El conflicto sirio fue planeado por los occidentales
Es de público conocimiento el deseo occidental de acabar con Siria, y ese elemento es más que suficiente para explicar los actuales acontecimientos. Recordemos algunos hechos que no dejan lugar a dudas sobre la premeditación que caracteriza los acontecimientos [3].
En 2003, en el momento de la caída de Bagdad, el Congreso estadounidense adoptó dos leyes que instruían al presidente de Estados Unidos para que preparara una guerra contra Libia y otra contra Siria (la Syria Accountability Act).
En 2004, Washington acusó a Siria de esconder en su territorio las armas de destrucción masiva que no lograba encontrar en Irak. Aquella acusación naufragó cuando se admitió que nunca existieron las famosas armas de destrucción masiva y que sólo fueron un pretexto para invadir Irak.
¿Revolucionarios o contrarrevolucionarios?
Infiltración de Contras a través del desierto, cerca de Dara.
Pasando gato por liebre
En espera del contacto para una transmisión en vivo, el corresponsal de Al-Jazeera Khaled Abu Saleh se comunica telefónicamente con su redacción, sostiene que Baba Amro está siendo bombardeada y organiza una serie de efectos sonoros para demostrarlo. El señor Abu Saleh participó en la 3ª Conferencia de los Amigos de Siria como invitado de honor del presidente francés Francois Hollande.
Lectura de una declaración del Ejército Sirio Libre. Los valerosos «desertores» son actores que portan armas de juguete.
Turquía
alberga un centro secreto de apoyo a los Contras que atacan Siria
Los
Contras que atacan Siria mutilan cadáveres de compañeros para ocultar su
nacionalidad
Ejército
Sirio Libre: ¿Revolucionarios o Contras?
En Siria, los grupos armados no defienden la democracia
sino que luchan contra ella
En 2004, Washington acusó a Siria de esconder en su territorio las armas de destrucción masiva que no lograba encontrar en Irak. Aquella acusación naufragó cuando se admitió que nunca existieron las famosas armas de destrucción masiva y que sólo fueron un pretexto para invadir Irak.
En 2005, después del asesinato de Rafik Hariri, Washington trató de entrar en guerra contra Siria, pero no pudo hacerlo porque el país árabe retiró su ejército del Líbano. Estados Unidos montó entonces una serie de testimonios falsos para acusar al presidente al-Assad de haber ordenado el atentado y creó un tribunal internacional de excepción para juzgarlo. A la larga, Estados Unidos se vio obligado a retirar sus acusaciones falsas al ser reveladas sus propias manipulaciones.
En 2006, Estados Unidos comenzó a preparar la «revolución siria» mediante la creación del Syria Democracy Program. Se trataba de crear y financiar grupos prooccidentales de oposición, como el Movimiento por la Justicia y el Desarrollo. Al financiamiento oficial del Departamento de Estado se agregó un financiamiento secreto de la CIA, a través de una asociación californiana llamada Democracy Council.
También en 2006, Estados Unidos puso en manos de Israel el desencadenamiento de una guerra contra el Líbano, con la esperanza de implicar a Siria para poder intervenir. Pero la rápida victoria del Hezbollah hizo fracasar aquel plan.
En 2007, Israel atacó a Siria al bombardear una instalación militar en la llamada Operación Orchard. Una vez más Siria mantuvo su sangre fría y no se dejó arrastrar a la guerra. Posteriores verificaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica demostraron que el blanco del ataque no era una instalación nuclear, desmintiendo así las afirmaciones de los israelíes.
En 2008, en la reunión que la OTAN organiza bajo la denominación de Grupo de Bilderberg, la directora del Arab Reform Initiative, Bassma Kodmani, y el director de la Stiftung Wissenschaft und Politik, Volker Perthes, expusieron brevemente ante la crema y nata de Estados Unidos y Europa las ventajas económicas, políticas y militares de una posible intervención de la OTAN en Siria.
En 2009, la CIA creó varios instrumentos de propaganda dirigidos hacia Siria, como los canales BaradaTV, con sede en Londres, y OrientTV, en Dubai.
Agreguemos a esos elementos históricos la realización en El Cairo, durante la segunda semana de febrero de 2011, de una reunión a la que asistieron John McCain, Joe Lieberman y Bernard-Henri Lévy, personalidades libias como Mahmud Jibril –el entonces segundo personaje en importancia de la Yamahiria– y personalidades sirias como Malik al-Abdeh y Ammar Qurabi. Aquella reunión dio la señal para las operaciones secretas que comenzaron simultáneamente en Libia y Siria (el 15 de febrero en Bengazi y el 17 en Damasco).
En enero de 2012, los departamentos estadounidenses de Estado y de Defensa crearon el grupo de trabajo The Day After. Supporting a democratic transition in Syria, que redactó simultáneamente una nueva constitución para Siria y un programa de gobierno [4].
En mayo de 2012, la OTAN y el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) crearon el Working Group on Economic Recovery and Development of the Friends of the Syrian People, bajo la copresidencia de Alemania y de los Emiratos Árabes Unidos. En el marco de ese grupo, el economista sirio-británico Ossam el-Kadi elaboró una repartición de las riquezas sirias entre los países miembros de la coalición, repartición que se aplicaría a partir del «día siguiente», o sea después del derrocamiento del régimen sirio por parte de la OTAN y del CCG [5].
¿Revolucionarios o contrarrevolucionarios?
Los grupos armados no surgieron de las manifestaciones pacificas de febrero de 2011. Aquellas manifestaciones denunciaban, efectivamente, la corrupción y reclamaban más libertades, mientras que los grupos armados –como acabamos de ver– provienen del islamismo.
Una terrible crisis económica afectó las regiones rurales durante los últimos años, debido a las malas cosechas, erróneamente interpretadas como desgracias pasajeras, cuando en realidad eran consecuencia de cambios climáticos duraderos. A lo anterior se agregaron errores cometidos en la aplicación de reformas económicas que desorganizaron el sector primario. Ello provocó un importante éxodo rural que el gobierno ha sabido enfrentar y una deriva sectaria de campesinos que el gobierno no tuvo en cuenta. En numerosas regiones, el hábitat rural no estaba concentrado en aldeas sino disperso en forma de granjas aisladas. Nadie se dio cuenta de la verdadera envergadura de ese fenómeno, hasta que se reagruparon sus adeptos.
En definitiva, en el seno de la sociedad siria, que representa el paradigma de la tolerancia religiosa, se desarrolló una corriente takfirista. Esa corriente sirvió de base a los grupos armados, que a su vez han sido abundantemente financiados por las monarquías wahabitas (Arabia Saudita, Qatar, Sharjah) [6]. Ese dinero proveniente del exterior atrajo nuevos combatientes, entre los que se hayan parientes de víctimas de la represión masiva del sangriento y fracasado golpe de Estado de la Hermandad Musulmana, en 1982. El móvil de esas personas es a menudo más personal que ideológico. Se trata sobre todo de una búsqueda de venganza. Atraídos por el dinero fácil, numerosos delincuentes e individuos que ya tenían problemas con la justicia se unieron a esos elementos: cada «revolucionario» recibe una suma que representa 7 veces el salario medio sirio. Y finalmente, también comenzaron a llegar profesionales que ya han combatido en Afganistán, Bosnia, Chechenia o Irak. En primera fila de estos se encuentran los hombres de al-Qaeda en Libia, lidereados por el propio Abdelhakim Belhaj [7]. Los medios de prensa los presentan como yihadistas, lo cual es totalmente inapropiado ya que en el Islam no se concibe la guerra santa contra correligionarios. Se trata, ante todo, de mercenarios.
La prensa occidental y la prensa de los países del Golfo insisten en la presencia de desertores entre los miembros del ESL, lo cual no deja de ser cierto. Lo que sí es falso es que hayan desertado luego de haberse negado a reprimir manifestaciones políticas. El perfil de los mencionados desertores corresponde casi siempre a los casos ya descritos anteriormente. En todo caso, en un ejército de 300 000 hombres siempre será posible encontrar fanáticos religiosos y delincuentes.
Los grupos armados utilizan una bandera que sustituye la franja roja de la actual bandera siria por una franja verde y que presenta tres estrellas, en vez de dos. La prensa occidental califica esa bandera de la franja verde y las tres estrellas como «la bandera de la independencia», ya que estuvo en vigor al proclamarse la independencia de Siria, en 1946. Esa es, en realidad, la bandera del mandato francés que se mantuvo en vigor durante la época de la independencia formal del país (de 1932 a 1958). Las tres estrellas representan los tres distritos confesionales de la época del colonialismo (alauita, druso y cristiano). Así que esa bandera no es ciertamente un símbolo revolucionario. En realidad es todo lo contrario, ya que equivale a proclamar el deseo de prolongar el proyecto colonial, el proyecto del Acuerdo Sykes-Picot de 1916 y del rediseño del «Medio Oriente ampliado».
Durante los 18 meses de acciones armadas, estos grupos armados se han estructurado y, más o menos, han ido coordinándose. La gran mayoría se encuentra actualmente bajo las órdenes de Turquía, con la etiqueta del Ejército Sirio Libre. Pero la realidad es que se han convertido en milicias de la OTAN, ya que el cuartel general del ESL se encuentra incluso en la base aérea de la OTAN de Incirlik, en Turquía. Los islamistas más duros han formado sus propias organizaciones o se han unido a al-Qaeda. Se hallan bajo control de Qatar o de la rama sudairi de la familia real saudita [8]. De hecho, dependen de la CIA.
Esta conformación progresiva, que comienza entre campesinos pobres para terminar con un flujo de mercenarios, es idéntica a la que tuvo que enfrentar Nicaragua cuando la CIA organizó a los Contras para derrocar a los sandinistas, o a lo que enfrentó Cuba cuando la CIA organizó el desembarco de Bahía de Cochinos para derrocar a los castristas. Y es ese precisamente el modelo que hoy siguen los grupos armados sirios: en mayo de 2012, los contrarrevolucionarios cubanos organizaron en Miami una serie de seminarios para entrenar a sus homólogos sirios en la realización de acciones de guerrilla urbana [9].
La CIA aplica los mismos métodos en todas partes. Fue por eso que los Contras sirios concentraron su accionar militar en la creación de bases fijas (aunque ninguna de ellas logró sobrevivir, ni siquiera el emirato islámico de Baba Amro), en la realización de sabotajes contra la economía (destrucción de la infraestructura e incendios intencionales en las grandes fábricas) y, finalmente, en el terrorismo (descarrilamiento de trenes de pasajeros, atentados con autos-bomba en lugares céntricos y asesinatos contra líderes religiosos, políticos y militares).
Como consecuencia de esas acciones, el sector de la población siria que, al principio de estos acontecimientos, podía albergar alguna simpatía hacia los grupos armados creyendo que estos representaban una alternativa al régimen actual, poco a poco ha ido alejándose de ellos.
De manera para nada sorprendente, la batalla de Damasco consistió en hacer converger hacia la capital los 7 000 combatientes que se hallaban dispersos en el país y ejércitos de mercenarios que estaban a la espera en los países limítrofes. Decenas de miles de Contras trataron de penetrar en Siria desplazándose simultáneamente en numerosas columnas de camionetas (pick-up) y prefiriendo atravesar el desierto en vez de circular por las autopistas. Los bombardeos aéreos frenaron a una parte de esos invasores, que se vieron obligados a regresar por donde mismo vinieron. Otros, luego de apoderarse de varios puestos fronterizos, lograron llegar hasta la capital, pero no encontraron allí el apoyo popular que esperaban. Por el contrario, la propia población guió a los soldados del ejército nacional en la tarea de identificarlos y sacarlos de sus posiciones. Al final, los Contras tuvieron que batirse en retirada y anunciaron que, a falta de tomar Damasco, tomarían Alepo. Eso demuestra que los participantes en las revueltas no son los habitantes de Damasco ni los de Alepo sino combatientes provenientes del exterior.
Infiltración de Contras a través del desierto, cerca de Dara.
En contraste con la impopularidad de los grupos armados, hay que señalar la popularidad del ejército nacional sirio y de las milicias de autodefensa. El Ejército Árabe Sirio es un ejército de reclutas, o sea un ejército popular. Resulta impensable que ese ejército pueda ser utilizado como instrumento de represión política. Desde hace poco, el gobierno autorizó la formación de milicias por barrios, y distribuyó armas a los ciudadanos que se comprometieron a dedicar 2 horas de su tiempo a la defensa de su barrio, bajo las órdenes de miembros del ejército.
Pasando gato por liebre
En su época, al presidente estadounidense Ronald Reagan le costó mucho trabajo presentar a sus Contras como «revolucionarios». Creó para ello una estructura de propaganda, el Buró de Diplomacia Pública, cuya dirección puso en manos de Otto Reich [10]. Este último sobornó a periodistas en la mayoría de los grandes medios de la prensa estadounidense y de Europa occidental para que intoxicaran al público. Entre otras cosas, echó a rodar el rumor de los que sandinistas disponían de armas químicas y que existía el riesgo de que las utilizaran contra su propio pueblo. Hoy en día, la propaganda se dirige desde la Casa Blanca, y lo hace el consejero adjunto para la seguridad nacional a cargo de las comunicaciones estratégicas, Ben Rhodes, quien está aplicando los mismos viejos métodos y nuevamente ha recurrido, contra al Assad, al rumor de las armas químicas.
En colaboración con el MI6 británico, Rhodes ha logrado imponer una estructura fantasma como principal fuente de información de las agencias de prensa occidentales: el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH). Los medios no han cuestionado nunca la credibilidad de esta firma, a pesar de que sus afirmaciones han sido desmentidas por los observadores de la Liga Árabe y por los observadores de la ONU. Esa estructura fantasma, sin locales, personal ni conocimientos, se ha convertido incluso en LA fuente de información de las cancillerías europeas desde que la Casa Blanca convenció a estas últimas de retirar de Siria a su personal diplomático.
En espera del contacto para una transmisión en vivo, el corresponsal de Al-Jazeera Khaled Abu Saleh se comunica telefónicamente con su redacción, sostiene que Baba Amro está siendo bombardeada y organiza una serie de efectos sonoros para demostrarlo. El señor Abu Saleh participó en la 3ª Conferencia de los Amigos de Siria como invitado de honor del presidente francés Francois Hollande.
Ben Rhodes organizó también una serie de espectáculos para periodistas en busca de emociones fuertes. Para ello se crearon dos turoperadores, uno en el gabinete del primer ministro turco Edogan y el segundo en el gabinete del ex primer ministro libanes Fouad Siniora. Se invitó a los periodistas a entrar ilegalmente en Siria con la ayuda de guías contratados al efecto. Durante meses se estuvo ofreciendo la posibilidad de viajar, desde la frontera turca, para visitar una aldea en la montaña, donde era posible hacer sesiones fotográficas con los «revolucionarios» y «compartir la vida diaria de los combatientes». Posteriormente, a los más deportivos se les proponía un viaje desde la frontera libanesa para ir a visitar el emirato islámico de Baba Amro.
Lo más extraño es que numerosos periodistas descubrieron falsificaciones enormes, sin que ello los llevara a sacar conclusión alguna. Por ejemplo, un célebre reportero fotográfico filmó a los «revolucionarios» de Baba Amro quemando neumáticos para producir un humo negro que daría la impresión de que el barrio estaba siendo bombardeado. Ese reportero transmitió las imágenes a traves de Channel4 [11], pero siguió afirmando que había sido testigo del bombardeo contra Baba Amro que reportaba el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.
Por su parte, el New York Times reveló que fotos e imágenes de video transmitidas por el servicio de prensa del Ejército Sirio Libre en las que aparecen sus valerosos combatientes fueron montadas como una obra de teatro [12]. Las armas que aparecen en esas imágenes son en realidad juguetes que reproducen armas reales. A pesar de ello, el New york Times no pone en duda la existencia de un ejército de desertores que contaría con unos 100 000 hombres.
Lectura de una declaración del Ejército Sirio Libre. Los valerosos «desertores» son actores que portan armas de juguete.
Siguiendo un esquema clásico, los periodistas prefieren mentir antes que reconocer que han sido manipulados. Después de ser engañados una vez, siguen participando, ya conscientemente, en el desarrollo de la mentira a pesar de haberla descubierto. Queda por saber si ustedes, lectores de este artículo, también prefieren mirar para otro lado o apoyar al pueblo sirio frente a la agresión de los Contras.
Fuente El-Akhbar (Algérie)
Siria parece haber eliminado a Bandar ben Sultan en represalia por el atentado de Damasco
RED VOLTAIRE | 29 DE JULIO DE
2012
Aunque las autoridades de Arabia Saudita no han anunciado aún la
noticia, la muerte del príncipe Bandar ben Sultan ben Abdelaziz Al Saud acaba
de ser confirmada a la Red
Voltaire por una fuente
oficiosa.
El príncipe Bandar acababa de ser nombrado jefe de los servicios
secretos de Arabia Saudita el 24 de julio de 2012, promoción interpretada
como una recompensa por haber organizado el atentado perpetrado en Damasco el
18 de julio. Aquel día, los servicios secretos de Arabia Saudita, con el apoyo logístico
de la CIA, lograron volar la sede de la Seguridad Nacional siria mientras se
reunía allí el grupo sirio de crisis. Los generales Assef Chaukat, Daoud Rajha
y Hassan Tourkmani murieron en aquel atentado y el general Hicham Ikhtiar
fallecie poco después a causa de sus heridas. Aquella operación, designada como
«Volcán de Damasco», dio además la señal de ataque contra la capital siria a un
ejército de mercenarios, provenientes en su mayoría de Jordania.
El 26 de julio, el propio príncipe Bandar fue víctima de un
atentado con bomba, reportado por los medios yemenitas. Al parecer, el príncipe
falleció posteriormente a causa de la gravedad de sus heridas.
Personaje brillante y cínico, el príncipe Bandar tenía 63 años.
Era hijo del príncipe Sultan (quien se mantuvo inamovible como ministro de
Defensa de Arabia Saudita desde 1963 hasta su fallecimiento, en 2011) y de una
esclava. Hombre de confianza del rey Fadh, Bandar fue embajador del monarca en
Washington durante todo su reinado, de 1983 a 2005. Como embajador en
Washington, Bandar ben Sultan se vinculó con George H. Bush, siendo este último
vicepresidente de Estados Unidos. El príncipe se convirtió incluso para Bush
padre en un «hijo adoptivo», a tal punto que la prensa estadounidense comenzó a
llamarlo «Bandar Bush». Verdadero genio en materia de acción secreta, el
príncipe Bandar organizó el contrato armamentista Al-Yamamah, logrando
malversar así más de mil millones de libras esterlinas, según las fuentes
oficiales británicas. Utilizó ese dinero, y muchas otras sumas, para financiar
el accionar a través del mundo de diversos grupos yihadistas, entre los que se
encuentra al-Qaeda.
A principios de 2010, el príncipe Bandar trató de derrocar al
rey Abdala para poner en el trono a su propio padre, el príncipe Sultan. El
complot fracasó y Bandar fue expulsado del reino, pero al declinar la salud del
actual monarca, el príncipe Bandar logró volver a Arabia Saudita un año más
tarde. Desde el fallecimiento del príncipe Sultan, Bandar se había convertido
en el jefe de facto de la casa de los Sudairis, que es el
clan de los halcones en el seno de la familia real de Arabia Saudita.
La muerte del príncipe Bandar constituye un terrible golpe para
todo el dispositivo de acción secreta de los occidentales en el mundo musulmán.
En sólo una semana, Siria parece haber montado una espectacular operación de
represalia.
DESDE ALLÍ LES SUMINISTRAN ARMAS E INFORMACIÓN DE LA
INTELIGENCIA
Turquía
alberga un centro secreto de apoyo a los Contras que atacan Siria
RED VOLTAIRE | 29 DE JULIO DE
2012
En Turquía funciona una base secreta que se dedica a asesorar a
los rebeldes sirios, informa Reuters citando a fuentes del golfo Pérsico.
Además de Turquía en el proyecto participan Arabia Saudita, que
ha inspirado la creación de la base, y Qatar. Según los datos disponibles, son los oficiales turcos los que están al mando de la base
secreta, ubicada en los alrededores de la ciudad de Adana, no lejos de
la frontera con Siria, mientras que los sauditas y los qataríes cumplen
funciones auxiliares.
También se informa que aunque en la base no hay militares
occidentales, los estadounidenses son los responsables del suministro de armas
y municiones a los Contras. Aunque se ignora el lugar exacto donde se ubica la
base secreta, sí se sabe que cerca de Adana está una base aérea de EE. UU., la
de Incirlik, equipada con todo lo necesario para prestar apoyo a los grupos
armados que actúan en Siria contra el Gobierno de Al Assad.
Según las fuentes de la agencia, Turquía ha contratado agencias
privadas para que le suministren información de inteligencia sobre la situación
en Siria. Parece que la ayuda desde el extranjero es actualmente vital para los
Contras, que están oponiendo una fuerte resistencia a las fuerzas
gubernamentales en la ciudad de Alepo. Según los últimos datos, el Ejército
sirio está desplazando tropas y armamento pesado al núcleo de los choques para
expulsar de la ciudad a los grupos armados.
Varias naciones occidentales, especialmente EE.UU., junto con
una serie de países árabes como Arabia Saudita, Qatar y Turquía echan leña al
fuego del conflicto sirio apoyando a los Contras y llamando a la comunidad
internacional a aplicar la fuerza contra el Gobierno sirio haciendo cada vez
más improbable que se alcance una solución diplomática de la crisis.
FUENTES SIRIAS INFORMAN DE SIGNOS DE TORTURAS EN LOS
CADÁVERES DESCUBIERTOS EN ZONAS CONTROLADAS POR LOS CONTRAS
Los
Contras que atacan Siria mutilan cadáveres de compañeros para ocultar su
nacionalidad
RED VOLTAIRE | 29 DE JULIO DE
2012
Los insurgentes antigubernamentales en la ciudad siria de Aleppo
queman los cadáveres de sus compañeros para que no pueda establecerse su
nacionalidad, según informa PressTV.
El Gobierno sirio ha declarado reiteradamente que los grupos
armados de la oposición reciben apoyo desde el extranjero y cuentan con
mercenarios de otros países en sus filas. Este sábado el Ejército sirio comenzó
una operación, que incluye ataques aéreos y de artillería, para liberar la
mayor ciudad del país de los grupos armados. Según algunas informaciones, las
fuerzas de seguridad sitiaron a los Contras en varios barrios de esa urbe
norteña, infligiéndoles serias pérdidas.
Fuentes sirias informan de signos de torturas en los cadáveres
descubiertos en las zona controladas por los Contras. La Media Luna Roja ha
suspendido parcialmente sus actividades en Alepo debido a los duros combates.
Las batallas continúan en varias regiones del país. Se informa de
enfrentamientos en la provincia de Idlib, en el norte, mientras una calma
relativa se reinstauró en la capital, Damasco, después de que las fuerzas
gubernamentales expulsaran a los Contras. Según los Comités de Coordinación
Local, al menos 51 personas perdieron la vida durante esta jornada en distintas
provincias del país, mientras que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos
documentó la muerte de 39 civiles y rebeldes y de 10 efectivos de las fuerzas
gubernamentales. El mayor número de víctimas se registró en la periferia de
Damasco.
El Gobierno sirio anunció haber liberado a dos italianos que
habían sido secuestrados por grupos armados en un suburbio de Damasco. Otras
provincias castigadas por los combates fueron Deir el Zur (este), Homs (centro),
Hama (centro) y Deraa (sur). Representantes del Gobierno explicaron que el
Ejército a menudo se ve impedido de utilizar toda su potencia de fuego porque
los Contras usan a los civiles como escudos humanos y que cada civil que
resulta muerto por el fuego cruzado o por una bala perdida, figura en informes
opositores en Internet, así como en medios occidentales, como una víctima de la
"represión gubernamental".
Ejército
Sirio Libre: ¿Revolucionarios o Contras?
por Thierry Meyssan
Mientras la
prensa occidental presenta al Ejército Sirio Libre como una organización
revolucionaria armada, Thierry Meyssan viene señalando desde hace un año que en
realidad se trata de un ente contrarrevolucionario y explica que poco a poco
fue pasando de manos de las monarquías reaccionarias del Golfo al control de
Turquía, que a su vez actúa por cuenta de la OTAN. Una afirmación a
contracorriente que exige una demostración bien bien argumentada…
RED VOLTAIRE |
DAMASCO (SIRIA) | 26 DE JULIO DE
2012
Desde hace 18 meses, Siria se ha visto inmersa en una serie de
desórdenes que han ido en aumento hasta convertirse en un conflicto que ya ha
causado la muerte de unas 20,000 personas. Si bien existe un consenso sobre
estos hechos, también es cierto que existen importantes divergencias en las
narraciones e interpretaciones de esos hechos.
Según los Estados occidentales y sus medios de prensa, los sirios aspiran a vivir en democracias de mercado al estilo
occidental. Así que, siguiendo los escenarios de Túnez, Egipto y Libia
correspondientes a la «primavera árabe», los sirios se habrían levantado
para derrocar al dictador Bachar al-Assad, quien a su vez no tardó en reprimir
las manifestaciones de forma sangrienta. Los occidentales quisieran poner fin a
la masacre, pero los rusos y los chinos se oponen a ello, ya sea por interés o
por desprecio a la vida humana.
Mientras tanto, los Estados que no aceptan la dominación
estadounidense y sus medios de prensa estiman, por el contrario, que Estados
Unidos ha desatado contra Siria una acción ya preparada desde hace mucho
tiempo.
También estiman que, procediendo al principio a través de sus aliados regionales y, ya más tarde, de forma directa, Estados Unidos ha infiltrado en Siria bandas armadas que han desestabilizado el país, siguiendo el modelo de los Contras ya utilizados anteriormente en Nicaragua. Pero estos elementos han logrado muy poco apoyo en el plano interno y se han visto derrotados mientras Rusia y China impiden que la OTAN liquide al ejército sirio, lo cual invertiría la ecuación regional.
También estiman que, procediendo al principio a través de sus aliados regionales y, ya más tarde, de forma directa, Estados Unidos ha infiltrado en Siria bandas armadas que han desestabilizado el país, siguiendo el modelo de los Contras ya utilizados anteriormente en Nicaragua. Pero estos elementos han logrado muy poco apoyo en el plano interno y se han visto derrotados mientras Rusia y China impiden que la OTAN liquide al ejército sirio, lo cual invertiría la ecuación regional.
¿Quién dice la verdad? ¿Quién se equivoca?
En Siria, los grupos armados no defienden la democracia
sino que luchan contra ella
En primer lugar, la interpretación de los acontecimientos
registrados en Siria como un episodio de la «primavera árabe» es una
ilusión en la medida en que la llamada «primavera» está lejos de ser una
realidad. No es más que un eslogan publicitario tendiente a dar una imagen
positiva a toda una serie de hechos heteróclitos. Si bien es cierto que en
Túnez, Yemen y Bahréin sí se produjeron revueltas populares, tal cosa no
sucedió ni en Egipto ni en Libia.
En Egipto, las manifestaciones en las calles se limitaron a la
capital y a la participación de un sector de la burguesía. El pueblo egipcio
nunca se sintió, absolutamente en ningún momento, implicado en el espectáculo
televisivo de la plaza Tahrir [1]. En Libia tampoco se produjo una revuelta política sino un
movimiento separatista surgido en la región de Cirenaica en contra del poder de
Trípoli y que sirvió de pretexto a la intervención militar de la OTAN,
intervención militar que costó la vida a unas 160,000 personas.
La estación libanesa NourTV se anotó un resonante éxito con la transmisión
de una serie de programas de Hassan Hamade y Georges Rahme titulada «La
primavera árabe, de Lawrence de Arabia a Bernard-Henri Levy». Los autores
de la serie desarrollan la idea de que la «primavera árabe» es un remake de la «revuelta árabe» de 1916-1918,
orquestada por los británicos en contra de los otomanos. Esta vez, los
occidentales han manipulado las situaciones para derrocar a una generación de
líderes e imponer a la Hermandad Musulmana. De hecho, la «primavera árabe»
cae en la categoría de publicidad engañosa. En estos momentos, Marruecos,
Túnez, Libia, Egipto y Gaza están siendo gobernados por una hermandad que, por
un lado, impone un orden moral mientras que, por el otro, apoya el sionismo y
el capitalismo seudoliberal, o sea los intereses de Israel y de los
anglosajones. Desaparece así la ilusión. Varios autores, como el sirio Said Hilal Alcharifi hablan ahora, en tono de burla, de
la «primavera otánica».
En segundo lugar, los dirigentes del Consejo Nacional Sirio
(CNS) y los comandantes del Ejército Sirio Libre (ASL) no son precisamente
demócratas en el sentido de que estén dispuestos a favorecer «un gobierno
del pueblo, por el pueblo y para el pueblo», según la fórmula de Abraham
Lincoln, recogida en la Constitución francesa. Por ejemplo, el primer
presidente del CNS fue Burhan Galioun, profesor en una universidad francesa.
Ghalioum no era para nada «un opositor sirio perseguido por el regimen»
ya que entraba y salía libremente de Siria. Tampoco era, como ahora pretende
serlo, un «intelectual laico» ya que era el consejero político del
argelino Abbassi Madani, presidente del Frente Islámico de Salvación (FIS),
actualmente refugiado en Qatar. Su sucesor, Abdel Basset Syda [2], sólo hizo su aparición en el mundo de la política en estos
últimos meses y rápidamente resultó ser un simple ejecutor de los deseos
estadounidenses. Desde el momento mismo de su elección a la cabeza del CNS, el
señor Syda se comprometió no a defender la voluntad de su pueblo sino a aplicar
la «hoja de ruta» que Washington redactó para Siria, titulada The Day after.
Los combatientes del Ejército Sirio Libre también están lejos de
ser militantes de la democracia. Reconocen la
autoridad espiritual del jeque Adnan al-Arour, predicador takfirista que llama
a derrocar y matar a Bachar al-Assad, no por motivos políticos sino únicamente
porque el presidente sirio es alauita, lo cual lo convierte en un hereje a los
ojos del jeque. Todos los oficiales del ESL que han podido ser identificados
son sunnitas y todas las brigadas del ESL llevan nombres de figuras históricas
sunnitas. Los «tribunales revolucionarios» del ESL condenan a muerte a
sus opositores políticos (no sólo a los partidarios de Bachar al-Assad) y a los
infieles, que son degollados en público. El programa del ESL consiste en acabar
con el régimen laico instaurado por el Baas, el PSNS y los comunistas y prevé
la instauración de un régimen confesional estrictamente sunnita.
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