29 de julio de 2013

¡Obsesión y perversidad!


César Medina 
lobarnechea1@hotmail.com

Cualquier estudioso del comportamiento y la conducta humana certificaría con toda certeza que se trata de una fijación lo de Guillermo Moreno contra Leonel Fernández...

...Porque es una persecución personal, incesante, viciosa, enfermiza. Como la del inspector Javert contra Valjean en Los Miserables de Víctor Hugo... ¡Que ojalá no tenga similar final!

Aunque se trata de resabios sin ninguna consecuencia-- ni judicial ni política--, Moreno logra su propósito de figuración pública en sus embestidas contra el ex gobernante, aunque su imagen se desgasta más y más en cada revés que sufre en los tribunales.

Sus fracasos en la Justicia los atribuye a la venalidad de jueces y fiscales, y llega hasta a descalificar a la defensa de Fernández, compuesta en su mayoría por abogados de incuestionable conducta encabezada por el doctor Radhamés Jiménez, un profesional sin mácula que por cinco años fue procurador general de la República.

La actitud de Moreno es mucho más incomprensible cuando uno se detiene en su época de ayudante del fiscal en el gobierno de Balaguer, y luego siendo fiscal en el primer gobierno de Leonel.

En su primera experiencia en la Fiscalía del Distrito Nacional como ayudante del hijo de Balaguer, Alexis Joaquín Castillo, los recuerdos que dejó a su paso por allí no fueron precisamente los del hombre impoluto que dice ser hoy...

Y su gestión como fiscal de Leonel fracasó por su tozudez y escaso tacto político en el manejo de situaciones de mucha sensibilidad.

Es posible que su fijación de hoy contra Leonel tenga explicación en aquellos fracasos... 

Como Leonel tuvo que cancelarlo, tal vez es ese un punto de partida para que siquiatras y sicólogos hallen la razón de su actitud enfermiza.

Otra cosa es la perversidad
Habría que averiguar entre perversos cuáles acusaciones pesan más contra el Código Penal, si decir que un ex-presidente viajó en el avión de un narcotraficante o que otro ex-presidente es un gavillero, ladrón, corrupto y pandillero.

Leonel Fernández, que es un jurista como pocos en el país, experto precisamente en el delito de prensa, jamás se ha querellado contra nadie a pesar de que ningún político en la historia dominicana-- incluyendo a Balaguer, que es mucho decir--, ha sido vituperado, difamado y acusado falsamente como a él en el último año.

Hay periodistas que hasta se han inventado términos degradantes y peyorativos para atribuirle a Leonel delitos de toda naturaleza...

Desde asesinatos políticos hasta desfalco del Erario, enriquecimiento ilícito, prevaricación, compra de conciencia y corrupción de los poderes fundamentales del Estado, el Legislativo, el Judicial y por supuesto el Ejecutivo.

Contrario a la actitud de otro ex-presidente, Leonel no ha reaccionado jamás frente a esos infundios y acusaciones falaces sin ninguna prueba.

Los propietarios de medios
Algunos dueños de medios se exceden en la tolerancia a colaboradores que abusan de la libertad de expresión.

No me refiero ya a los desaguaderos digitales creados últimamente para desbarrar contra Fernández y algunos de los principales funcionarios de su gobierno...

Hablo de medios tradicionales de prestigio ganado por décadas ejerciendo un periodismo serio y responsable. Con propietarios que tienen mucho que perder.

El pasado fin de semana fue pródigo en la publicación de diatribas, injurias y artículos infamantes contra Fernández y varios de sus colaboradores y altos dirigentes peledeistas.

La mayoría de ellos suscritos por gente que no tiene ni moral ni recursos para responder en los tribunales.

¡Todo en nombre de una libertad de prensa a la que no le caben más violaciones!

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