ORLANDO DICE... El tonto alegato de que a Leonel le interesa dividir a perredeístas
COSA DE MECÁNICOS.- Los perredeístas que se declaran violentos de oficio se justifican en que Miguel Vargas sirve a los intereses de Leonel Fernández de dividir al PRD y ganar las elecciones del 2016. El alegato es tonto y ocioso, como si vivieran en Bizancio y discurrieran sobre el sexo de los ángeles. Pero la creencia se generaliza, y a falta de algo mejor, una de las facciones del partido blanco la convierte en Evangelio. La historia deja de ser dialéctica, y se vuelve mecánica, o mejor todavía: cosa de mecánicos. Hay que suponer lo que eso significa. Ni siquiera el fin de la historia de que habló para luego desdecirse Francis Fukuyama. En caso de que el propósito de Fernández fuera un designio, hay que recordar que ganó elecciones al PRD sin que éste se dividiera, y cuando se benefició del hecho en el 2004, fue obra de Hipólito Mejía y su reelección, y no de Miguel Vargas, que entonces fue uno de sus peones. Hatuey Decamps tal vez no se llevó medio partido, pero no hay dudas de que su rechazo a la repostulación de Mejía debilitó las fuerzas del PRD... LOS NÚMEROS.- La situación luce ahora más grave, pues sin que el PRD se haya dividido, en cuanto a que no existe una nueva formación, como el Partido Revolucionario Social Demócrata de Decamps, los números que se manejan son escandalosos. La Gallup da 22% al PRD, y se recuerda que en las elecciones del 2004 Mejía sacó un 33%, y que su última comparecencia a las urnas, el año pasado, logró un 47 %. La diferencia es de un 25 %, menos de la mitad. Leonel Fernández, por tanto, no tiene que hacer nada, solo esperar en la bajadita. O en la empinadita, como le gusta decir. Esto es, que las potencias del PRD se han reducido sin que se haya producido la denunciada partición y a consecuencia de la polarización de Mejía y Vargas. Conviene decir que este 22% fue el resultado de una encuesta realizada del 18 al 21, antes de los incidentes del pasado domingo. Si el escrutinio se hiciera ahora, no hay dudas de que el porcentaje sería más bajo. Se conoce el disgusto que se expresa en los medios de opinión, pero no el de las bases del partido o el de los sectores que hacen causa común con los perredeístas..... ÁNGEL CAÍDO.- La seducción que ejerce Leonel Fernández sobre los perredeístas los lleva a creer que en verdad el 2016 le pertenece como una propiedad registrada y cuyo título tiene a buen resguardo. ¿Qué decir? Un decreto que firmó antes de salir del Palacio Nacional. Sin embargo, debieran atender los demás números de la Gallup. Por ejemplo, un 52 % de la población opina desfavorablemente de Fernández, y 52% es mucho, y más todavía en un político que en oposición, campaña y gobierno bailó cómodo en la cresta de la ola. Su popularidad nunca estuvo en cuestión. La razón no hay que buscarla muy lejos: el déficit fue cargado a sus hombros, y la consiguiente reforma tributaria, por igual. Además, de que los espacios no sobran. No puede tener los niveles de antes, si dirigentes de su partido, como Danilo Medina y Margarita Cedeño, andan tocando las nubes. El primero con un 82% y la segunda con un 75%. Evidentemente que la pava ya no pone donde ponía. El 2016 no está tan a la mano como piensan los violentos del PRD, que creen que si logra dividir el partido, como se le atribuye, retorna al Palacio Nacional... LOS PARTIDOS.- Los perredeístas violentos debieran atender todo el infield, y no solo la primera base, pues nerviosos y queriendo impedir que Leonel Fernández no se robe la segunda, podrían hacer un lanzamiento desviado y anotar otro desde la tercera. La situación es clara al respecto. El PRD tiene 22%, que no es mucho, pero el PLD, con su 51.7%, que es como decir 52%, resulta más que suficiente. El problema, por tanto, no solo es de liderazgo, si Vargas o Mejía, sino de partidos. En las últimas elecciones el PRD quedó mejor parado que el PLD, con un 42% a un 37%. De manera que en tanto se cuidan de Fernández, a través de su supuesto peón Vargas, se va consumiendo el partido. No es lo mismo estar alto y bajar, que andar por el piso y aspirar al cielo. Pero si les hiciera falta otra mayor preocupación, deben fijarse en las tasas de rechazo de Vargas y de Hipólito, de 65% y 63% respectivamente, casi la misma, pues si el equipo se deteriora y los peloteros no rinden, no hay forma de ganar campeonato. Pelearon a tiros por un campo de softball, cuando si las condiciones son buenas, hasta en la calle se puede jugar... |
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