Misiles de 1962 . En su intención de someter a la Isla, Estados Unidos llegó al bloqueo económico, comercial y financiero en 1962 (que en realidad inició desde 1959), y que aún persiste; además, críticos e investigadores cubanos y extranjeros como Fabián Escalante Font, Noam Chomsky y William Blum han señalado que en esta ofensiva secreta estadounidense, no declarada, se han ejercido diversas actividades de sabotaje y guerra bacteriológica, entre otras, durante más de medio siglo, es decir, se ha hecho uso de terrorismo de Estado.
Asimismo, es de resaltar la conclusión a la que llegan el 19 de enero de 1962 Roberto Kennedy y Richard Helms, entonces subdirector de la CIA, con el general Edward Lansdale, en sus planes de asesinar a Fidel Castro y destruir la Revolución Cubana:
“Conclusión: el derrocamiento de Castro es posible […]. La solución del problema cubano tiene máxima prioridad para el gobierno de los Estados Unidos. No se debe escatimar tiempo, dinero o esfuerzo personal. Ayer el presidente le indicó a Robert Kennedy que todavía no se ha escrito el capítulo final […] tiene que hacerse y se hará”.
Para este objetivo de más de medio siglo, Estados Unidos ha realizado una propaganda sofisticada en la que presenta a Cuba como una amenaza para su seguridad nacional; la realidad es que la Isla caribeña resulta incompatible por su forma de gobierno, con la democracia liberal representativa estadounidense, pues para el vecino del norte, esto constituye un obstáculo para sus intereses vitales en América Latina y el Caribe. En el fondo, Estados Unidos no perdona que la Isla decida su propio destino sin aceptar los dictados de Washington y además, que su sistema socialista sea totalmente distinto al estadounidense, con logros y desarrollo sustentable en lo económico, social, político, educativo, cultural y deportivo.
En su guerra psicológica hacia Cuba, la CIA primero ha descalificado y desacreditado a la Isla, luego ha pretendido deslegitimarla para poder destruirla. En el caso del líder revolucionario Fidel Castro, se le ha dibujado como un enemigo principal “antiestadounidense”, cuya existencia resulta un peligro y por tanto, hay que eliminarlo; tarea a cargo de las fuerzas estadounidenses o mercenarias y contrarrevolucionarias de origen cubano; dichas fuerzas han actuado normalmente desde Miami, con acciones netamente terroristas, según las propias autoridades oficiales de Estados Unidos, como el Buró Federal de Investigación (FBI por sus siglas en inglés), así lo demuestra una investigación sobre la organización terrorista Omega 7 y Alfa 66.

2. Las Operaciones: los objetivos y sus actores
En esta guerra no declarada por Estados Unidos y la CIA contra Cuba de más de medio siglo, se ha utilizado distintos planes, operaciones y proyectos, destacando los siguientes: La Operación Patty y la Operación Liborio, cuyo objetivo principal radica en el asesinato de líderes cubanos; La Operación Mangosta o Proyecto Cuba y la Operación Exterminio, que entre muchas otras, han sido las más avanzadas para Estados Unidos y las más peligrosas para Cuba.
  1. Operación Patty
El objetivo principal de la Operación Patty fue asesinar a Fidel y a Raúl Castro el 26 de julio de 1961. El general de la Comisión fue Maxwell Taylor, quien dirigía la Comisión Oficial para analizar el fracaso en Playa Girón (Bahía de Cochinos), invasión mercenaria bajo el mando estadounidense. Al respecto, en el informe desclasificado de la Comisión Taylor se puede leer lo siguiente:
“Hemos coincidido al pensar que no puede haber un largo periodo de vida de Castro como vecino. Su presencia continua dentro de la comunidad del hemisférico como un exponente peligrosamente efectivo del comunismo y del antiamericanismo constituye una amenaza real, capaz de derrocar a gobiernos en cualquiera de las débiles republicas latinoamericanas…”.
Bajo estas consideraciones, el plan de la CIA era que contrarrevolucionarios cubanos realizaran acciones de sabotaje y alzamiento en todo el país, sobre todo, en La Habana y Santiago de Cuba; incluso, la toma de las ciudades. Asimismo, agentes de la CIA pretendían asesinar a Raúl Castro en Santiago de Cuba, durante su discurso ante un Tribunal Popular con motivo de la celebración del 26 de Julio, utilizando para ello una ametralladora calibre 30, después hombres armados con granadas cubrirían la retirada de los asesinos. Un segundo plan de la CIA para esa ocasión era, eliminar físicamente a Raúl Castro durante su camino al aeropuerto.
También intentarían asesinar a Fidel Castro en La Habana con un mortero de 82 milímetros, en la Plaza de Revolución durante la celebración del 26 de Julio, junto con la mayor cantidad de dirigentes revolucionarios y personalidades que asistirían al evento.
Otro aspecto importante de los planes de la CIA en el contexto de la Operación Patty, fue generar un conflicto en la Base Naval estadounidense de Guantánamo contra el gobierno revolucionario cubano, con el objetivo de crear un problema entre ambos países, y con lo cual, se justificaría una intervención militar directa a Cuba por Estados Unidos. Al respecto, Fabián Escalante Font, comenta lo siguiente:
“Así concluyeron las aventuras de la CIA aquel año en el que pretendieron derrocar la Revolución mediante el expediente de la invasión mercenaria y la guerra encubierta. Cientos de saboteadores, terroristas y espías fueron capturados; toneladas de armas y pertrechos, ocupados. Y lo fundamental: el enemigo no pudo articular la quinta columna que posibilitara el golpe artero en la retaguardia revolucionaria y el asesinato del Jefe de la Revolución Cubana.”.
El general Escalante e investigadores extranjeros y críticos han señalado que de enero a agosto de 1962, los contrarrevolucionarios y mercenarios cubanos con agentes de la CIA, realizaron 5870 sabotajes y actividades terroristas, y que el número de bandas y grupos armados llegó a 79 durante poco tiempo .
  1. Operación Liborio
Un segundo plan para desestabilizar al país caribeño y crear condiciones de caos a través de una guerra psicológica fue la Operación Liborio, que consistió en acciones de sabotaje y terror para asesinar a Fidel Castro. Los críticos señalan que la CIA ya trabajaba desde 1959 en ambas operaciones: Patty y Liborio, para atentar contra la vida de dirigentes revolucionarios cubanos en general y contra Fidel Castro en particular.
La Operación Liborio de la CIA radicaba en incendiar La Habana; quemar las grandes tiendas, destruir el transporte público, las instalaciones del sistema eléctrico; asesinar a varios dirigentes de las organizaciones revolucionarias y así crear un descontento popular, lo cual propiciarían un acto de repudio general, provocando un caos que sería aprovechado para atentar contra la vida de Fidel Castro. Es importante mencionar que también la jerarquía católica cubana participó activamente en los planes de la CIA de crear una guerra psicológica para desacreditar la Revolución ante su pueblo y de esta manera, facilitar el asesinato de Fidel Castro, así la desestabilización del país caribeño posibilitaría la intervención militar estadounidense.
  1. Operación Mangosta
En 1961 el presidente de Estados Unidos Dwight Eisenhower aprobó la Operación Mangosta o Proyecto Cuba como una política exterior hacia la Isla. Se trataba de un programa de acciones encubiertas contra el gobierno revolucionario de la Habana; desde entonces, señalan los críticos, la Casa Blanca dio luz verde a sus ejércitos mercenarios, politiqueros, depredadores y asesinos a sueldo, para derrocar a la Revolución Cubana.
El 30 de noviembre de 1962, la Operación Mangosta también constituyó el plan principal de la administración del presidente John F. Kennedy. El programa era vasto y subversivo, con participación activa de la mayoría de los organismos gubernamentales estadounidenses. Esta Operación fue impuesta a la CIA por militares estadounidenses como el general Maxwell Taylor, debido al fracaso de la Agencia Central de Inteligencia en la invasión mercenaria en Playa Girón (Bahía de Cochinos). Dicha Operación fue la primera en contra de un país al que oficialmente, no se le había declarado la guerra en la historia contemporánea de Estados Unidos.
Entre los objetivos principales de la Operación Mangosta estaba crear un “frente interno” en Cuba, es decir, organizaciones contrarrevolucionarias que trabajaran en contra del gobierno cubano, con actividades subversivas, asesinatos políticos, sabotajes contra la economía, industria e infraestructura del país caribeño, todo dirigido y realizado por la CIA. Con dicha Operación se pretendía crear condiciones enormes de caos en Cuba a través de acciones terroristas, a fin de justificar y permitir una invasión militar directa a la Isla, según especialistas cubanos y estadounidenses. Asimismo, el tema del asesinato a Fidel Castro fue una propuesta de Robert McNamara, entonces secretario de Defensa del gobierno de John F. Kennedy, como la opción más adecuada y urgente para solucionar “el problema cubano”. Así, no sólo se trató de asesinar a Fidel Castro, también se pusieron en marcha 33 tareas especiales: 13 en materia de Guerra económica; 6 en Política; 6 Militares; 5 en Inteligencia; y 4 de Subversión política e ideológica; con posterioridad, se agregaría una tarea de guerra biológica para destruir la zafra de azúcar cubana.
Además de la Operación Mangosta, el Pentágono creó el Grupo Especial Ampliado (SAG, por sus siglas en inglés), dentro del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, cuyo responsable era, Robert Kennedy, fiscal general para supervisar y aprobar las propuestas contra Cuba, como lo explican los investigadores cubanos, Fabián Escalante y Jacinto Valdés- Dapena.
El general Maxwell Taylor, jefe del Grupo Especial Ampliado, había informado al presidente Kennedy que era difícil derrocar al gobierno cubano y por lo tanto, se necesitaba de una intervención militar directa. Así, en agosto de 1962 el presidente Kennedy aprobó los planes de Taylor, es decir, mayor agresividad contra la Isla, pero no debía aparecer que Estados Unidos estaba detrás de la operación. Para ello, Kennedy aceptó las prepuestas de senadores republicanos y demandó al Congreso de Estados Unidos la autorización de ciento cincuenta mil reservistas para una eventual intervención militar directa contra Cuba.
Cabe mencionar que el Departamento de Defensa de Estados Unidos había dirigido sus misiles nucleares hacia la Isla, a pesar de la gran diferencia en la correlación de fuerzas entre ambas naciones en todos sentidos; resultaba difícil entender que Cuba, un país pequeño, con recursos limitados, constituía una amenaza militar contra Estados Unidos; esto se consideró un recurso cínico del imperialismo estadounidense para justificar su política de agresión contra su vecino del sur, afirman los críticos.
Un testimonio de esta Operación lo dio el agente de la CIA John Mac Meckples, capturado en un ataque terrorista en la costa habanera y entrevistado por el periodista cubano Luis Báez, a quien le manifestó que trabajaba activamente en Cuba para asesinar a Fidel Castro y señaló, que en 1956, Estados Unidos buscaba al dirigente cubano y otros revolucionarios en la capital mexicana, es decir, desde hace 57 años (1956-2013), la CIA ha actuado e intentado en cualquier parte de mundo, asesinar a Fidel Castro. Resalta aquí el uso del asesinato político de jefes de Estado a nivel internacional, como un instrumento en la política exterior estadounidense y en particular, en el caso de Cuba.
  1. Operación Exterminio
Es difícil entender el conflicto entre Cuba y Estados Unidos, si no se conoce la historia de la Isla, las luchas y esfuerzos de su pueblo durante sus distintos periodos de desarrollo -desde la etapa colonial española hasta el neocolonialismo estadounidense (1902-1958), por su independencia económica y política, hasta hoy, después de más de medio siglo (1959-2013).
Hay que recordar, como ya se ha mencionado, que Estados Unidos ha querido tener a Cuba como su propio territorio, por ello según los investigadores cubanos, Fabián Escalante Font y Jesús Arboleya Cervera, el problema principal es el pueblo cubano, que debe ser exterminado para poder conseguir el objetivo estadounidense. En la siguiente cita podemos ver y entender los objetivos históricos de Estados Unidos hacia Cuba, aunque esta cita es del secretario de Estado estadounidense, John Quincy Adams a principios de 1823.
“Existen leyes políticas, así como de gravitación física; si una manzana separada por la tempestad de su árbol, de su origen, no puede escoger sino caer al suelo, Cuba, por fuerza, separada de su artificial conexión con España, e incapaz de sostenerse por sí misma, solo puede gravitar hacia la unión americana, la cual, por la misma ley de la naturaleza, no puede rechazarse de su seno.”
Bajo este contexto es como hay que ver los planes de asesinato hacia Fidel Castro y las acciones estadounidenses sobre Cuba; el blanco ha sido Castro, como líder y representante de un pueblo que tuvo el valor de liberarse, a través de una lucha armada y popular contra la tiranía batistiana y consecuentemente, contra Estados Unidos. Al respecto, Fabián Escalante resume la Operación Exterminio de la siguiente manera:
“Desde entonces, los gobiernos de Estados Unidos han pretendido destruir el proceso revolucionario. En 1960, con la aprobación de la orden ejecutiva para derrocar al gobierno de la Isla, después, en 1962 con el Proyecto Cuba, que inició el feroz bloqueo que aún perdura; más tarde en 1963, con las “alternativas cubanas”, luego con las leyes Torricelli de 1992 y Helms-Burton de 1996 y, finalmente, en 2003, con el “Plan para la Asistencia a una Cuba Libre”, las administraciones de la Casa Blanca han pretendido exterminar no sólo la Revolución, sino también al pueblo cubano; sin embargo, todo ello ha fracasado por una sola y única razón: la unidad del pueblo cubano y sus líderes en torno a un proceso político, social y económico verdaderamente revolucionario, soberano, independiente y antiimperialista.”

  1. El Triángulo asesino
Como ya se ha comentado, los planes e intentos de asesinato hacia Fidel Castro han sido creados y ejecutados por tres fuerzas principales: a) la mafia estadounidense, b) la contrarrevolución cubana y c) las administraciones estadounidenses; por ello, la CIA en todo momento ha colaborado con el crimen organizado, es decir, con la mafia de Estados Unidos.
En su objetivo para eliminar físicamente al líder de la Revolución Cubana, la CIA, desde agosto de 1960 empezó a buscar y reclutar criminales a través de sus altos oficiales como Richard Bissell -subdirector de la CIA y uno de los responsables de diversos planes subversivos, sobre todo en la invasión a Playa Girón- junto con el coronel Sheffield Edwards, Jim O´Connell, y Robert A. Maheu, a fin de encontrar al hombre ideal de la mafia para asesinar a Fidel Castro; incluso, tuvieron contacto con Johnny Roselli, personaje reconocido dentro del hampa y con nexos en el ámbito del juego en Las Vegas y en La Habana prerrevolucionaria; los clientes estadounidenses y extranjeros, estaban dispuestos a pagar cientos de miles de dólares estadounidenses por el crimen.
En una visita a Estados Unidos, Fidel Castro se hospedó en el Hotel Teresa, ubicado en el barrio de Harlem; el plan de la CIA y la mafia consistió en poner una caja de tabacos en un lugar apropiado para que Castro se fumara uno y explotará, volándole la cabeza. Para esta operación la CIA había dado instrucciones a Roselli y su grupo criminal de reclutar a cubanos contrarrevolucionarios que vivían en Florida; Roselli contactó a dos mafiosos conocidos: Momo Salvatore Giancana y Santo Traficante, un gánster prominente de Chicago y el otro, jefe de la Cosa Nostra en Cuba durante la tiranía de Fulgencio Batista, respectivamente.
Estos planes de asesinato no pudieron realizarse gracias a los esfuerzos de órganos de la Seguridad Cubana, pero quedó comprobada la relación y colaboración entre las autoridades estadounidenses y el crimen organizado, así como de la contrarrevolución cubana en su obsesión por eliminar al jefe del Estado cubano.

3. Planes y acciones fallidas: del veneno letal a las bazucas y voladura
La ejecución de los planes y acciones que se han llevado a cabo para asesinar a Fidel Castro por parte de la CIA, han consistido en diversas formas, a continuación se presentan algunas de las más conocidas:
1. Los puros envenados. El 16 de agosto de 1960, la División de Operaciones de la Oficina de Servicios Médicos de la CIA, preparó y entregó a un oficial de la Agencia, una caja de los puros favoritos de Fidel Castro, mismos que habían sido procesados con un veneno letal denominado Botulinum, y con el cual, el líder cubano moriría instantáneamente, con sólo ponerse uno de ellos en la boca. La CIA no pudo realizar sus planes contra Fidel Castro, fracaso que no se explica en los documentos desclasificados de la Agencia.
2. Las bazucas contrarrevolucionarias. El 14 de junio de 1961, elementos contrarrevolucionarios cubanos como Juan Basigalupe Horrendo, también intentó asesinar a Fidel Castro en La Habana. Su plan consistía en que cuando el líder cubano pasara por la avenida Rancho Boyeros, sería atacado por dos jeeps y un auto que estacionarían en un garaje ubicado en dicho lugar, así como un coche tipo panel que estaría enfrente de la Ciudad Deportiva, donde habría agentes armados con metralleta y granadas. Cuando el líder cubano pasara por la avenida de Boyeros, uno de los jeeps bloquearía la vía y el otro atacaría el coche del presidente con bazucas, y al mismo tiempo, los hombres armados ocultos en el panel, abrirían fuego contra los escoltas de Fidel Castro con granadas de mano. Gracias a los esfuerzos de los órganos de la Seguridad de Estado Cubano, jóvenes revolucionarios neutralizaron tales operaciones, fracasaron todos estos planes a través de la detención de la mayoría de los agentes de la CIA y sus armamentos. De esta manera salvaron la vida de Fidel Castro y otros líderes revolucionarios.
3. Bazucas en la Universidad de la Habana. El 13 de marzo de 1963, hubo otro intento de asesinato hacia Fidel Castro a cargo de la CIA, durante la celebración del sexto aniversario del asalto al Palacio Presidencial, en la escalinata de la Universidad de La Habana. El plan era disparar con una bazuca desde un edificio frontal a la escalinata de la Universidad, hacía la tribuna del acto y de esta manera, matar a Fidel Castro y otros líderes cubanos presentes. Los asesinos como Ricardo Olmedo, agente de la CIA, fueron capturados y juzgados por personal de Seguridad del Estado Cubano antes de realizar sus planes.
4. Los atentados en Chile. En noviembre de 1971 el plan de la CIA se realizaría en Chile, durante la visita de Fidel Castro a ese país. Desde el hotel Hilton de Santiago de Chile, ubicado cerca del Palacio de la Moneda y sede del gobierno chileno, se dispararía al líder cubano cuando él se asomara a los balcones, algo similar al asesinato del presidente J. F. Kennedy.
Otro plan de asesinato de la CIA se dio al visitar el presidente cubano una mina de cobre en las montañas, cerca de Antofagasta en Chile , al norte del país latinoamericano. Un coche inutilizado en medio del camino interrumpió la vía, en el automóvil había 400 libras de dinamita conectadas a un detonador eléctrico. En esta ocasión el líder cubano tuvo suerte, porque se empujó el émbolo, pero la dinamita no estalló. En este plan, Luis Posada Carriles –quien actualmente vive en Estados Unidos- terrorista connotado de origen cubano, agente de la CIA y del ejército estadounidense, jugó un papel determinante. Hay que mencionar que los gobiernos de Cuba y de Venezuela han pedido a Estados Unidos por la vía diplomática, la entrega de Posada Carriles para ser juzgado por sus acciones terroristas y criminales.
5. Luís Posada Carriles y la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) . Ambos constituyen un producto del ex presidente estadounidense Ronald Reagan y la CIA; juntos planificaron varios atentados hacia Fidel Castro con ayuda de otros mercenarios y terroristas de origen cubano radicados en Miami, como los siguientes: en 1991, durante la Cumbre Iberoamericana de Guadalajara en México; 1992 en Madrid, España; 1994 en Cartagena de Indias, Colombia; 1997 en la Isla Margarita, Venezuela; 1998 en República Dominicana; y, 2000 en Panamá donde se intentó volar la universidad para matar a Fidel Castro. Todos fueron detectados y neutralizados, gracias al arduo trabajo del personal de Seguridad del Estado Cubano.
6. Comandos L y Alpha 66. Uno de los contrarrevolucionarios más activos y profesionales en actividades terroristas desde finales del año 1959 fue Antonio Cuesta Valle, quien se convirtió en agente de la CIA y jefe de la organización Comandos L y Alpha 66; también fue jefe del terrorista Luís Posada Carriles y juntos actuaban desde Miami.
Antonio Cuesta Valle realizó diversas acciones criminales y terroristas contra su propio pueblo durante muchos años, fue capturado en mayo de 1966 a bordo de una lancha rápida en aguas de La Habana, misma que explotó y estuvo a punto de perder la vida. Algunas de sus actividades fueron las siguientes: a) Conspiración contra la República de Cuba; b) Atentados contra la vida de Fidel Castro; c) Reclutamiento de elementos y creación de organizaciones terroristas contra la Revolución Cubana; d) Coordinación de las acciones entre cubanos y estadounidenses; e) Preparación de barcos y lanchas rápidas para llevar a cabo las acciones encubiertas de Estados Unidos contra Cuba; f) Introducción de armas y explosivos, así como tráfico de contrarrevolucionarios cubanos de la Isla, e introducción de agentes estadounidenses como Bob Stevens, capitán y jefe de grupos especiales de la CIA, quien ingresó a Cuba ilegalmente; g) Ataques a objetivos cubanos con armas, como el caso al hotel Riviera y el Acuarium en Miramar, La Habana; h) Robo de barcos cubanos; e, i) Disparar y tirotear contra los oficiales cubanos que los habían detectado en su entrada ilegal a Cuba.
En una entrevista al escritor cubano Luis Báez, Cuesta Valle señala que todo el daño que él y sus cómplices hicieron contra Cuba fue un error fatal y que este tipo de actividades terroristas ya no sirven, pues Cuba tiene un pueblo unido que respalda a su revolución y su gobierno. Otro aspecto muy interesante del testimonio de Antonio Cuesta señala que el tratamiento recibido en la cárcel en Cuba fue de respeto, incluso le salvaron la vida, aspecto muy importante en el contexto de los Derechos Humanos, un trato humano, pues esperaba que lo fusilaran por sus ataques a Cuba.
7. John Mac Meckples, agente estadounidense de la CIA, quien fue capturado en mayo de 1966 a bordo de una lancha rápida en aguas de La Habana. Meckples explica, como Estados Unidos y la CIA han ejercido el terrorismo de Estado no solamente contra Cuba, sino contra otros países latinoamericanos; asimismo, el asesinato de sus adversarios políticos con métodos crueles y rechazables en el contexto democrático, respaldados por las administraciones estadounidenses en su afán de asegurar su dominación política, económica, militar y cultural en el continente americano. En este sentido, la Cuba socialista con Fidel Castro al frente, ha jugado un papel determinante como obstáculo y resistencia contra tal dominación imperialista estadounidense, afirman los críticos.
4. La continuidad ofensiva para eliminar a Fidel Castro y críticos del capitalismo estadounidense
La política ofensiva de Estados Unidos continua con la reciente firma por parte del actual presidente Barak Obama, del Programa de asesinatos selectivos, mismo que autoriza a las fuerzas militares o policiacas estadounidenses eliminar físicamente a personas que no son del agrado de Estados Unidos, entre ellos se encuentran críticos e independistas que buscan crear un mundo mejor sin capitalismo, así como “antiestadounidenses” o enemigos de la nación del norte, a los que llama simplemente “terroristas”.
  1. El Videojuego que “enseña” cómo matar a Fidel Castro
En su obsesión por asesinar a Fidel Castro, la CIA creó un videojuego lleno de violencia llamado Call of Duty:Black Ops , en él se “enseña” cómo matar a Fidel Castro. El videojuego se lanzó al mercado como la mayor “atracción del año” en 2010, una mega producción de miles de ejemplares en Estados Unidos; el videojuego se considera una propaganda y guerra psicológica en los tiempos de la llamada Guerra Fría, primero es Cuba y Fidel Castro como el blanco principal a asesinar; también hay un turno de la ex Unión Soviética y Vietnam, y según el periódico colombiano Clarín , contiene mucha violencia y sangre.
El protagonista del videojuego es un agente de la CIA que debe asesinar al líder cubano en primer lugar; el escenario es la Crisis de los Misiles o de Octubre de 1962. Este videojuego vendió cinco millones de ejemplares el primer día que se presentó, pero países como Alemania y Japón no permitieron su distribución por su alto contenido de violencia y fue rechazado. El pueblo de Cuba protestó fuertemente contra este tipo de cinismo y falta de ética humanista por parte de las administraciones estadounidenses, y sobre todo, contra la CIA.
  1. De la eliminación física a los “Drones”
Otra herramienta de exterminio utilizada por las fuerzas militares y policiacas del país del norte son los “Drones”: aviones sin tripulante, o no tripulados por un ser humano. Estados Unidos utiliza desde su propio territorio estos artefactos para eliminar físicamente a personas que son críticas y cuestionan la dominación, la injerencia, o la ocupación militar estadounidense de sus países. Actualmente la Fuerza Aérea estadounidense tiene más de 1,300 pilotos de “Drones” en 13 bases en Estados Unidos .
Los “Drones” o aviones de guerra sin piloto, son una maquinaria de asesinato, están equipados con potentes cámaras que transmiten la guerra en directo a sus pilotos, es decir, desde las bases militares en Estados Unidos, quienes tienen permiso para asesinar a gente a una distancia de 11.200 kilómetros. Datos recientes señalan que los “Drones” han matado a 4700 personas en varios países como Afganistán, Pakistán, Somalia y Yemen. El Pentágono cuenta con unos 19.000 “Drones” para tareas de espionaje o de combate, pero la CIA también dispone de su propia flota. Este servicio de espionaje, se ha convertido cada vez más en una organización paramilitar, conducido por la actual guerra secreta de Obama.
Al respecto, críticos estadounidenses como la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU), ha pedido información sobre el mencionado Programa a la CIA, ésta a su vez, se ha negado, incluso ante tribunales. La ACLU investiga bajo qué condiciones, cuándo, dónde y contra qué personas los Drones pueden ser utilizados y de qué manera Estados Unidos respetará las leyes internacionales en materia de ejecuciones extrajudiciales. Para Jameel Jaffer, el subdirector de la ACLU, el pueblo de Estados Unidos tiene derecho a decidir si este Programa es legal o moralmente aceptable, y señala que de ser este Programa de asesinatos selectivos legal, entonces la CIA no debe tener ninguna razón para ocultar la información o documentos.
5. ¿Por qué la CIA ha fracasado?
Ante las tantas evidencias de los múltiples ataques hacia Fidel Castro, resulta de suma importancia buscar las causas del fracaso de estos intentos, planes y operaciones cubiertas e encubiertas de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos y otras autoridades estadounidenses en su afán por asesinarlo.
Al respecto, especialistas y estudiosos cubanos como el Dr. Esteban Morales Domínguez, académico de reconocimiento nacional e internacional, subraya que si no se conoce la historia de Cuba, es muy difícil entender la esencia del conflicto entre Cuba y Estados Unidos. Por ello, en el caso específico de Cuba y su líder revolucionario, hay aspectos muy importantes que se deben analizar en el contexto del fracaso de la CIA.
En principio se debe considerar que el proceso revolucionario y los anhelos del pueblo cubano comenzaron mucho antes de 1959, tanto por su independencia, soberanía y liberación nacional de poderes extranjeros como del colonialismo español y el neocolonialismo estadounidense. La Revolución Cubana es el resultado de siglos de lucha, la consecuencia de una rebelión popular armada, autentica, autónoma y con una interpretación propia de lo debería ser un socialismo revolucionario, democrático, con valores éticos, morales y humanistas respeto al enemigo, con trato digno bajo condiciones difíciles de combate; primero contra la tiranía de Batista, títere de los intereses de transnacionales estadounidenses; contra el crimen organizado, mafia que dirigía los casinos, centros de juego y casas de prostitución, que junto con la embajada de Estados Unidos, actuaban conjuntamente para mantener a la Isla bajo su dominio neocolonial y esclavizando al pueblo bajo condiciones muy difíciles; y después, contra la contrarrevolución interna preparada, entrenada, armada, pagada y dirigida por la CIA y el Pentágono, pero también la contrarrevolución externa en Miami que ha realizado incontables ataques terroristas, de sabotaje e infiltraciones ilegales a Cuba, subrayan críticos.
La Revolución Cubana trajo un cambio profundo, pues contó con la participación activa del pueblo por medio de movilizaciones populares, protestas pacíficas y huelgas generales donde cada ciudadano formó parte de este cambio radical hacia el socialismo; entonces, todo el pueblo se sentía parte de este tipo de democracia participativa y popular, es decir, de la libertad para su nación y con la conciencia de crear un sistema diferente, democrático y de bienestar colectivo para toda la población cubana, donde las decisiones clave deberían ser tomadas por el pueblo y no por un poder extranjero como Estados Unidos; esto sucedió con las organizaciones de masas como el Ejército Rebelde, las Comités de Defensa de la Revolución (CDR), la Asociación de Mujeres de Cuba, (AMC), la Federación de los Estudiantes Universitarios (FEU), la Asociación Nacional de los Agricultores Pequeños (ANAP), el Sindicato Central de Cuba (SCC), entre otras organizaciones populares con millones de participantes; esta unidad del pueblo cubano y su apoyo activo e incondicional al liderazgo de Fidel Castro (hasta 2006 fecha en que tuvo que retirarse de la presidencia por razones de salud), ha jugado un papel preciso, tendiente a cuidar la vida del líder cubano y a combatir y neutralizar los planes de la CIA y sus mercenarios cubanos y estadounidenses ante la amenaza constante de asesinar a Fidel Castro.
Los Servicios de Seguridad cubanos han jugado un papel determinante desde principios de la revolución, construido por jóvenes revolucionarios y antiimperialistas de la Isla, se han encargado de neutralizar los planes de asesinato de los líderes cubanos, sobre todo, de Fidel Castro. Asimismo, el apoyo de la población cubana al gobierno revolucionario ha tenido una importancia relevante para neutralizar los intentos de la CIA, la contrarrevolución interna y la mafia estadounidense para asesinar al líder de su revolución.
Por otro lado, la instrumentación de nuevas políticas a través de cambios profundos en la Isla después de la revolución por el gobierno cubano como fueron: la creación de una sociedad con justicia social, democracia participativa, salarios justos y equitativos entre mujeres y hombres, la lucha contra el racismo de siglos, la disminución de las rentas, de precios, así como la alfabetización nacional de miles de cubanos y la gran Reforma Agraria, entre otra medidas democráticas y populares, han hecho la diferencia en este apoyo a la revolución y en la neutralización de los planes de la CIA, en su obsesión de asesinar a Fidel Castro.
Otro aspecto significativo fueron las medidas radicales y revolucionarias (no reformistas) que la Revolución Cubana implantó en lo político, económico, social, deportivo y cultural; cambios que a Estados Unidos no le convenían y que motivaron el rompimiento de sus relaciones diplomáticas con Cuba para poder utilizar a la CIA y el Pentágono, en su ofensiva hacia la Revolución Cubana por todos los medios posibles, al grado de planear asesinatos hacia sus líderes, sobre todo, hacia Fidel Castro.
Los diversos cambios que se establecieron en Cuba incomodaron a Estados Unidos, se produjo entonces una política de aniquilamiento a la Revolución Cubana y a su líder revolucionario Fidel Castro, a continuación se menciona algunos aspectos importantes que nos harán entender el origen de la política del país del norte:
1. La Reforma Agraria, la más amplia y radical en su tiempo en América Latina y el Caribe.
2. La nacionalización de empresas transnacionales estadounidenses y europeas en la Isla.
3. La gran campaña de alfabetización de la población. El gobierno cubano dio créditos para construir cinco mil doscientas escuelas; reducción de entre 25 y 30 por ciento del precio de los libros de textos para la enseñanza en general.
4. Reducción de los precios de medicinas de entre 15 y 20 por ciento.
5. El reclamo de capitalistas estadounidenses como la Standard Oil, la United Fruit Company y la Pepsicola Internacional entre muchas otras transnacionales estadounidenses, de sus “propiedades” en la Isla.
6. La derrota militar y política de Estados Unidos en Playa Girón (Bahía de Cochinos), que provocó la movilización del pueblo cubano para defender su Revolución e independencia nacional.
7. La clase dominante y burguesa cubana que dominaba grandes propiedades y los ricos latifundistas que habían perdido sus grandes privilegios, se pusieron en contacto con la CIA para derrocar la Revolución, porque ésta última, había cambiado las estructuras socioeconómicas de la sociedad cubana.
8. La subestimación de la CIA y el Pentágono de la capacidad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Cubanas en su organización, madurez, disciplina y astucia para combatir sus planes y operaciones ilegales contra la Isla, sobre todo, de los Servicios de la Seguridad Cubana, que lucharon sistemáticamente para neutralizar las intervenciones injerencistas del poder extranjero, capacidad que la literatura y prensa estadounidense y occidental han intentado minimizar ante un enemigo tan poderoso.
9. El tener como vecino a un país con régimen socialista, un paradigma no capitalista, a sólo150 kilómetros de distancia y que además, ofrece un modelo de desarrollo sustentable.
10. La contrarrevolución interna y menos externa no ha tenido legitimad alguna por no tener apoyo del pueblo cubano, además de ser dirigida, entrenada y manipulada por un poder extranjero, es decir, Estados Unidos.
Conclusiones
La enemistad y rechazo de Estados Unidos a la Revolución Cubana tiene raíces históricas pues el país del norte siempre quiso anexar la Isla a su territorio, pero por distintas razones no pudo realizarlo. Desde 1902 Cuba fue neocolonia estadounidense hasta la Revolución de 1 de enero de 1959, después de 1959 Estados Unidos quiso recuperar lo perdido. Antes de la Revolución, por medio de la CIA, ya se buscaba eliminar físicamente al líder cubano Fidel Castro, incluso, durante su estancia en México, según datos estadounidenses.
Las administraciones estadounidenses desde el presidente Dwight Eisenhower hasta el actual presidente Barak Obama, han continuado con su política de planes tendientes a asesinar a Fidel Castro y destruir la Revolución Cubana, por lo que él representa para la revolución, para la Isla, para América Latina y el Caribe y los movimientos de liberación nacional a nivel mundial. Cuba se ha convertido en un ejemplo de lucha incansable por defender su régimen socialista, y por su ayuda solidaria a los países hermanos en todo el continente Americano que luchan por cambios radicales sociales, económicos, políticos y culturales en que buscan liberarse del yugo del imperialismo estadounidense. La solidaridad internacional de Cuba con todos los pueblos del mundo es evidente, sobre todo con África, lo cual aumenta el prestigio internacional de la Isla, así como el de Fidel Castro.
Lo anterior permite entender porque Estados Unidos a través de la CIA y el Pentágono, comenzaron su guerra total hacia Cuba; primero con el bloqueo económico, financiero y comercial; luego con las guerras bacteriológicas, políticas, culturales, sabotajes, y la creación de una contrarrevolución interna en la Isla para destruir la Revolución; pero lo más importante para Estados Unidos durante más de medio siglo de agresiones contra la Isla ha sido, esa obsesión de eliminar físicamente a su líder histórico de la Revolución.
Es sorprendente el grado de cinismo, agresividad y criminalidad que ha imperado en la obsesión de la CIA, por asesinar a Fidel Castro, después de conocer sus diversos métodos, medios, intensidad, continuidad, formas, tecnología utilizada, cantidad de dinero gastado, y enormes recursos de toda índole así como instrumentos ilegales y criminales, también asombra su gran fracaso.
A lo largo de este ensayo hemos podido documentar brevemente algunos de los planes y hechos llevados a cabo por la CIA durante más de medio siglo contra la vida de Fidel Castro, mismos que han fracasado, gracias al apoyo del pueblo cubano. A pesar de estas políticas continuadas contra la Isla de los regímenes estadounidenses, la Revolución Cubana sigue en pie de lucha, rectificando y mejorando cada día, buscando elevar sus logros en educación, medicina, deporte, cultura, ciencia y medio ambiente, pues como la misma Organización de las Naciones Unidas (ONU), lo ha señalado, Cuba ofrece hoy en día una alternativa democrática y un desarrollo sustentable no capitalista al mundo entero, es decir, un socialismo revolucionario de corte cubano.

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7 de julio de 2013

Evo, Snowden y la hipocresía liberal


blogs.publico.es
Este año la embajada de Estados Unidos en La Paz canceló los festejos del 4 de julio, fecha nacional, y hasta 2005 una vidriera para que la élite política y económica boliviana revalidara sus credenciales de respetabilidad: ser invitado al enorme búnker ubicado sobre la Avenida Arce era una especie de aval moral. De hecho había llegado un punto en el que los partidos bajaban de sus listas a quienes perdían la visa a EEUU con el criterio de que “algo habrían hecho”. A veces caían en el ridículo, como cuando una embajadora pidió a sus invitados (Evo Morales nunca estaba en la lista) que fueran vestidos de cowboys. Y así lo hicieron. Evo no tenía visa y transformó ese hecho en capital político.
Pero ahora los festejos fueron suspendidos “hasta nuevo aviso”, después de que Francia, Portugal e Italia (¿y España?) cerraran sin previo aviso sus cielos al avión del presidente boliviano, bajo sospecha de que llevaba a Snowden a La Paz escondido en el maletero y generando una ola de repudio internacional y una reunión de urgencia de varios países de la Unasur. En todo el mundo sorprendió semejante acto, algo así como decir amén antes de que los norteamericanos terminaran de rezar, parafraseando al ex líder socialdemócrata alemán Willy Brandt. Hoy se extrañan figuras como esas, o como Charles De Gaulle, ante el automático sometimiento de un gobierno “socialista” como el francés a la voluntad de Washington, justamente cuando Europa se queja por el espionaje de EEUU… denunciado por el propio Snowden. Incluso la Internacional Socialista latinoamericana caracterizó como “incivilizado” el bloqueo aéreo al mandatario boliviano. Como ha señalado Jean-Jacques Kourliandsky, del Instituto De Relaciones Internacionales y Estratégicas de París, “Bolivia no es solo Bolivia”, hoy existe una sólida red latinoamericana que reacciona ante este tipo de agravios.
El gobierno boliviano denunció que Morales había sido “secuestrado”, varios sectores sociales -especialmente campesinos- se movilizaron de inmediato en repudio a la actitud europea y los potenciados medios estatales pusieron en marcha una inédita cobertura sobre el “agravio del imperio”.
Morales ha hecho toda su carrera política transformando humillaciones en fortalezas y esta vez no es diferente. Sus gestos antiimperialistas fueron desde sus comienzos como dirigente cocalero una marca de fábrica de su liderazgo y tomaron caminos concretos durante su gestión presidencial: en 2008 expulsó al embajador Philip Goldberg y más recientemente a la agencia USAID. Si en 2002 las declaraciones hostiles del entonces embajador Manuel Rocha lo dejaron al borde del triunfo presidencial, este nuevo “ataque del imperio” a través de sus vasallos europeos (como los ha llamado el periodista Rafael Poch) le ha venido a Evo como regalo del cielo. Quizás nunca como ahora, a excepción del día que llegó al Palacio Quemado, concitó semejante simpatía mundial, lo que a nivel interno se traduce en una cohesión nacional del país en torno a su liderazgo.
Pero estos incidentes ponen sobre la mesa una cuestión adicional: en estos tiempos suele repetirse que Washington ha perdido poder e influencia. Sin embargo, Edward Snowen sigue en un la tierra de nadie del aeropuerto de Moscú sin que ningún país quiera -hasta ahora- asilarlo. Seguramente haya negociaciones bajo la mesa (Bolivia y Venezuela han dicho que evaluarían un pedido de asilo, ¿ese pedido llegó). Rafael Correa, después de un impulso inicial, parece más distante; con Julian Assange parece tener bastante.
En efecto, recibir a Snowden tiene costos elevados. Atraerá sobre quien lo haga toda la ira imperial.
Simpatizante de los “libertarians”, el ex técnico de la inteligencia estadounidense buscó a Hong Kong como su destino, pero la persistente lógica de la guerra fría lo obligó, muy pronto, a tomar un vuelo de Aeroflot rumbo a Moscú. Claro que los rusos ya no son los de antes, y Putin dijo que se si quedaba ahí no podría perjudicar a “nuestros socios” estadounidenses con sus incómodas denuncias y debía optar por el silencio. ¿Pero para eso el joven de 30 años dejó las apacibles playas de Hawai y un salario de 20.000 dolares mensuales, familia y novia?
Mario Vargas Llosa se queja de que Wikileaks y Snowden se hicieron amigos de gobiernos antidemocráticos, el Washington Post se pregunta por qué un activista liberal libertario (Paul Ron es uno de quienes lo defienden públicamente en EEUU) se hizo amigo de “estados autoritarios”. Como el mismo diario responde, la “solución geopolítica” es una alternativa ante un proceso legal prolongado que puede llevarlo a prisión. No creo que se pueda juzgar a nadie por no querer terminar como el soldado Mannig. Snowden ya cumplió con su cuota de heroicidad, ahora toca al mundo democrático, progresista y antiimperialista ayudarlo.
No hay que ser muy perspicaz para saber que los norteamericanos no son los únicos que espían, que algunos critican el espionaje “gringo” por motivos geopolíticos y no democráticos, y que para Snowden es muy incómodo aparecer como aliado de Rusia, China, Venezuela o Cuba. Muchas de las banderas democráticas de wikileaks chocan también con muchos estados antiimperialistas. Pero la respuesta a Vargas Llosa es clara: Snowden busca ayuda entre los Estados “autoritarios” porque los “liberales” no le dan asilo y actúan con enormes niveles de hipocresía e indignidad.
En estos próximos días veremos si alguno de los países con gobiernos de izquierda le da finalmente refugio. El antiimperialismo tiene altos costos (muchos más que las peticiones de los intelectuales radicales). La solución al affaire Snowden va a despejar varias dudas sobre la verdadera influencia de Estados Unidos en el mundo actual y la viabilidad de los desafíos a Washington.
Pablo Stefanoni
Jefe de redacción de ‘Nueva Sociedad’ y ex director de ‘Le Monde Diplomatique/Bolivia’

http://blogs.publico.es/dominiopublico/7153/evo-snowden-y-la-hipocresia-liberal/

Estados Unidos ordena capturar a Snowden, donde sea y como sea







El periódico austríaco Die Presse aseguró que el embajador de Estados Unidos en Austria fue quien comunicó la falsa noticia de que el topo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por su sigla en inglés) Edward Snowden se encontraba a bordo del avión del presidente boliviano Evo Morales. En una noticia publicada en la edición del 3 de Julio de ese diario se afirma que poco después que aterrizara el avión de Morales “el ministerio de Asuntos Exteriores de Viena recibió una llamada telefónica”. Quien llamó no era otro que el embajador de Estados Unidos en Austria, William Eacho. Según Die Presse éste “afirmó gran certidumbre que Edward Snowden estaba a bordo del avión boliviano.” Eacho también hizo mención a “una nota diplomática solicitando la extradición de Edward Snowden”. Se despejan así las dudas que habían rodeado las enigmáticas declaraciones de José Manuel García-Margallo, Ministro de Asuntos Exteriores de España, quien había dicho que "las reacciones de los países europeos" de bloquear el vuelo de Evo Morales se produjeron porque "nos dijeron que [los datos] estaban claros." García-Margallo se negó a revelar quiénes les habían proporcionados esos datos. Ahora lo sabemos.1
El presidente Barack Obama había designado a Eacho como embajador de los Estados Unidos en Austria en Junio del 2009, pese a que carecía por completo de experiencia diplomática. Era el CEO de una gran empresa de desarrollos inmobiliarios, el Carlton Capital Group y Vicepresidente de Alliant Foodservice Corporation, una empresa de servicios de distribución de comidas. Sin embargo, su rotundo analfabetismo diplomático se compensaba con los méritos que cosechó al ser uno de los principales recaudadores de fondos (fundraisers) de la campaña presidencial de Obama. Una vez instalado en la Casa Blanca, el insólito Premio Nobel de la Paz lo recompensó enviándolo a Viena, sea para hacer negocios o para disfrutar del esplendor de esa magnífica ciudad centroeuropea.
Todo este incidente revela varias cosas: primero, que quien estuvo detrás de esta gravísima violación a las reglas formales e informales de la diplomacia que rigen las relaciones entre las naciones fue el gobierno de Estados Unidos; segundo, que los servicios secretos de los países europeos demostraron una incompetencia fenomenal, al producir un incidente gravísimo, y de serias consecuencias diplomáticas y políticas, a partir de una increíble impericia en sus actividades de inteligencia que “compraron” la versión, no menos inepta, propalada por los servicios norteamericanos. Se les pasó por alto, por ejemplo, que el avión de Evo Morales nunca estuvo en el aeropuerto de Moscú donde se encontraba Edward Snowden “en tránsito” desde hacía una semana. El presidente boliviano partió desde el aeropuerto Vnukovo, que se encuentra a 43 kilómetros de distancia. ¿Cómo podría haberse trasladado, sin que nadie de los numerosos servicios que seguramente deben estar saturando todas las puertas y salidas del aeropuerto moscotiva lo hubiera notado? Tercero, que los gobiernos europeos son marionetas manejadas a voluntad por la Casa Blanca. A pesar de sus altisonantes declaraciones y sus alusiones a los más elevados principios humanistas producidos por la Ilustración europea se trata de gobiernos genuflexos y corruptos, que han dado repetidas muestras de una rotunda incapacidad para negarse a perpetrar cualquier crimen o delito que les ordene Estados Unidos. Un sólo ejemplo basta: detuvieron y secuestraron el avión presidencial boliviano -a quien antes habían autorizado a despegar desde Rusia pese a que luego, en pleno vuelo, le denegaron ese permiso- poniendo en riesgo la vida de Evo Morales y sus acompañantes pero apoyaron logísticamente los numerosos vuelos secretos de la CIA que transportaban sospechosos hacia países donde podían ser torturados y asesinados con total impunidad y que, para llegar a destino, necesitaban reaprovisionarse en aeropuertos europeos. Cuarto y último: resaltar los esfuerzos que hace Washington para desviar el eje de la discusión en el affaire Snowden: el crimen no es espiar masivamente a ciudadanos y gobiernos de países amigos, o a agencias noticiosas como la Associated Press; o violar la privacidad de unos y otros; o transgredir las normas y leyes que protegen los derechos y libertades individuales. El crimen es revelar estos crímenes, darlos a conocer, alertar a la sociedad de que estamos bajo un poder omnímodo, irresponsable e inmoral que se autodenomina democrático y respetuoso de la ley pero que es exactamente lo contrario. Lo que no se le perdona a Edward Snowden -como tampoco a Julian Assange o al soldado Bradley Manning, por el asunto Wikileaks- es haber demostrado que quienes ocupan la Casa Blanca no son otra cosa que una gavilla de perversos impostores que en nombre de la libertad están conduciendo a su país, y al mundo, hacia un siniestro totalitarismo de nuevo tipo. Por eso merece universal reconocimiento y gratitud el asilo que por razones humanitarias el presidente Rafael Correa le concedió a Julian Assange en la embajada ecuatoriana en Londres así como la reciente decisión del presidente Nicolás Maduro de hacer lo propio con Edward Snowden. Preservar a estos hombres que con valentía se atrevieron a revelar los secretos más inconfesables del poder imperialista honra tanto a ellos como a los gobiernos que asumen la responsabilidad de protegerlos, sabedores de los costos que acarrea el hecho de prestar tan noble servicio a la humanidad.
Nota:
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

31 de mayo de 2013

El exceso decelos del PRD

César Medina

lobarnechea1@Hotmail.com

Los perredeístas más fanatizados no se conforman con sus pleitos internos. Como si les faltaran

enemigos adentro, salen a buscarlos afuera y se pelean hasta con su sombra.

Como ahora tienen un mecanismo digital que les permite replicar, acusar, agredir a quienes

consideran sus contrarios, han creado grupos de interactivos que mantienen muy activas las

redes sociales.

Creo que a todo el que escribe en los diarios o comenta en televisión le han puesto un gardeador que no le deja paz... El mío se llama Joseito.com. Y ya hasta lo echo de menos cuando pasa algunas horas sin enviarme algún insulto.

Lo ideal fuera mandarlo directo al zafacón digital. Pero entonces me perdería el encanto de la genialidad de sus “argumentos” en defensa de Hipólito.

O cuando el “tolete perredeísta” me acusa de traicionar “a tu hermano Miguel” por defender a Leonel, o los seguidores de Abinader atiborran mi correo culpándome de motejar a su líder con el nombrete que le puso Hipólito, La Tayota.

Los perredeístas son pródigos en suponerles malas intenciones a quienes opinan o escriben en los medios sin coincidir con sus posiciones grupales.

Esa actitud, sin embargo, no es nueva en la relación histórica del PRD y la prensa.

Por años la niña bonita

El PRD fue por muchos años la niña bonita de la prensa nacional. La explicación es su virginidad en el ejercicio del poder y porque era la única alternativa que tenía el país de salir del régimen de Balaguer por la vía electoral.

Por eso la identificación casi generalizada de la prensa hacia el profesor Bosch se transfiere a Peña Gómez cuando el PRD se divide en 1973.

Los periodistas de la época en proporción muy mayoritaria se identificaban con el PRD y particularmente con Peña Gómez, pero entonces no  existían los grupos internos en ese partido y el canibalismo de hoy era simplemente impensable en el partido “de la esperanza nacional”.

Las llamadas tendencias o grupos con cabezas propias que se disputaban la candidatura en el PRD, comenzaron a partir de 1975 cuando el partido se asoció a la Internacional Socialista con la premisa clara de ir a las elecciones de 1978 desafiando la represión del régimen balaguerista, después de dos abstenciones seguidas, en 1970 y 1974.

Para entonces el Partido de la Liberación Dominicana y su líder Juan Bosch habían perdido el apoyo casi total de la prensa y sus rebatiñas con periódicos y periodistas se hicieron antológicas.

La prensa se dividió

La mayoría de los periodistas se apandillaron en aquellos años... Unos apoyaban a Guzmán, otros a Jorge Blanco, a Peña Gómez, a Majluta... Así  como se dividió el PRD, en similar proporción se dividieron las simpatías de la mayoría de los periodistas que ejercíamos entonces en los periódicos y emisoras de radio.

En las salas de Redacción se expresaba esa división de forma desenfadada y unos y otros conocían las orientaciones de los demás. Eran contadas las excepciones, porque pocos disimulaban sus simpatías.

En mi caso particular, lo he dicho muchas veces, ese perredeísmo me llegó en el ADN, por mis padres. Mientras crecía, en mi casa paterna de San Cristóbal había dos adornos en la pared de la sala: Un Corazón de Jesús y el Jacho del PRD...

Apenas estaba alfabetizado cuando escribí mi primer letrero perredeísta en las elecciones de 1962, que ganó Juan Bosch, en una enorme pared de una fábrica de tubos que había en mi barrio: ¡Desde la montaña se ve el triunfo del PRD!

Es ese, el PRD, el único partido político en que he estado inscrito... Y no me arrepiento. Tal vez por eso lo conozco tan bien por dentro.

Me aparté para siempre en el ‘86, con la traición a Jacobo... ¿Cómo admitir semejante canibalismo?


El exceso decelos del PRD - listindiario.com

26 de mayo de 2013

Carta, elegía a mi madre



Escrito por: JOSÉ SILIÉ RUIZ

Hoy celebramos el “Día de las Mad re s”, el primero que nos toca celebrar sin tu presencia física terrenal, lo hago un día para mi memoria personal como queriendo recuperar años en el territorio de la feliz infancia donde tú, con tantos mimos y cariños nos brindaste en vida, en el recordatorio de la cotidianidad amorosa vividos en un hogar de un convivir casi sagrado.

Hoy en mi memoria no quiero aliarme a la melancolía y prefiero “filosofar” sobre lo que es la vida, esa unidad que consiste en dos cosas: la primera, “mater ia” sorprendente en su falta de perpetuidad, su transitoriedad, lo efímero y frágil de la subsistencia misma.

Así podemos hablar de la vida en términos de finalidad, adaptación y de función social. Pero no hemos encontrado en las cosas vivientes artificios y trampas que logren burlar las leyes físicas de la temporalidad.

Lo segundo, es el “espír itu”, encontramos y espero que sigamos encontrando una coincidencia en que el amor es el bálsamo más reconfortante para el alma, aceptamos que el amor de madre, este es el superior de todos los amores terrenales, el más efectivo para: curar heridas, desamores, desencuentros, tristezas y desenmarañar los misterios del vivir, desde que ese embrión humano está en el antro materno hasta que esa madre viaja a ignotas esferas siderales acompañada de una lluvia de estrellas sagradas.

He tratado en estos meses de tu ausencia terrenal madre querida hacerte presente diariamente, y ante los amables lectores me atrevo y pidiéndoles una venia gramatical compartir un acróstico a tu nombre.

El nombre de mi madre no es común, según la leyenda era el de una virgen indígena, Vaganiona: “Verte partir fue el mayor desgarro de mi Alma, drama que inició en mí el sufrir como un Galeote, pues como nunca Antes había padecido tanto el alma mía, esto hizo Nesgar las fibras de mi corazón creándose entonces, un Intersticio entre esa triste realidad y el yo negarme, que cual Ojiva que enlaza ese No querer aceptar que ya no estás y sí te has ido con todo tu Amor y tu inmensa dulzura de una madre buena”.

En este filosofar sobre la vida y los misterios de este tránsito terrenal, efímero, indescifrable y encarnado sobresale un nombre: ¡madre! Inicio de la vida y del amor, ellas nos dejan la herencia ineludible de venerarlas siempre, aún después de haberse ido a territorios de sacrosantos cielos, iniciándose un diálogo intimista que no termina nunca.

Ante la parca se pregunta uno como el inglés en Hamlet, “To be or not to be”. ¿Ser qué? Pregunta de poeta, qué pregunta porque la respuesta -su respuestava incluida en la pregunta y porque lo que busca es que el lector -el hombre- responda conociéndose, en virtud del signo que la poesía le hace “ser o no ser”, frase inmortal: lugar común o base de todo pensar del hombre, porque esa fue y será la cuestión.

Quiere decirse: Shakespeare expresó claramente la inquietud que todo hombre lleva dentro, y al evidenciarlo con el famoso verso, dijo también otra cosa que sólo saben los poetas de verdad: que la poesía es un frente a la muerte.

En Celeste, Carol y doña Ingrid, un abrazo a todas las madres del mundo. ¡En paz querida Nona! El amor de madre es el superior de todos los amores terrenales Carta, elegía a mi madre No quiero aliarme a la melancolía y prefiero “filosofa r” s ob re lo que es la vid

Juan Bosch analiza Panorama político de América Latina en 1961

BOSCH: "EL PASADO ES EL ESPEJO DEL PORVENIR"

REFLEXIONAR SOBRE EL PASADO DE CARA AL PRESENTE 

A mediados del año 1961, la situación política de la América Latina es tan grave como lo era en 1809, y por razones semejantes. Los sucesos que se produjeron desde 1810 en las colonias de España y Portugal y terminaron, hacia 1824, con esas colonias transformadas en repúblicas.
¿Están llamados los que se produzcan a partir de ahora a terminar, digamos en 1975, con un nuevo orden político y social en la mitad meridional del Nuevo Mundo?
Muchas personas piensan que sí, y las lecciones de la historia confieren un valor especial a esa tajante afirmación.
                    Paralelo de los antecedentes
En 1809, la escasa conciencia política de América Latina se hallaba sacudida por un cambio tan serio en el Hemisferio Occidental, que de él habían surgido dos repúblicas –Estados Unidos y Haití–, símbolos de los tiempos antimonárquicos que se avecinaban. Además, en todo el Continente se sentía el impacto de las fuerzas que desde hacía veinte años lanzaba sobre el mundo la Revolución Francesa.
En 1961, la amplia conciencia política de América Latina se encuentra conmovida por una serie de sacudimientos sociales que se inició en México hacia 1910, renació con la revolución cubana en 1933, apareció de nuevo hacia 1944-1948, y culminó al fin en la profunda revolución fidelista de 1959.
En 1809, las ideas revolucionarias tenían como vehículo principal las logias masónicas, cortas en número y cortas en afiliados; en 1961, abundan los partidos revolucionarios y por todo el Continente se extiende uno de organización férrea y dedicado profesionalmente a organizar la revolución. Obviamente, nos referimos al Partido Comunista.
En 1809, la lentitud en las comunicaciones entre continentes y países y la pequeñez de los círculos latinoamericanos que tenían interés en las noticias políticas, hacían que la influencia de acontecimientos.
Tan importantes como las revoluciones de América del Norte, de Haití y Francia, se redujera mucho en nuestros pueblos.
En 1961, la velocidad y la agresividad de los medios modernos de difusión han acortado el tiempo hasta reducirlo a su mínima expresión. Al acortar el tiempo han contraído el espacio, de manera que en todos los países latinoamericanos se viven simultáneamente las experiencias de cualquiera de ellos. Un discurso de Fidel Castro, por ejemplo, se oye en Guatemala o en Venezuela en el momento en que está siendo dicho en La Habana; se oye, y se siente a la multitud que aplaude al orador. La técnica publicitaria ha aumentado a grados insospechados el poder agitador de los medios modernos de difusión, y, a la vez, el aumento de la sensibilidad política de las masas multiplica la fuerza comunicativa de los acontecimientos.
A principios del siglo XIX, a pesar del alto porcentaje de la población sometida a la esclavitud, y a pesar del movimiento de Túpac Amaru en 1780 y de la rebelión haitiana que acabó con el establecimiento de una república en enero de 1804, las masas no tenían verdadera inquietud política.
En 1961, las grandes mayorías de nuestros pueblos están afiliadas a movimientos izquierdistas y millones de hombres y mujeres tienen no solo inquietud, sino
 también actividad política.


Paralelo de los grupos directores

No puede haber cambio revolucionario de las formas o de las estructuras políticas y económicas si no hay, por lo menos, un grupo o una clase social que necesita y desea ese cambio.
En 1809, los grandes terratenientes y algunos sectores mercantiles de América Latina necesitaban y deseaban un cambio. Los hombres que encabezaban esos sectores fueron quienes dirigieron las guerras de independencia, o los que lograron la independencia sin necesidad de guerras costosas, como sucedió en el Brasil. Y la historia de Venezuela nos enseña que tales jefes batallaron y alcanzaron sus miradas sobre nuestra América.
Propósitos aún contra la voluntad de la masa popular, allí donde la masa prefirió pelear bajo la bandera del Rey.
En 1961, la mediana y la pequeña clase media de América Latina, necesitan, y desean, una transformación de la sociedad. De estos dos grupos sociales han salido los líderes revolucionarios de nuestros países, por lo menos los que han iniciado en este siglo la marcha hacia un cambio en el estado político y económico; y puede asegurarse que sin una sola excepción, de ahí han salido también los fundadores y las principales figuras de los partidos comunistas de América Latina.
En 1809, los terratenientes y sectores de comerciantes de las colonias necesitaban y deseaban asegurar con el poder público las riquezas que habían acumulado. La formación de los primeros era antigua, pero su ascenso al más alto nivel del poderío económico había tenido lugar sobre todo en los últimos cincuenta o sesenta años, a favor de la política liberal de los Borbones españoles. Con los cambios que estaban operándose en el mundo, los grandes terratenientes veían en peligro ese poderío económico si no controlaban por sí mismos el poder político; y se lanzaron a conquistarlo.
En 1961, la mediana y la pequeña clase media latinoamericanas necesitan y desean apoderarse de los mandos de la sociedad, pues a pesar de que sus hombres más conscientes se hallan técnicamente preparados para ascender, la alta clase media y la burguesía no les abren paso y su destino inmediato es caer en la categoría de proletarios intelectuales. Estas mediana y pequeña clase media han venido formándose en los últimos cuarenta o cincuenta años, y han alcanzado un alto nivel técnico en tiempos recientes gracias al mejoramiento de los centros de estudios que han estimulado precisamente los gobiernos revolucionarios posteriores a 1910. En la actualidad, hay en cada país de América Latina decenas de millares de jóvenes bien preparados que se quedan sin destinos, y sus perspectivas inmediatas son emigrar a países más prósperos –que en nuestro caso quiere decir, casi siempre, Estados Unidos– o lanzarse a la conquista del poder total.
                            El vacío de poder en 1809
En la sociedad organizada no puede haber vacíos de poder prolongados. Si los hay, la sociedad se descompone: y la sociedad tiene que sobrevivir; se resiste a ser disuelta. El camino adecuado para la supervivencia es que siga a los que le ofrecen un tipo nuevo de organización, o que se someta a ellos aunque no desee esa nueva organización.
Es natural que al producirse un vacío de poder, acudan a llenarlo los que necesiten o desean el poder, y es también natural que al desplazarse de su lugar social hacia el mando político, el grupo que corre a ocuparlo se comporte con violencia y desate en torno suyo una tormenta de hierro y sangre. Pues si procediera con cautela, otros podrían llegar al poder antes que él, y siempre hay posibilidad de que suceda esto último en un ambiente de conmoción y de miedo.
En 1809, nuestros pueblos se hallaron lanzados en un vacío de poder; en 1961, hay un semivacío que puede transformarse cualquier día en vacío total, como sucedió ya en Cuba el 1 de enero de 1959.
El de 1809, se produjo cuando la prisión de Fernando VII y de sus padres, llevada a cabo por Napoleón en 1808, dejó al imperio español sin su jefe tradicional. El imperio pasó a ser un cuerpo sin cabeza, que se movía en el campo de la historia con la incertidumbre de un tronco perdido en medio del océano. Los terratenientes y ciertos sectores mercantiles de las colonias españolas acudieron a llenar el vacío, y cosa parecida sucedió en Brasil cuando el rey portugués volvió a Lisboa, pasado el huracán napoleónico. Hubo países americanos donde las grandes masas siguieron a sus nuevos jefes, como en el Brasil, por ejemplo; y allí la lucha no fue costosa. Pero los hubo donde combatieron contra ellos, y al cabo de largos años de guerras, acabaron sometiéndose.
A ningún estudioso de la historia de América Latina puede caberle duda de que la gran crisis que terminó con el establecimiento de repúblicas en nuestro Continente fue precipitada por la conjunción de dos hechos históricos: la existencia de grupos sociales que necesitaban y deseaban el poder político, y la aparición de un vacío político en el imperio español, determinado por la prisión de Fernando VII y de sus padres.
El semivacío de poder en 1961

Ahora bien, en 1961, hay un semivacío de poder en América Latina; y hay también un grupo social –el compuesto por la mediana y pequeña clase media– que necesita y desea el poder público. Allí donde el semivacío quede convertido, aunque sea momentáneamente, en vacío total –como sucedió en Cuba hace dos años y medio–, la revolución brotará con fuerza irresistible, y tomará el poder.
Desde principio de este siglo XX, América Latina ha sido un satélite político y económico de Estados Unidos. La alianza de los sectores imperialistas de Estados Unidos con los gobernantes oportunistas y antinacionales de nuestros países ha formado durante más de media centuria el núcleo de poder en las tierras latinoamericanas. Esa alianza ha fijado el centro gobernante en un eje que une a Washington con la capital de cada uno de nuestros países; y así como antes de 1810 el poder estaba en Madrid y en la persona del rey; desde hace más de medio siglo está repartido entre los gobiernos criollos y el presidente de Estados Unidos.
Y sucede que a partir de 1953, hay en Washington un intermitente vacío de poder, por lo menos en relación con América Latina. Durante algunos años de la Administración Eisenhower, el poder estuvo en manos de Foster Dulles, y el señor Dulles reforzó la alianza de los grupos imperialistas de su país con los sectores más inescrupulosos de América Latina; de manera que su ejercicio de la parte de poder norteamericano en lo que toca a la América Latina fue decididamente anti histórico. A la muerte del señor Dulles se reprodujo el vacío de poder norteamericano en relación con nuestro países; y donde ese semivacío se complete con el abandono del poder por los asociados criollos –como sucedió en Cuba a la fuga de Batista–, se hizo presente la revolución, esto es, el paso de un grupo social necesitado del poder hacia el comando de la vida pública.
 Desde la muerte de Foster Dulles, el semivacío en la porción de poder sobre América Latina que ejercía Estados Unidos se ha hecho patente. La Administración Kennedy ha tratado de llenarlo con palabras, pero no ha alcanzado todavía el terreno firme de los hechos. Más aún, la Administración Kennedy ha dado muestra de que es intrínsecamente débil; de que oscila entre el llamamiento de los sectores antiimperialistas de su propio país; que desearían ver al gobierno norteamericano libre de la influencia de los negociantes colonialistas, y la presión casi irresistible de estos últimos.

La reacción juega su carta

Al promediar el año 1961, América Latina es el campo de la batalla política más enconada del mundo. La reacción –no sólo continental, sino hemisférica– se ha lanzado con todas sus armas a una lucha sin cuartel. So pretexto de que la revolución de Cuba es comunista, todos los medios de expresión, que están en manos de las oligarquías terratenientes, financieras y comerciales, golpean día y noche a las masas con el terror psicológico. Su plan es lograr que se desate en América la persecución contra los comunistas; y después, como es claro, perseguirán a los revolucionarios no comunistas.
¿Por qué actúan así esos grupos? ¿Por pureza ideológica? ¿Es que su amor a la democracia resulta tan sincero que no pueden aceptar la menor amenaza contra los regímenes democráticos?
Pues sucede que no. Los mismos que hoy agitan sin descanso el espantajo comunista fueron los que iniciaron la campaña de descrédito contra líderes democráticos como Haya de la Torre, José Figueres y Rómulo Betancourt; ellos sembraron la semilla de insultos y calumnias que los comunistas cultivan ahora con tanto esmero. Estos ardientes defensores del mundo libre eran, hasta hace poco, panegiristas de Trujillo, de Pérez Jiménez y de Somoza.
La reacción juega su carta anticomunista, no por amor a la democracia, sino para defender sus privilegios. Si logra asociar todo cuanto se ha hecho en Cuba con el color rojo de la bandera soviética, pondrá sus fortunas a salvo de la revolución social latinoamericana. Para esos sectores el anticomunismo es negocio que rinde beneficios.
¿Puede decirse lo mismo de las grandes masas de nuestros países?

La incógnita por millones

Seguramente no. Nadie sabe a ciencia cierta qué piensan esas grandes masas. De hecho, ellas son una incógnita. Lo que puede afirmarse es que más de ochenta millones de latinoamericanos –entre los cuales hay cerca de cuarenta millones de adultos– no saben leer, y, por tanto, ignoran lo que dicen los diarios.
Los que leen, y convierten sus lecturas en hechos, son esos grupos de la mediana y la pequeña clase media que necesitan y desean el poder político. Leen también importantes núcleos de obreros, pero la revolución cubana demostró que los obreros con buenos jornales, organizados en sindicatos y asegurados socialmente, reducen su actividad política a conservar su posición. Leen también la alta clase media y la alta burguesía; leen, sobre todo, sus propias campañas anticomunistas y las noticias que se refieren a precios, mercados y leyes favorables a las nuevas inversiones.
Demasiado ocupados en adquirir Cadillacs, en llevar a sus mujeres a cabarets y casas de modas, en hacer viajes de negocios a Nueva York y a Europa, los hombres de la alta clase media y de la burguesía latinoamericana, considerarán que van a detener la revolución social con propaganda anticomunista. Sus antepasados de hace ciento cincuenta años creyeron también que podían evitar la liquidación de la esclavitud hablando de los horrores que desató la rebelión de los esclavos de Haití.
La propaganda reaccionaria está creando la atmósfera de la batalla continental. En esa batalla, ¿qué partido va a tomar la gran masa latinoamericana?  
Necesariamente, el de la revolución; aunque es muy probable que no le importe que esa revolución sea comunista o democrática. Para la gran masa será lo mismo con tal de que le proporcione bienestar. La diferencia entre la primera y la segunda es que la última ofrece libertad, pero hasta ahora, ¿qué libertad ha conocido la gran masa?
La parte más consciente de la masa distingue solo entre una revolución sangrienta y una que no lo sea; sucede que la revolución sin sangre solo puede ser realizada si se acude hoy, no mañana, a resolver los problemas agudos que tenemos ante nosotros; los económicos, los sociales y los políticos; los de hambre, los de desigualdad en todos los órdenes y los que nos plantea la supervivencia de tiranías espantosas, como la dominicana, la de Nicaragua y la de Paraguay.
Ahora bien, entre una revolución sin sangre, pero demorada, y una con sangre, pero inmediata, ¿qué han de preferir nuestros pueblos?
Sería osado hacer vaticinios. Las conmociones sociales se dan cuando las condiciones apropiadas hacen acto de presencia en la historia. No son materia de selección ni pueden prefabricarse.
Lo único que nos es dado ver es que al promediar el año 1961, nos hallamos en una situación muy parecida a la que teníamos en 1809, un año antes de que se iniciaran nuestras guerras de independencia. Las diferencias no aplacan, sino que acentúan la inclinación a pensar que hoy, como en 1809, estamos en vísperas de grandes cambios en la estructura profunda y en las formas visibles de nuestra vida social.
JUAN BOSCH

[Política: Teoría y Acción, Año 12, No. 130, enero-marzo de 1991. Escrito en Costa Rica el 15 de julio de 1961 y publicado en Cuadernos (París), No. 53, octubre de 1961]

23 de mayo de 2013

Presidente de Rusia obsequia busto de Chávez a Maduro ( Video) | Correo del Orinoco


Este jueves

Presidente de Rusia obsequia busto de Chávez a Maduro (+Video)


El busto fue creado por el artista ruso Igor Sechien, y fue mostrado por Nicolás Maduro durante una entrega de viviendas, en el municipio Guanta del estado Anzoátegui

VER VIDEO http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/presidente-rusia-obsequia-busto-chavez-a-maduro-video/#.UZ7UaxfqM-I.blogger
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, obsequió a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, un busto del comandante supremo, Hugo Chávez, como símbolo de hermandad con el pueblo bolivariano.
La escultura creada por el artista ruso Igor Sechien, fue mostrado por el jefe de Estado durante una entrega de viviendas, en el municipio Guanta del estado Anzoátegui.
La pieza, que será colocada en el Palacio de Miraflores según anunció Maduro, estaba acompañada por una misiva del presidente Putin, en la que ratifica la alianza de Rusia con el pueblo venezolano, en pro del desarrollo de los pueblos de ambos países.
Asimismo, el primer mandatario ruso resaltó que nadie  nadie podrá contra la legitimidad de la victoria electoral de los pasados comicios del 14 de abril, donde Nicolás Maduro resultó electo como presidente constitucional de Venezuela.

http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/presidente-rusia-obsequia-busto-chavez-a-maduro-video/

Texto/Jessica Medina V.

¿Cuál es el nombre de nuestra isla?

POR JUAN DANIEL BALCÁCER


Dos artículos anteriores, uno que versa sobre el nombre de la ciudad capital de República Dominicana, que es Santo Domingo (sin el Guzmán), y el otro que aborda el tema del gentilicio de los dominicanos, han suscitado entre algunos amigos lectores la interrogante que intitula el presente escrito.

En efecto, al igual que acontece respecto de los nombres de la ciudad y de los dos gentilicios con los que indistintamente somos conocidos los habitantes del pueblo de Santo Domingo, dominicanos y quisqueyanos, hay quienes consideran que tal diversidad de nombres genera confusión entre el ciudadano común. Estimo, sin embargo, que si echamos una breve ojeada a la evolución histórica del pueblo dominicano estaremos en capacidad de comprender la cuestión de los diferentes nombres que ha tenido la isla que hoy comparten las naciones haitiana y dominicana.

Nombres primitivos y europeos

Cristóbal Colón, en su Diario de Navegación, al referirse al nombre que los taínos daban a la isla, reiteradas veces consignó que éstos la llamaban Bohío. En efecto, el miércoles 5 de diciembre de 1492, tras su arribo a nuestra demarcación isleña, Colón reveló que mientras se hallaba en Cuba, los aborígenes le hablaron de la existencia de una isla abundante en oro, que llamaban el Baneque o el Babeque. Decidió, por tanto, continuar la expedición en busca de dicha isla, pero en cambio llegó a la que él denominó Española, maravillado por su belleza natural que, a su entender, semejaba algunas regiones de España.

En el Diario se lee que "Tampoco pudo ir al Baneque, porque el viento que llevaba era Nordeste. Yendo así miró al Sueste y vido tierra y era una isla muy grande, de la cual ya tenía dizque información de los indios, a que llamaban ellos Bohío, poblada de gente". Varios días después, el 9 de diciembre de 1492, el Almirante resolvió bautizar la isla Bohío con el nombre de Española. Hay en ella -escribió-, "unas vegas las más hermosas del mundo y cuasi semejables a las tierras de Castilla, ante estas tienen ventaja, por lo cual puso nombre a la dicha isla Española".

Fray Ramón Pané, sacerdote Jerónimo que vino al Nuevo Mundo en el segundo viaje de Colón, y quien fue el primero en aprender el idioma de los indios macorixes de la Española, en su Relación acerca de las antigüedades de los Indios dice que "la isla llamada Española, que antes llevaba el nombre de Haití y así la llaman los habitantes de ella; anteriormente, ésta y las otras islas se llamaban Bouhí". Emiliano Tejera, en su libro Indigenismos, nos dice que el vocablo tenía varias formas de escritura: Bohío, Buhío o Boío.

Bartolomé de Las Casas nos dice en su Historia de las Indias que: "Yendo pues así, mirando las tierras, puso los ojos al Sueste, y vido tierra muy grande y ésta es la grande y felicísima isla Española, de la cual tenían nuevas muy frecuentes de los indios, que como cosa muy fastuosa se la nombraban, llamándola Bohío, no supe por qué tal nombre le pusiesen, siendo toda una lengua de los de Cuba y de la Española, pues no se llamaba sino Haytí, la última sílaba aguda... Así que, miércoles, a 5 días de diciembre, descubrió el Almirante la isla de Haytí, a la cual puso después, como luego aparecerá, la Española".

El vocablo Quisqueya

Acaso el cronista que mayor controversia ha creado en relación con los nombres de la isla fue Pedro Mártir de Anglería. De este autor puede decirse que fue el primero, hacia el 1556, en publicar una historia sobre el descubrimiento de América. Si bien es cierto que nunca estuvo en América, también es verdad que abrevó en valiosas fuentes primarias, entre éstas el propio Cristóbal Colón. En su Décadas del Nuevo Mundo Anglería escribió: "Los nombre que los primitivos habitantes pusieron a la Española primero Quizqueia y luego Haití. Tales denominaciones no fueron hijas del capricho, sino de la significación que según ellos tenían…"

Anglería es, pues, el primer cronista de Indias en mencionar el vocablo Quisqueya como nombre aborigen de la isla. También consignó que los indios denominaban la isla Cipango. A este autor es al que debemos la invención del vocablo Hispaniola que, según algunos entendidos en cuestiones lingüísticas, se trató de una equivocada traducción de Española, una "caprichosa latinización del legítimo nombre de la Española, que fue el que realmente ostentó la isla a raíz de su colonización por los europeos", según Leónidas García Lluberes.

José Gabriel García sostiene en su Compendio de la Historia de Santo Domingo que "El nombre principal que le daban los aborígenes a la isla en que habitamos era Haití, que entre ellos significaba tierra alta; pero a más de este nombre tenía en la parte oriental el de Quisqueya, que equivalía a madre de la tierra; y en la occidental el de Babeque o Bohío, cuya traducción era tierra de oro". En cuanto a Babeque, sabemos por Cristóbal Colón que ese nombre no correspondía a la isla de Bohío o Haití.

Entre los historiadores dominicanos, sin embargo, no existe consenso respecto del vocablo Quisqueya. Hay quienes se inclinan -como Jorge Tena Reyes- por la tesis de que el nombre primitivo de la isla era solo uno: Haití. Otros, empero, prefieren adherirse a la tesis de que a la llegada de los europeos, la isla tenía varios nombres y que Quisqueya era uno de ellos. César Nicolás Penson, en Cosas Añejas, escribió que Quisqueya no era voz indígena, pero reconocía ser de los primeros autores en usarlo como distintivo de lo dominicano. Posteriormente, el canónigo Apolinar Tejera escribió un enjundioso artículo titulado "¿Quid Quisqueya?" en el cual tildó de apócrifo el referido vocablo demostrando que el mismo no existió en la terminología taína y que fue una invención del cronista Pedro Mártir de Anglería.

Al parecer, no existe documento fidedigno -a no ser la versión ofrecida por Anglería- que evidencie a Quisqueya como nombre autóctono de la isla, aunque Anglería consignó que en tiempos del descubrimiento dicho vocablo ya estaba en desuso. En cuanto se refiere al sustantivo Quisqueya (del cual Colón nada dice en su Diario), existen dudas en torno de su autenticidad como voz taína. Sin embargo, una realidad lingüística insoslayable nos fuerza a aceptar dicho vocablo, debido a que el mismo ha resultado de uso preferido por poetas e incluso con el tiempo devino en el otro gentilicio con el que también se identifica a los dominicanos. El historiador Emilio Rodríguez Demorizi sostuvo que "el gentilicio quisqueyano apenas ha pasado de la literatura, de la poesía y de la oratoria, Es nuestro nombre poético, como borinqueño en Puerto Rico".

Las Relaciones de la época parecen indicar que los taínos habían bautizado diversas regiones de la isla con los nombres antes señalados. En el Manual de Historia Dominicana, Frank Moya Pons prefirió eludir la confusa tradición de emplear varios vocablos indígenas y llama Haití a la isla poblada por los taínos. Roberto Cassá, en su Historia Económica y Social de la República Dominicana, también emplea la voz Haití para referirse a la isla; Franklin Franco, por su parte, en su Historia del Pueblo Dominicano, consigna los nombres de Haití o Babeque. Respecto a este último nombre puede afirmarse que los taínos denominaban otra isla, diferente de la nuestra.

Española o Santo Domingo

Se recordará que hacia 1498 (no hay seguridad en torno del día ni del año) Bartolomé Colón -hermano del Almirante-, fundó una ciudad, sobre la margen oriental del río Ozama, que llamó Santo Domingo.

La ciudad de Santo Domingo no tardó en convertirse en el principal puerto de la isla Española y cuando en 1502 fue destruida por un huracán, el gobernador de la colonia, que lo era Frey Nicolás de Ovando, dispuso su traslado a la margen Occidental del río Ozama, que es donde actualmente se encuentra.

Antonio del Monte y Tejada y José Gabriel García en sus respectivas obras consignaron que el 6 de diciembre de 1508, mediante Real Cédula, el rey de España extendió a toda la isla el nombre de Santo Domingo. Sin embargo, se desconoce esa Real Cédula y se cree que el nombre de Santo Domingo fue aplicado a la isla por uso general, tal vez por parecerles más simpático y cómodo a europeos y criollos.

¿A qué se debió la adopción del nombre de Santo Domingo para la isla entera? Entre varias razones al hecho de que la isla Española se convirtió en el más importante y lucrativo centro de actividades comerciales del Nuevo Mundo. Tal circunstancia determinó que el nombre de la ciudad principal y asiento del gobierno colonial primara sobre el de Española. Varias de las instituciones de importancia que fueron establecidas en la ciudad Primada de América, pero que tuvieron jurisdicción más allá de los límites isleños, ostentaron el nombre de Santo Domingo, tales como la Real Audiencia de Santo Domingo y el Arzobispado de Santo Domingo.

El nombre de Isla Española prevaleció durante los primeros tres decenios del siglo XVI; pero ya en 1550 a todo el territorio insular se le aplicaba el nombre de Santo Domingo o se combinaba con el de Española de esta manera: isla Española de Santo Domingo, tal y como se evidencia en un libro que data de 1730, escrito por el padre jesuita Pedro Javier Francois de Charlevoix titulado Historia de la isla Española o de Santo Domingo; y en otro del publicista francés Moreau de Saint Mery, publicado hacia 1796, que se intitula Descripción topográfica y política de la parte española de la Isla de Santo Domingo.

¿Santo Domingo o Hispaniola?

Desde el siglo XVIII nuestra isla fue siempre conocida con el nombre de Santo Domingo. Sin embargo, cuando los esclavos del Santo Domingo francés se rebelaron contra el imperio napoleónico, y proclamaron la República de Haití, en la Constitución de 1806 consignaron que: "La isla de Haití (antes llamada Santo Domingo) con las islas adyacentes que de ella dependen, forman la República de Haití." A partir de entonces, hasta 1867, los legisladores haitianos continuaron insistiendo en la tesis louverturiana de la una e indivisible, ya que consideraban que Haití solo tenía por límites el mar. El tema del nombre de la isla reapareció en la reforma constitucional de 1996 en cuyo Art. 8, leemos que "El territorio de la República de Haití comprende la parte Oriental de la isla de Haití, así como las islas adyacentes…"

Los dominicanos, en cambio, tras la proclamación de la República Dominicana en 1844, cuando sancionaron la primera Carta Sustantiva de la nación, al referirse al territorio de la República, consignaron lo siguiente en el Artículo 2: "La parte española de la isla de Santo Domingo y sus islas adyacentes, forman el territorio de la República Dominicana." De entonces acá, todas las reformas constitucionales que han tenido lugar en nuestro país han mantenido inalterable la cuestión del nombre de la isla. El Pacto Fundamental vigente, que data del 26 de enero de 2010, Art. 9. "El territorio de la R.D. es inalienable. Está conformado por la parte oriental de la isla de Santo Domingo, sus islas adyacentes y el conjunto de elementos de geomorfología marina."

Debido a esa circunstancia en que dos Estados que comparten la misma isla, la identifican con nombres diferentes, fue que durante la primera Ocupación Militar Norteamericana de nuestro país, los generales norteamericanos J.H. Pendleton (Jefe interino del Gobierno Militar) y W.W Russell, Ministro de Estados Unidos en la República Dominicana, recomendaron a la Sociedad de Geografía de Estados Unidos aplicar a nuestra isla el nombre de Hispaniola.

Cuando esa sugerencia se hizo, mediante una circular del 8 de junio de 1918, la intelectualidad dominicana de inmediato elevó su protesta y rechazó tal proposición en virtud de que Hispaniola nunca había sido nombre oficial de la isla y porque, además, aún prevalecía el nombre original de Santo Domingo, consignado en nuestra Carta Sustantiva desde 1844 a la fecha. Sin embargo, no pocos académicos norteamericanos todavía utilizan el vocablo Hispaniola para referirse a nuestra isla y debe quedar claramente establecido que el territorio ocupado por Haití y República Dominicana sólo tiene un nombre: Santo Domingo.

En cierta ocasión alguien sugirió el nombre de la isla Colombina. Sin embargo, algún día llegará en que habrá que enfrentar la cuestión de Hispaniola, nombre que en el pasado siglo, como se indicó, fue impuesto por la Sociedad de Geografía de Estados Unidos. Pero esta decisión tendrá que ser abordada de manera conjunta por los gobiernos de Haití y República Dominicana, toda vez que es a ambos Estados a los que corresponde decidir sobre el nombre común que debe ostentar el territorio insular que compartimos haitianos y dominicanos.