¡Nos salimos de las mellizas de una patana...!
Mis compañeros de la televisión, tan apasionados como yo, dicen que el 20 de mayo nos salimos milagrosamente de las ruedas de un camión. Pero siempre los corrijo: ¡Nos libramos de las mellizas de una patana cargada de cemento...!
La enorme carga de odios y rencores que va dejando a su paso el sector del perredeísmo que perdió las elecciones, es cosa de antología.
Como sus lloriqueos frustraron la celebración el día de las elecciones, ahora quieren repetir la historia aguando la fiesta de la toma de posesión.
Casi tres meses después, siguen haciendo bembitas, rumiando la derrota, tratando incluso de influenciar organismos internacionales en vano empeño de que se desconozca la legitimidad del nuevo gobierno y se creen las condiciones para que se intervengan instituciones fundamentales de nuestro sistema democrático.
Pretenden ilegitimar la Junta Central Electoral y las altas cortes, en especial al Superior Electoral mediante la intervención de organismos de la OEA controlados por mercenarios alegando violación de la Carta Democrática Interamericana.
Su denuncia llega a la temeridad de denunciar, incluso, al jefe de la misión de observación electoral, el expresidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, cuyo informe sobre el resultado de su labor en las elecciones del 20 de mayo debió conocerse el pasado jueves.
Con argumentos mentirosos, el sector perredeísta derrotado el 20 de mayo llega al colmo de pedir la intervención de la OEA en asuntos internos, legales y constitucionales del país, al asegurar que hasta una nueva ley de partidos políticos carecería de “consecuencias prácticas” en la “empeorada situación” de la democracia dominicana.
Una carta de Mejía
El 23 de julio pasado, más de dos meses después de las elecciones, Hipólito Mejía entregó una carta de cinco cuartillas con más de 5 mil caracteres a un espacio, al señor Stephen Vasciannie, presidente del Consejo Permanente de la Comisión general de la OEA en Washington, en adición a otras dos misivas que previamente ha dirigido a otras instancias del organismo interamericano quejándose por los resultados adversos de las pasadas elecciones.
Con la misiva buscaba detener ñy en principio lo logróñ que la OEA conociera el pasado jueves el informe sobre la observación electoral de su misión oficial que encabezó el expresidente Tabaré Vázquez.
En labor de lobby con ese propósito, Mejía tiene de aliados en Washington a los señores Kevin Casas, director de asuntos políticos de la OEA, y el uruguayo Rubén M. Perina, que hasta hace poco dirigía el Programa de Apoyo a Instituciones Legislativas de ese organismo interamericano. Ambos pertenecen a la Internacional Socialista, pero no están actuando en nombre de esa entidad multipartidista sino de forma particular y cobrando elevados honorarios.
Fueron esos dos personajes quienes evitaron que la OEA conociera el informe del expresidente Tabaré Vázquez, a quien Mejía en su carta reclama que su labor de observación electoral requirió “de una mayor concentración de atención para determinar los adelantos o retrocesos en materia previamente observadas o nuevamente constatadas”.
Estas inobservancias, señala la carta de Mejía, se produjeron a pesar de que la observación de la OEA había mostrado preocupación por “el uso y abuso de los recursos del Estado” en las elecciones de 2008 y de 2010.
Llama la atención, sin embargo, que dos días después de las elecciones 2010, donde el PRD no sacó ni un sólo senador, el señor Mejía envió una carta al presidente de la Junta Central Electoral para felicitarlo por la limpieza y pulcritud con que se manejó ese proceso.
¿Qué se busca?
Con esta última carta el señor Hipólito Mejía busca crear un movimiento de presión externa que obligue a la búsqueda de un “consenso” para recomponer las altas cortes y la Junta Central Electoral bajo el argumento de que Leonel Fernández y el PLD tienen control absoluto y espurio de todas las instituciones del Estado.
De paso trata de mellar el prestigio internacional que se ha ganado el presidente Fernández.
Y crear un cisma insalvable entre Fernández y el presidente electo Danilo Medina.
El señor Mejía no ha reparado, sin embargo, que está actuando sin ninguna representación política. Y parece ser que su fantasía le ha hecho olvidar que las elecciones ya pasaron el 20 de mayo.
La última carta que envía a la OEA tiene fecha del 23 de julio ñ63 días después de las eleccionesñ, pero la suscribe como “candidato a la Presidencia de la República Dominicana por el Partido Revolucionario Dominicano”, una jerarquía o condición que dejó de existir desde el 24 de mayo cuando la Junta Central Electoral declaró cerrado el proceso sin que se produjera la impugnación de una sola mesa electoral.
En consecuencia, es lógico intuir que estos nuevos alegatos serán declarados irrecibibles por la OEA al no ostentar el señor Mejía ninguna representación partidaria.
Porque el presidente del PRD es Miguel Vargas... Y Miguel Vargas no ha enviado ninguna carta a la OEA.
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