Israel
exporta su guerra a América Latina
En la
ofensiva sionista contra los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos
de Nuestra América (Alba) y el Mercosur (a más de su presencia abierta o
solapada en la Alianza del Pacífico –Colombia, Chile, Perú, México y los de
América Central–, sobresalen varios hechos interconectados, a saber:
2005. Brasil
(mayo): Cumbre árabe-sudamericana, convocada por el presidente Luiz Inacio Lula
da Silva. En Brasilia, los líderes sudamericanos y árabes piden reformas a la
carta de la ONU, critican a los países ricos y a Israel, y dan su apoyo a los
derechos de Palestina.
2006.
Venezuela/Bolivia (enero): tras la llamada segunda guerra del Líbano,
ambos países rompen relaciones con Israel. Por su lado, Costa Rica y El
Salvador (firmes aliados del Estado sionista) mudan sus embajadas de Jerusalén
a Tel Aviv, donde están ubicadas todas las representaciones latinoamericanas.
2007. Chile
(marzo): visita de la funcionaria Dorit Shavit, jefa de la División para
América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores, para
coordinar con el gobierno de Michelle Bachelet (en el marco de la oposición de
Israel al retorno de los refugiados) la radicación de un centenar de palestinos
de Irak en el país cordillerano.
2008.
Colombia (agosto): undécimo Encuentro de Dirigentes y Comunidades Judías
Latinoamericanas y del Caribe en Cartagena, donde se divulga el infundio de que
la organización libanesa Hezboláusa indígenas para penetrar en América Latina.
Simultáneamente,
en Caracas, el presidente Hugo Chávez atiende a una delegación del Congreso
Judío Mundial (AJC, por sus siglas en inglés), encabezada por Ronald S. Lauder.
Buenos Aires
(diciembre): la delegación del AJC es recibida por el presidente Néstor
Kirchner, lleva el propósito de cerrar las investigaciones del caso AMIA
(1994), y celebrar en lo oscurito un acuerdo similar al caso
Lockerbie (1988). Kirchner se niega.
2009.
Venezuela (enero): a raíz del genocidio en Gaza, el gobierno de la revolución bolivariana
rompe por segunda vez sus relaciones diplomáticas y comerciales con Tel Aviv.
Chávez califica a Israel de Estado que practica el genocidio y persigue
inhumanamente a los palestinos.
Días después
(30 de enero), la sinagoga de Maripérez, en Caracas, es saqueada por
desconocidos. En tanto, el gobernador Henrique Capriles Radonsky contrata
fuerzas de seguridad israelíes para entrenar a la policía del estado de
Miranda. Y en Miami, el vicedirector del AJC, Juan Dircie, ataca a Chávez en un
acto de judíos venezolanos que exclaman: queremos quedarnos a vivir en
Venezuela.
De visita en
Argentina, Dircie declara que el presidente Hugo Chávez manifiesta antisemitismo
a ultranza y que en Venezuela se espera un atentado como el ocurrido
en Buenos Aires (1994), y hasta que el gobierno lo propicie directamente.
Tegucigalpa
(mayo): en la cumbre de presidentes de la OEA de San Pedro Sula, el observador israelí
Dani Ayalon (viceministro de Relaciones Exteriores) niega su autoría en el
informe que circula entre las delegaciones. El documento afirma que Venezuela y
Bolivia venden uranio para el programa nuclear de Irán.
En los días
siguientes, varios ministros del gabinete de Benjamín Netanyahu, son recibidos
por los gobiernos de Panamá, Costa Rica y Honduras. A finales de septiembre,
tras el golpe que derrocó al presidente Manuel Zelaya, trasciende que la
embajada de Israel en la capital hondureña fue el escenario de un intenso
movimiento diplomático con representantes de la oposición.
Por su
parte, Andrés Pavón, presidente del Comité para la Defensa de los Derechos
Humanos en Honduras, denuncia que el presidente fantoche, Roberto Micheletti,
contrató especialistas privados israelitas para asesorar a las fuerzas armadas
en técnicas de represión y en la actitud que deben asumir contra los
manifestantes.
Brasil/Argentina/Perú/Colombia
(julio y noviembre): sendas visitas del ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor
Lieberman, y el presidente de Israel, Shimon Peres. En Colombia, Peres asegura: Chávez
pronto desaparecerá.
2010.
Nicaragua/Ecuador (junio): el gobierno sandinista condena el ataque del
Ejército israelí a la flotilla de paz que llevaba ayuda humanitaria a
la población de Gaza y rompe relaciones con el estado sionista. Por igual
motivo, el presidente Rafael Correa llama a consultas a su embajador en Tel
Aviv.
En agosto,
dos senadores del lobbyanticubano (Bob Menéndez, de Nueva Jersey, y
Marco Rubio, de Florida) envían sendas cartas a los gobiernos de Colombia,
Panamá y Costa Rica, pidiéndoles que se opongan en la ONU al reconocimiento de
un Estado palestino.
En
diciembre, los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay)
reconocen a Palestina como un Estado libre e independiente.
2011. Buenos
Aires (noviembre): primer encuentro mundial de organizaciones sionistas
convocado fuera de Israel. Asisten el viceprimer ministro Dan Medidor, Keren
Kayemet Leisrael (Fondo Nacional Judío) y 250 delegados de Estados Unidos,
Europa, Israel, Australia y Argentina (ver mi artículo de la semana pasada, De
sionistas y judíos,
José Steinsleger
La Jornada,
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