21 de septiembre de 2013

En busca del corazón de Suleimán el Magnífico

Nick Thorpe
BBC, Hungría


Este mes un equipo de investigadores húngaros publicará un informe sobre el paradero del corazón de uno de los sultanes más famosos de la Turquía otomana. Pero, ¿por qué es un enigma histórico tan importante para resolver?

El estadista francés Armand-Jean du Plessis, más conocido como el cardenal Richelieu, describió el asedio del castillo húngaro Sziget hace 447 años como "la batalla que salvó a la civilización".

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Los musulmanes turcos finalmente se tomaron la ciudad en septiembre de 1566, pero sufrieron tales pérdidas, incluida la muerte de su líder, el sultán Solimán o Suleimán el Magnífico, que no volvieron a amenazar Viena, capital del imperio Austro-Húngaro, por 120 años.

Ahora los investigadores están excavando la tierra -y los archivos- en busca del corazón del sultán.

"Cuando los húngaros caminan por los jardines del castillo en Szigetvar, se imaginan que están caminando por un castillo húngaro. Pero no es cierto", dice Norbert Pap, profesor de geografía en la Universidad de Pecs, mientras paseamos a lo largo de las murallas de ladrillo bellamente restaurado.

Sonríe. "Este es en realidad el castillo turco. El húngaro fue destruido en el asedio de 1566".

Como en las colinas de la región que le rodea, cada pliegue de historia sobre ese asedio y sus consecuencias, parece ocultar otra. Y cada una sustituye otra versión de los hechos.
Valentía inesperada

Superficialmente, la leyenda es fácil de seguir.

Suleimán el Magnífico llegó aquí con hasta 100.000 de los mejores soldados otomanas a principios de agosto de 1566.

Miklos Zrinyi

Un noble croata que sirvió a los Habsburgo
Considerado como un héroe por los húngaros y croatas
Nacido en 1508, pasó gran parte de su vida luchando contra los otomanos
Su nieto y tocayo escribió el primer poema épico en húngaro sobre la defensa de Szigetvar

El castillo estaba en su ruta a Viena, que anticipaba capturaría con facilidad y así allanaría el camino para la incorporación de grandes porciones de Europa occidental a sus dominios.

En el aire resonaba el ritmo de los tambores de guerra, hechos -como todavía lo son hoy en día- en la hermosa ciudad turca de Edirne.

Pero Miklos Zrinyi, el comandante del castillo, y su guarnición de apenas 2.300 hombres resistieron con tal valentía que frenaron el camino de los turcos.

Zrinyi perdió su vida durante la salida final del castillo ardiente.

Suleimán murió en su carpa, según algunas fuentes de sorpresa por su pírrica victoria. Después de todo, ya tenía 72 años de edad y había estado luchando contra los húngaros durante 40.

Su cuerpo fue llevado de vuelta a Constantinopla, pero su corazón fue enterrado aquí, en una tumba que posteriormente se convirtió en una iglesia católica, dedicada a la Virgen María, o al menos así dice la inscripción en la iglesia Turbeki, al este de la ciudad.
Cuento de hadas

El lugar en el que está el corazón de Suleiman el Magnífico será un imán turístico.

Esa historia, según Pap, no es más que un cuento de hadas. La placa fue puesta allí en 1916 por el sacerdote local por razones políticas.

En aquel momento Hungría -o el Imperio Austro-Húngaro- era un aliado de la Turquía otomana. Eran para entonces dos antiguos imperios dando tumbos hacia su ruina en el barro y la sangre de la I Guerra Mundial, que necesitaban símbolos de amistad eterna.

Ahora al profesor Pap le han encargado encontrar el verdadero lugar del entierro del corazón de Suleimán, también por razones políticas.

Las relaciones entre Hungría y Turquía están disfrutando de un gran renacimiento.

¿Quién era?

Sultán Solimán I nació en 1494 y murió en 1566
Conocido como el Magnífico, o el dador de la ley, pues creó un código legal que rigió cientos de años
Gobernó cuando el Imperio Otomano estaba en su momento más poderoso militarmente, más rico y más influyente culturalmente
Cuando murió, el imperio se extendía por partes de África del norte, los Balcanes y la actual Hungría

Sus primeros ministros se llevan bien. El número de turistas turcos que visitan a Hungría aumentó en un 45% en el último año.

Pero en este tranquilo pueblo, donde antaño decenas de miles durmieron en carpas, escuchando a los ruiseñores, preparándose para la batalla, hoy en día apenas hay 500 camas.

La suerte de uno o dos hoteles de cinco estrellas y otras restauraciones del castillo y de una gran cantidad de monumentos de la época otomana depende de que se encuentre el lugar de descanso del corazón de Suleimán.
Cambios y confusiones

Hay varios mapas. Uno de 1689 marca el supuesto lugar del entierro. Y hay otros en el archivo de la guerra en Viena, que fueron hechos para las tropas de los Habsburgo que reconquistaron la ciudad en los 1680s.

De telenovela


Al comienzo de las protestas que se extendieron recientemente en Turquía, los periodistas eligieron a un hombre con una frondosa barba entre la gente joven en la Plaza Taksim de Estambul. Más tarde, se reunió con el primer ministro turco como parte de un grupo de posibles mediadores entre el gobierno y los manifestantes.

Su nombre es Halit Ergenc y es internacionalmente famoso en gran parte debido a su papel como el sultán -de ahí la barba- en un drama de la televisión turca, "El siglo magnífico" (Muhtesem Yuzyil), que ha sido vendido a decenas de países.

Además existe más información en los archivos del Vaticano, en Venecia, en Budapest y en Estambul.

Pap y su equipo de investigadores han revisado cada uno. Sus resultados se hará públicos el 20 de septiembre.

Ahora les concedieron permiso para una nueva excavación, en un sitio al que Pap no me lleva.

"No se trata sólo del corazón de Suleimán, sino de la reconstrucción de cada capa de la historia y la geografía de los últimos 400 años... ya hemos descubierto muchas cosas", señala.

Los mapas son engañosos.

Cuando los Habsburgo conquistaron el castillo en 1689, los serbios expulsaron a los musulmanes que quedaban.

Los católicos alemanes se restablecieron en el siglo XVIII.

Incluso el paisaje ha cambiado. Una mini edad de hielo coincidió con la ocupación otomana, explica Pap.

Lo que ahora es el pequeño arroyo Almasi era entonces un furioso torrente. Sziget, que significa "isla" en húngaro, salía de la marisma de inundaciones del río.

Cerca de allí, está el lugar donde acampó el ejército de Suleimán, que hoy es el parque de la amistad húngaro-turca.

También ahí hay una tumba de Suleimán con flores frescas, "puramente simbólica", según Pap. Y un túmulo funerario de la edad del bronce, al que por generaciones los lugareños erróneamente han llamado "el cementerio turco".

En la mezquita, me arrodillo con Pap para ver de cerca un grafiti derviche en el yeso: imágenes caligráficas del rostro de Dios, algo prohibido por el islam dominante.

En algún lugar debajo de nosotros, en la tierra seca húngara, tal vez el corazón de Suleimán late más rápido.


Contexto
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